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Cervantes en Andalucía. EN SEVILLA. En 1587 se instala en Sevilla, en calidad de Comisario Real de Abastos para la Armada Invencible, al servicio de Antonio de Guevara; cargo que lo arrastraría a soportar unos quince años de vagabundeos por el Sur . EN ÉCIJA Y CÓRDOBA.
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EN SEVILLA En 1587 se instala en Sevilla, en calidad de Comisario Real de Abastos para la Armada Invencible, al servicio de Antonio de Guevara; cargo que lo arrastraría a soportar unos quince años de vagabundeos por el Sur
EN ÉCIJA Y CÓRDOBA Miguel de Cervantes empezó su cometido en Écija confiscando por la fuerza los cereales de varios propietarios, uno de los cuáles era un eclesiástico. Estas circunstancias originó que fuera fulminantemente excomulgado por el Vicario General de Sevilla. Continuó su labor por algunos pueblos de Córdoba, viéndose obligado a encarcelar o arrestar a varios agricultores y cosechando una nueva excomunión.
EN CARMONA A pesar de todo, Miguel de Cervantes debió cumplir sus objetivos, puesto que a finales de 1587 recibió felicitaciones de sus superiores y le fue encomendada, como premio, otra misión consistente en requisar aceite. A principios de 1590, está en Carmona, comisado para requisar aceite en la región.
EN JAÉN Prosigue con sus requisas, ayudado por Nicolás Benito, por Jaén, Montilla, Úbeda, Estepa, etc. Durante siete años ejerció esta labor, pero tampoco debió ser una tarea fácil puesto que Cervantes tuvo que luchar contra la incompetencia de algunos de sus colaboradores o defenderse de las reclamaciones y acciones legales de los campesinos. En 1592 se compromete, mediante contrato, a entregarle a Rodrigo Osorio seis comedias. En ese mismo año fue encarcelado injustamente, acusado de vender el trigo requisado, por el Corregidor de Écija, en Castro del Río. Hay que tener en cuenta que la justicia española del siglo XVI era arbitraria y la prisión preventiva era la medida habitual ante la más mínima sospecha. En 1593 realiza sus últimas labores como comisario de abastos, en la zona de Sevilla, por encargo de Miguel de Oviedo, muere su madre y publica el romance de La casa de los celos.
EN GRANADA Volvió a Madrid tras ser aprobadas sus cuentas en 1594, pero inmediatamente se le propuso que actuase como Recaudador en la provincia de Granada, el encargo era lograr el ingreso en el Tesoro de dos millones y medio de maravedíes correspondientes a tasas atrasadas, para ello tuvo que depositar un aval y una fianza sobre sus bienes. El primer conflicto lo encontró en Motril, cuando los supuestos deudores a la Hacienda le exhibieron unos justificantes de pago de los tributos que resultaron ser falsos. Luego, y tras visitar Ronda y Vélez-Málaga, depositó una parte de la recaudación en la casa de banca del comerciante Simón Freire en Sevilla. En este tiempo gana las justas poéticas dedicadas a la canonización de San Jacinto en Zaragoza (1595), y el 1596 escribe un soneto satírico al saco de Cádiz.
NACIMIENTO DE “EL QUIJOTE” Como siempre la mala suerte perseguía a Cervantes y en septiembre de 1597 quebró la banca de Simón Freire (donde había deposi-tado todo lo recaudado). Miguel de Cervantes no pudo hacer efectivas las cantidades cobradas a los deudores de la Corona y fue encarcelado por Gaspar Vallejo en Sevilla. Su cautiverio duró poco tiempo y a finales de ese mismo año obtuvo la libertad bajo fianza. En este punto acabaron los servicios de Miguel de Cervantes a la Hacienda de Felipe II. Lo único positivo de su estancia en prisión, fue que Cervantes empezó allí a escribir el Quijote, tal y como el escritor explica en el prólogo de su obra.
CERVANTES Y“EL QUIJOTE” A lo largo de esta etapa de su vida, nuestro escritor dedicó poco tiempo a la literatura, pero las experiencias que vivió recorriendo los caminos y pueblos de Andalucía y La Mancha alojándose en destartaladas hosterías y ventas o negociando con ricos, pobres, hidalgos y maleantes las reflejó de una manera magistral en su obra más universal. También un gran determinante que motivó a Cervantes a escribir el Quijote fueron sus encarcelamientos ya que “El Quijote” es un canto a la libertad. Al salir Cervantes de la cárcel y probar su inocencia, no encontró editor para su libro y en vano se dirigió a los grandes señores de la corte para que costearan los gastos de edición. Sabiendo que el Duque de Béjar, era muy inclinado a proteger las Bellas Artes, rogó a este magnate que quisiera escuchar nada más que un capítulo de la lectura de su libro. No se negó el Duque, en cuyo palacio, ante un selecto público, leyó Cervantes el capítulo anunciado causando tan gran entusiasmo, que el auditorio no le dejó acabar hasta dar fin al último capítulo. En 1604 surgen las primeras alusiones a Don Quijote, pues El ingenioso hidalgo (la primera parte del Quijote) anda en imprenta. En 1605 se publica El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, en la imprenta madrileña de Juan de la cuesta, a costa de Francisco de Robles, con éxito inmediato.