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LA ESCUCHA. oír : Percibir con el oído los sonidos. escuchar : Prestar atención a lo que se oye. Oír no es un acto voluntario, los sonidos llegan a nuestros oídos aunque no hagamos nada para que ocurra.
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LA ESCUCHA • oír : Percibir con el oído los sonidos. • escuchar : Prestar atención a lo que se oye.
Oír no es un acto voluntario, los sonidos llegan a nuestros oídos aunque no hagamos nada para que ocurra. • Escuchar es el acto voluntario mediante el cual prestamos atención a los sonidos que percibimos. • Se puede oír sin escuchar, pero para escuchar, primero hay que oír.
¿Qué es lo contrario de hablar? • ESCUCHAR. • Lo contrario de hablar es esperar tu turno para hablar. • La mayoría de personas no escuchan con la intención de comprender sino para contestar.
¿Conversación o monólogo colectivo? • Tenemos tendencia a precipitarnos, a arreglar las cosas con un consejo rápido. • No nos tomamos tiempo para diagnosticar, para empezar a comprender profunda y realmente a la otra persona.
Céntrate en el otro, no en ti mismo. • En una conversación, a veces podemos perdernos en nuestros propios pensamientos: ¿Qué voy a decir después? o pensamientos aleatorios del tipo ¿Qué haré esta noche? ¿Qué pensará de como voy vestido?. El truco es cambiar la atención al que habla. Dale la completa atención, interésate en él y en lo que dice. Se un buen oyente, anima a la otra persona a hablar sobre ella.
Practica la escucha activa. • es fácil perdernos en nuestros pensamientos, a planear una respuesta mientras el otro habla. • Practica la escucha activa para centrarte en escuchar.
Es importante • Repite lo que el otro dice con tus propias palabras. Interioriza el significado de las palabras. • Resume lo que escuchas. Una técnica consiste en refrasear las palabras del que habla y repetírsela. Lo qué estas diciendo es... Según lo entiendo, intentas expresar...
Encuentra el mensaje • No escuchar sólo con el oído, también con tu corazón y tu alma. • Hay más que palabras. Pregúntate: ¿Qué intenta decir? ¿Cuál es el punto clave?.
No descuides el lenguaje corporal • Haz saber al que habla que estas prestando atención y que te importa lo que está diciendo. • Haz contacto visual. Indica que estas prestando atención. Asegúrate de que tus ojos no deambulan por el entorno detrás de la persona.
También • Sonríe. Cuando nos concentramos, tendemos a no tener expresión facial y esto puede interpretarse como enfado o falta de atención. Recuerda sonreír. • Usa hmm, entiendo. Este tipo de expresiones entre frases indica a la otra persona que sus palabras son oídas y entendidas. • Inclínate hacia adelante. Inclínate ligeramente hacia la otra persona, indica que estas interesado en lo que la otra persona dice y que le das todas la atención.
Pregunta. • Pregunta para clarificarte. Las personas aman las preguntas, siempre que seas consciente de cuando no interrumpen el flujo de sus pensamientos. Esto indica que escuchas y que sigues la conversación. Sondea para encontrar información adicional. Algunas buenas preguntas empiezan por: ¿Cómo? ¿Por qué? por ejemplo ¿Cómo sucedió? ¿Y cuál fue tu reacción? ¿Por qué tomaste esa decisión?.
No juzgues. • En las conversaciones, a menudo pensamos en argumentos en contra o a favor de lo que el otro dice. • Escucha abiertamente reconociendo que la otra persona se está expresando, y dale la libertad de hacerlo. Por otro lado, no nos gusta que nos juzguen cuando hablamos, por tanto ¿Por qué debemos juzgar a los demás?.
No interrumpas. • Deja al que habla desarrollar sus pensamientos. No hables hasta que el otro no haya terminado. Respeta a los demás y déjalos terminar. • Si te desconcentras cambia la posición del cuerpo. Si ves que tu mente se evade de la conversación,
¿Por qué es importante escuchar activamente? • Porque si sabemos escuchar los demás sentirán la confianza necesaria para ser sinceros con nosotros. • Porque la persona que nos habla se siente valorada. • Porque escuchar tiene efectos tranquilizantes y facilita que se eliminen tensiones. • Porque favorece una relación positiva con nuestro interlocutor. • Porque permite llegar al fondo de los problemas. • Porque provocamos respeto hacia nosotros en quien nos habla. • Porque es una recompensa para nuestro interlocutor.
Los enemigos de la comunicación • Interrumpir al que habla. • Juzgar cada comentario que hace. • Ofrecer ayuda que no nos ha solicitado. • Quitar importancia a los sentimientos de la otra persona con expresiones como “no te preocupes por esa tontería”, “no te pongas así”, etc. • Contar “nuestra anécdota” cuando el otro está aún hablando. • Caer en el “síndrome del experto”: Saber lo que debemos contestar cuando el otro no ha hecho más que iniciar su conversación.