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CORONA DE ADVIENTO Este rito, importado del norte de Europa, se ha ido introduciendo en nuestras celebraciones con buen acierto y contribuye a resaltar la peculiaridad de este tiempo.
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CORONA DE ADVIENTO Este rito, importado del norte de Europa, se ha ido introduciendo en nuestras celebraciones con buen acierto y contribuye a resaltar la peculiaridad de este tiempo. Se trata, como se sabe, de una corona con ramas verdes que se sitúa cerca del ambón o en otro lugar adecuado, y en el que se fijan cuatro velas vistosas. Hay quienes sitúan una cuna vacía, junto a la corona de adviento o bajo ella, en señal de espera... y la noche del 24 colocan en ella la imagen del niño Jesús. Al empezar la Misa o Celebración de la Palabra, se enciende el número de velas correspondiente a aquel domingo (el primero una, el segundo dos... siempre las mismas). La Corona de Adviento es el primer anuncio de Navidad. Es un círculo de follaje verde, la FORMA CIRCULAR simboliza la eternidad y el COLOR VERDE la esperanza y la vida. En del centro de círculo se colocan las cuatro velas: LA VELA ROJA simboliza el amor que existe entre Dios y los hombres, y que por amor lo lleva a convertirse o a cambiar sus actitudes negativas; LA VELA MORADA simboliza la conversión y la actitud de volverse al buen Padre Dios; LA VELA COLOR ROSA simboliza la presencia de la Virgen María en la Historia de Salvación, realizada por Dios; y, LA VELA BLANCA simboliza la inminente llegada de Jesús, nuestro Salvador. Es la última vela que se prende en el tiempo de Adviento. La Corona de Adviento, como tradición y costumbre que procede de los países del Norte, principalmente de los países escandinavos, como son: Noruega, Suecia, Alemania. Tiene raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, forma redonda como eternidad. Simbolismos que se vieron muy coherentes con el misterio de la Navidad cristiana y que pasaron fácilmente a los países del sur. Se ha convertido rápidamente en un simpático elemento complementario de pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida, junto a otros ciertamente más importantes, como son las lecturas bíblicas, los textos de oración y el repertorio de cantos. La Corona de Adviento