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La lírica en la segunda mitad del S.XVI. En la segunda mitad del siglo podemos distinguir dos fases: la primera, 1540-1570, que se caracteriza por numerosas ediciones de obras de Garcilaso, la aparición de muchos romanceros y cancioneros
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La lírica en la segunda mitad del S.XVI En la segunda mitad del siglo podemos distinguir dos fases: la primera, 1540-1570, que se caracteriza por numerosas ediciones de obras de Garcilaso, la aparición de muchos romanceros y cancioneros la segunda, de 1570 hasta final de siglo, que se distingue por una poesía tanto profana como religiosa y filosófico-moral.
Estas dos etapas se ven reflejadas en dos grupos de poetas vinculados a la Universidad de Salamanca, por un lado, y a la Universidad de Sevilla, por otro lado. Así pues, tendremos los poetas de la Escuela Salmantina y los de la Escuela Sevillana.
La Escuela Salmantina Dijimos con anterioridad que en esta segunda mitad del siglo, la literatura se ve influida por el espíritu de la Contrarreforma. Así, en el seno de la Universidad la versificación italiana comienza a abrirse paso también a las temáticas religiosa, moral y filosófica. El representante principal de la Escuela Salmantina es Fray Luis de León.
Fray Luis de León (1528-1591) Nace en la provincia de Cuenca. Hijo de un abogado, entra muy joven en la orden de San Agustín y se licencia en teología en Salamanca, en cuya universidad desarrolla su agitada carrera de profesor. Tenía ascendientes judíos y, por esto y por su traducción no autorizada del Cantar de los Cantares, fue perseguido por la Inquisición y estuvo en prisión durante casi una década. Tras la cárcel, su vuelta a las clases se hizo famosa por las primeras palabras que pronunció: "Decíamos ayer...".
Obra en prosa Con su obra en prosa demostró la capacidad de la lengua castellana de vehicular contenidos humanísticos. Recordemos: • Varias traducciones de autores grecolatinos e italianos • La perfecta casada. Es un tratado de teología, donde se entremezclan las Escrituras y los clásicos profanos. El tema de esta obra son las obligaciones y virtudes de la mujer cristiana de la época.
Capítulo II Mujer de valor, ¿quién la hallará? Raro y extremado es su precio «De manera que el hombre que acertare con una mujer de valor, se puede desde luego tener por rico y dichoso, entendiendo que ha hallado una perla oriental, o un diamante finísimo, o una esmeralda, o otra piedra preciosa de inestimable valor. Así que ésta es la primera alabanza de la buena mujer, decir que es dificultosa de hallar. Lo cual, así es alabanza de las buenas, que es aviso para conocer generalmente la flaqueza de todas. Porque no sería mucho ser una buena si hubiese muchas buenas, o si en general no fuesen muchos sus siniestros malos»
Exposición del Libro de Job. Traducción al castellano del texto hebreo. manifiesta una fuerte preocupación por captar todos los matices del original. • De los nombres de Cristo. Es su obra maestra. Empezada en prisión, apareció póstuma. Se trata de una serie de diálogos, entre tres religiosos, sobre los catorce nombres que designan a Dios en el Antiguo Testamento: Pimpollo, Faces de Dios, Camino, Pastor, Monte, Padre del Siglo Futuro, Brazo de Dios, Rey de Dios, Príncipe de la Paz, Esposo, Hijo de Dios, Amado y Jesús.
Obra lírica Constituye la parte más apreciada y conocida de su obra. Se caracteriza por: • imitación de los modelos latinos • estilo armonioso y espontáneo • presencia de un pensamiento dirigido a la práctica y ejercicio de la perfección espiritual. Obras: • Oda a la vida retirada. Oda de inspiración horaciana, se recrea el tópico del beatus ille, elogio de la vida campestre, cercana a la naturaleza y lejos de la mundanidad.
Oda a la vida retirada ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! [...] ¡Oh monte, oh fuente, oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el navío a vuestro almo reposo, huyo de aqueste mar tempestuoso.
A Francisco Salinas. Francisco Salinas fue músico, humanista y gran amigo de Fray Luis de León. El alma que gracias a la música recuerda su origen, reencuentra su lugar primordial. [Pág. 182 del libro].