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Dios Confía en Ti. Pastora Susie Fernández Iglesia Casa de Oración y Adoración 19 de agosto del 2012. Hebreos 11:1-3. La fe 1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
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Dios Confía en Ti Pastora Susie Fernández Iglesia Casa de Oración y Adoración 19 de agosto del 2012
Hebreos 11:1-3 La fe 1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
De la nobleza por adopción. • Un israelita criado en un palacio egipcio. Sus compatriotas eran esclavos, pero Moisés era privilegiado. Comía a la mesa real. Fue educado en las escuelas más refinadas. Pero la maestra que más influyó no tenía título alguno. Era su madre. • Una judía que contrataron para ser su nodriza. "Moisés"- casi puedes escuchar como le susurra a su joven hijo- "Dios te ha colocado aquí a propósito. Algún día librarás a tu pueblo. Nunca olvides, Moisés. Nunca olvides".
Éxodo 2:1-4 Nacimiento de Moisés 1 Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. 3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. 4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería.
Éxodo 2:5-7 5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. 7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño?
Éxodo 2:8-10 8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, 9 a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. 10 Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
Moisés tuvo que huir. • Moisés vio a un egipcio que golpeaba a un esclavo; intervino y asesinó al egipcio. Al día siguiente Moisés vio al hebreo. El esclavo en lugar de mostrar gratitud, expresó enojo. "¿Piensas matarme como mataste al egipcio?", le preguntó. Éxodo 2:14 • Moisés supo que estaba en dificultades. Huyó de Egipto y se ocultó en el desierto. • Y así fue que un hebreo brillante y prometedor comenzó a cuidar ovejas en las colinas. Del círculo más refinado al cultivo de algodón.
Moisés quizás pensó que Dioslo había abandonado. • Quizás pensó que el cambio era permanente. No existe evidencia, de que haya albergado jamás, la intención de regresar a Egipto. Es más, todo parece indicar que deseaba permanecer con sus ovejas. De pie descalzo ante la zarza, confesó: "¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?". Éxodo 3:11
Éxodo 3:1-4 Llamamiento de Moisés 1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2 Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
Éxodo 3:5-8 5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. 7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
Éxodo 3:9-13 9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 12 Y él respondió: Ve, porque Yo estaré contigo; y esto te será por señal de que Yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.
Éxodo 3:13-14 13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Me alegra que Moisés haya hecho esa pregunta. • Es una buena pregunta. ¿Por qué Moisés? O más específicamente, ¿por qué envió a Moisés? • El Moisés que vimos en Egipto era más temerario y seguro. Pero el que encontramos cuatro décadas más tarde era reacio y curtido. Si tú y yo hubiésemos visto a Moisés allá en Egipto, habríamos dicho: "Este hombre está listo para la batalla". Fue educado en el sistema más refinado del mundo. Entrenado por los soldados más hábiles. Contaba con acceso instantáneo al círculo íntimo del Faraón. Moisés hablaba su idioma y conocía sus costumbres. Era el hombre perfecto para la tarea.
Moisés no habría ido. • El no lo podía creer. Pero Dios sí y lo hizo. Dios confió en el. • Para empezar, "LA VIDA QUE PASO EN EL DESIERTO". El Moisés de cuarenta años era uno de la ciudad. El conoce el nombre de cada serpiente y la ubicación de cada pozo de agua. Si debe conducir a miles de hebreos en el desierto, será mejor que conozca lo básico de la vida en el desierto.
Moisés ha viajado con • las familias durante cuarenta años, es posible que le sea de ayuda comprender cómo actúan. Contrae matrimonio con una mujer de fe, la hija de un sacerdote madianita. Y establece su familia. • Pero, aún más importante que la vida en el desierto y la gente, "Moisés necesita aprender algo acerca de sí mismo". Al parecer lo ha aprendido. "Dios dice que Moisés está listo". Y para convencerlo, le habla a través de un arbusto. Era necesario que hiciese algo dramático para captar la atención de Moisés!!!
Así como a Moisés, hay algunos de nosotros • que el Espíritu de Dios te está hablando. Tal vez te está llevando al desierto, o te esta instruyendo. • No reniegues de lo que estás atravesando, tan sólo aprende lo más que puedas de tu situación preocupante. "Por más grave que parezca tu problema, tómalo como un llamado de atención de parte de Dios". No como un apercibimiento, sino un llamado a ser otro Moisés. Hay muchos "esclavos" que esperan por un Moisés.
Aprende a moverte en el espíritu. • A salir de la rutina. A sonreír mas a menudo. • "CONFÍA EN DIOS. DIOS CONFÍA EN TÍ". • Mantente en tu fe. Afina tu oído para escuchar la voz de Dios susurrándote: "Se acabaron las clases. Ha llegado el momento de ponerse a trabajar".
2 Crónicas 7:11-12 Pacto de Dios con Salomón 11 Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová, y la casa del rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado. 12 Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio.
2 Crónicas 7:15-16 15 Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; 16 porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.