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A Grande Cavalgada

A Grande Cavalgada. Leia o texto com atenção. Num certo dia um paciente de um manicômio psiquiátrico bate à porta do diretor do hospital. Como vai,  doutor? Posso entrar? Claro que sim. O que você deseja? Bem, doutor. Eu quero lhe dar um presente. Um presente? Mas que presente?.

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A Grande Cavalgada

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Presentation Transcript


  1. A Grande Cavalgada Leia o texto com atenção...

  2. Num certo dia um paciente de um manicômio psiquiátrico bate à porta do diretor do hospital. Como vai,  doutor? Posso entrar? Claro que sim. O que você deseja? Bem, doutor. Eu quero lhe dar um presente. Um presente? Mas que presente?

  3. É um livro. O nome dele é A GRANDE CAVALGADA. Muito interessante. Mas quem é o autor? Sou eu, doutor. Você? Mas como foi isso? Estou internado aqui há muitos anos e tive bastante tempo para escrevê-lo.

  4. Estou muito impressionado. Se você foi capaz de escrever um  livro, é porque já está curado. Vou assinar a sua alta imediatamente. E o autor do livro foi embora feliz da vida. Mais  tarde o diretor do hospital iniciou a leitura do livro.

  5. Veja a seguir... (Livro: A grande Cavalgada)

  6. Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.PocotóPocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.Pocotó.

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