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¿Es posible cambiar el mundo con los cuentos como herramienta? Esa es una pregunta compleja que, si nos dejáramos, nos llevaría a grandes disquisiciones sobre el papel transformador de la cultura. Pero no nos dejamos. Independientemente de lo que diga la teoría, quienes disfrutamos contando o escuchando cuentos sabemos que la respuesta es afirmativa. Las palabras son muy importantes en la configuración del mundo, y las historias son un alimento necesario, del que todos nos nutrimos en mayor o menor medida. Quienes nos dedicamos a la narración de cuentos, como actividad profesional o en el ámbito familiar, sabemos que las historias tienen la capacidad de transmitir los valores fundamentales y enseñan a vivir. Por eso nos parece importante hacer un Maratón de Cuentos cada año. Por eso creemos que es muy importante seleccionar bien los cuentos que se narran en él. Y por eso hemos elaborado un programa interesante para el VII Festival de narración Oral Profesional
Soledad Felloza. Uruguay La vida es cuento Su madre creía que, por nacer en el 68, en su hija se haría realidad eso de "la imaginación al poder". Ya la veía, recta por la vida estudiando derecho, siendo la primera mujer presidente de su país. Pero algo sucedió en el camino que la hija se le torció (le salió actriz) aunque algo política (cuentera).Y así anda su hija, riendo y soñando por las esquinas y los bares porque "¿Qué es la vida?: una sombra, una ilusión, una ficción. La vida es sueño y los sueños, sueños son." Y los cuentos, ¿cuentos son?
Domingo Chinchilla. Comunidad Valenciana Historias que cuentan Narrador y actor. Las historias que narra están enraizadas tanto en la literatura contemporánea como en la cultura popular. Pueden ser actuales, poéticas, tradicionales, radicales, anecdóticas, excéntricas, surrealistas,... pero todas tienen una característica común: hacernos disfrutar de nuestra propia existencia.Una de las consecuencias de contar historias es que la gente, a veces, te regala alguna. Desafiando a las buenas maneras, donde regalar algo que te regalaron no es de buena educación, nació “historias que cuentan”; una pequeña muestra surgida del hecho de contar.
Charo Pita. Principado de Asturias. Palabras imaginarias Nació a la edad de seis años, cuando terminó de leer su primer libro. Desde ese día su edad se ha ido adaptando hasta hacerla sentir contemporánea de todo el mundo. De ella no se puede decir mucho, salvo que siempre está a medio camino: ni niña ni adulta, ni gorda ni flaca, ni india ni vaquera, ni de aquí ni de allí; una salvaje apacible, entre el polvo del viaje y la modorra de una butaca vieja, unas veces con la palabra en la boca, otras con la música... Trae al Maratón Palabras Imaginarias y otras Fórmulas de Encuentamiento, selección de relatos que hicieron nido en su boca, sin que ella sepa por qué la eligieron.
Victoria Gullón. Comunidad de Madrid. De pura cepa Nacida en Puebla de Sanabria (Zamora), es contadora de historias y cantadora de romances por herencia de su abuela María, pastora en la Sierra de la Culebra, a la que oyó tantas veces durante su infancia al amor de la lumbre en el invierno y en el verano al sereno. La Columna Vertebral de su trabajo son los cuentos de tradición oral, algunos recogidos por ella, y el Romancero del que tantos autores han bebido. Victoria canta, cuenta, recita y juega, invitando a todos a buscar en su memoria cosas que parecen olvidadas pero que ella saca como si estuviesen recién horneadas.
Virginia Imaz y Txefo Rodríguez. Euskadi Más que palabras Virginia Imaz, de Oihulari Klown, narra profesionalmente desde 1984. Ha contado historias, fundamentalmente de tradición oral , en todo tipo de lugares y para gentes de todas las edades, naufragios y sueños. Desde la primavera del 2001 forma pareja profesional con Txefo Rodríguez, bajista del grupo Hi Satelite, que pone música y complicidad a lo que ella cuenta. Podemos garantizarles que con esta pareja van a tener ustedes más que palabras: un repertorio de historias y de poemas de creación propia donde la música cuenta y los cuentos parece que cantaran.
Albo Narradores Orales. Comunidad Valenciana Cuentos que no dan risa Como diría su abuelo, ALBO se compone de dos partes: AL y BO, es decir, Félix Calatayud y Pablo Pérez. Se conocieron hace siglos. Hace años les dio por la narración y, mira, ya llevan medio mundo de España recorrido (y algo por fuera). Aquellos que les conocen dicen de ellos que son un matrimonio que no consuma el matrimonio, pero que cuenta cuentos, a veces a niños, a veces a mayores; aunque ellos se decantan por los adultos.Les encanta el humor, ácido y sarcástico, u otro, pero intentan no perderse en él y tratan hacerle un hueco a los cuentos que no dan risa".
Hedwid Rost y Jörg Baesecke. Alemania El teatro más pequeño del mundo Empezaron haciendo teatro de calle a principios de los años ochenta. Representaban obras cortas, usando objetos de uso diario en vez de marionetas. Lo que hacían era una mezcla de teatro, guiñol y parodia, y les llevó años darse cuenta de que, en realidad, lo que estaban haciendo era contar cuentos.Ahora cuentan historias tradicionales y acompañan la narración con ilustraciones. Usan como objetos manos y dedos, bocetos y siluetas, formas y figuras de papel y cuerda. El violín de Hedwig también forma parte importante de su espectáculo. Han actuado en Alemania, Austria, Bélgica, Egipto, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Italia, Polonia, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Zimbabue y ahora en España.Viven cerca de Munich, en Baviera.
Alekos. Colombia Alocos y sus cuerdas Ha vivido por muchos años en una casita junto a un lago que frecuentan garzas, tinguas y otros patos. Tiene tres vacas que se llaman la pinta, la niña y la coloréa y un tiple de trece cuerdas. Lleva casi siempre las barbas y el pelo largo. Es un poco pateperro y como su padre sieteoficios. Pinta, escribe un poco, le encanta cantar y cuenta cuentos con muñequitos. Le gustan las mujeres con nombre Violeta, las casas rosadas, las ballenas azules, los bosques muy verdes, el vino tinto y el humor negro.