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Clarita y Efraim PPS. El cielo azul. Andrea Petrlik Huseinović. Una solitaria y triste ni ñ a sue ñ a con ver a su mam á mientras mira las nubes del cielo. Un d í a, conoce a un p á jaro extra ñ o quien le ayuda a la ni ñ a a regresar de su mam á.
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Clarita y Efraim PPS El cielo azul Andrea Petrlik Huseinović
Una solitaria y triste niña sueña con ver a su mamá mientras mira las nubes del cielo. Un día, conoce a un pájaro extraño quien le ayuda a la niña a regresar de su mamá.
Todo el mundo ha oído la historia de Cenicienta. Es la historia de una niña que perdió a su madre y a su padre y quedó al cuidado de una persona que no la quería tanto como la querían sus padres.¿Alguien piensa alguna vez en todos los niños que crecen sin amor ni ternura? Están solos y tristes. Nadie les entiende, todos les rechazan, y ellos buscan cariño. Lo buscan cuando sueñan, en los cuentos de hadas, entre sus juguetes, entre los pájaros, los animales y las flores.A nuestro alrededor, continuamente, hay niños tristes que crecen y se convierten en adultos tristes.Esta es la historia de una niña así.
Había una vez una niña que vivía en una ciudad, en un edificio muy alto.Sólo tenía diez años y estaba completamente sola. Había mujeres y hombres a su alrededor pero todos tenían sus propios hijos. Nadie podría quererla de la forma en que los padres quieren a sus hijos. Sencillamente, no pertenecía a nadie.A la niña no le gustaba jugar con otros niños. No disfrutaba de su compañía. Siempre estaba aislada, callada, encerrada en sí misma y sola. Si alguien la hubiera abrazado con cuidado y amor, si hubiera experimentado un poco de ternura, esta historia habría sido diferente. Pero no fue así, y la niña sólo hacía dibujos azules como el cielo, leía historias tristes y miraba por la ventana. Si alguien le hubiera dicho una palabra amable ya no la habría oído: era demasiado tarde. Había construido un gran muro a su alrededor. El edificio se convirtió para ella en una alta torre donde nadie podía alcanzarla. Comenzó a vivir en un mundo propio
Había una ventana en lo alto de la torre. La niña pasaba todo el día mirando por la ventana al cielo azul y las nubes. Hacía mucho tiempo alguien le había dicho que su madre vivía entre las nubes. Así que ella buscaba la imagen de su madre en cada nube. Cientos de pájaros azules volaban alrededor de su torre todos los días.
Los pájaros se acostumbraron a la presencia de la niña y se acercaban a ella. La niña hablaba con ellos durante horas y horas. Ya no estaba sola. Tenía alguien a quien tocar con sus manitas y alguien con quien hablar de cuando era feliz.Todos los días recordaba algo de su pasado.
Pronto descubrió que entre las nubes vivían criaturas diversas. Había un caracol. Llevaba su casa a la espalda. Era el único que vivía en esa casa. De vez en cuando una nube flotaba a través de la casa. La niña saludó alegremente al caracol agitando la manita. Se acordaba de que su madre y ella solían rescatar caracoles. Cogían cada caracol que encontraban en la acera y lo dejaban en la hierba.
Después del caracol apareció un ratón.-Qué ratón tan raro -dijo la niña en voz baja. Debe de ser un ratón de un cuento de hadas, pensó. Ella conocía muchos cuentos de hadas porque su madre se los contaba al irse a la cama.
Un día apareció un elefante entre las nubes y los pájaros azules. Era enorme y gris, y caminaba dando grandes pasos por el cielo. A la niña le gustó. Su madre la llevaba a menudo al zoológico y les daban de comer a los elefantes. Quizás éste era uno de aquellos elefantes.
Otro día sopló en el cielo un fuerte viento. El cielo se volvió gris y las nubes azules corrían en todas direcciones. De pronto apareció un conejo. El viento le trajo al conejo un reloj azul para que pudiera dar la hora. A la niña el conejo le resultaba familiar. Le recordaba al libro Alicia en el país de las maravillas, que su madre la solía leer. Sí, era ese mismo conejo.
Y entonces, justo cuando se estaba acordando de la tortuga a la que su madre y ella daban lechuga para comer, apareció una tortuga en el cielo. Tenía largas patas que salían de debajo del caparazón que la resguardaba. En el cielo sólo había nubes de algodón, así que la tortuga podía andar a su antojo. La niña la preguntó a dónde iba. La tortuga no se asustó porque la niña parecía amable y un poco sola.Estoy buscando a la señora que me daba de comer hace mucho tiempo. Siempre me alimentaba bien. He oído que vive en algún lugar entre las nubes y la estoy buscando -dijo la tortuga.
Al día siguiente vino un pájaro azul. Era extraño. Parecía que estuviera hecho de nubes. Y, justo cuando la niña se estaba preguntando qué conexión tendría con su madre, el pájaro dijo:-Soy un pájaro celestial. Hace mucho tiempo, cuando yo vivía en la Tierra, me lastimé un ala y no podía volar. Una mujer me cogió con dulzura, me alimentó y me cuidó muy bien hasta que me curé. Había una niñita con ella. He oído decir a unos pájaros que esa mujer se transformó en una criatura celestial, igual que yo. Durante días y días la he buscado para darle las gracias -dijo el pájaro azul.-Esa mujer es mi madre. ¿Dónde podría encontrarla? -preguntó la niña. Pero el pájaro ya no estaba allí. Había desaparecido entre las nubes.
Y cuando la niña había perdido toda esperanza de encontrar a su madre, apareció otro pájaro. También era muy extraño. Tenía una puerta en el pecho.-¿Quién eres? -preguntó la niña.-Hace mucho tiempo yo era un mirlo. Una mañana me caí del nido y ya no pude volver. Creí que ya no volvería a ver a mi madre. Pero llegó una mujer con su hijita. Me cogieron con dulzura y me calentaron con las manos. Encontraron mi nido y me devolvieron junto a mi madre. Y hoy he venido yo para devolver a la niña perdida a su madre. Ven, cruza la puerta y sube las escaleras hasta el cielo. Allí encontrarás todo el amor y la ternura que perdiste hace tanto tiempo -dijo el mirlo en voz baja.La niña cruzó la puerta y subió las escaleras. Nadie la ha vuelto a ver nunca más. Los pájaros que vuelan por el cielo azul dicen que está en algún lugar entre las nubes, junto a su madre.
Mi madre me hizo esta foto en el verano de 1972. Yo tenía cinco años y medio por aquel entonces. Cinco años después ocurrió lo más triste que me ha pasado en la vida. Perdí a mi madre y a mi padre.Durante los años siguientes crecí, estudié en la Academia de Bellas Artes, me casé y tuve una hija. He ilustrado muchos libros de cuentos pero mi mayor deseo ha sido siempre escribir e ilustrar mi propio libro.Tuve la idea para este libro en el otoño de 2001, mientras asistía a un taller de arte UNESCO-BIB en Bratislava.Dedico este libro ilustrado a mi madre. De ella heredé el amor a los colores, la pintura y los pinceles. Con mi obra continúo donde ella lo dejó. La autora
http://www.childrenslibrary.org Clarita y Efraim Estan invitados a visitar nuestro web www.clarita-efraim.com mail