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1- Se dice el Ave María Purísima sin pecado original concebida, después se hace la Señal de la Cruz y seguidamente se recita el Credo de los Apóstoles. 3- Rezar 10 Ave María, mientras se reflexiona el misterio. 4- Recitar un Gloria y la jaculatoria.
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1- Se dice el Ave María Purísima sin pecado original concebida, después se hace la Señal de la Cruz y seguidamente se recita el Credo de los Apóstoles.
3- Rezar 10 Ave María, mientras se reflexiona el misterio. 4- Recitar un Gloria y la jaculatoria. 5- Anunciar el 2° Misterio, Padre Nuestro, 10 Ave María, un Gloria y la jaculatoria. Al completar se dice: 6- La Salve 7- La tres exaltaciones 8- Un Padre nuestro por las intenciones del Santo Padre. 9- Las Letanías. 2- Se anuncia el 1° Misterio de ese día y el Padre Nuestro. Gozosos: Lunes y Sábado Dolorosos: Martes y Vienes. Gloriosos: Miércoles y Domingo Luminosos: Jueves
Señal de Cruz Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Credo Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre Nuestro Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María Dios te salve María, llena eres de gracia El Señor es contigo. Bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatoria de la Virgen de Fátima Oh Jesús mío, perdona nuestras culpas. Líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia. Amén. Otra Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia. En la vida y en la muerte ampáranos, gran Señora.
Las Tres exaltaciones a la Virgen "Dios te Salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia..." "Dios te Salve María Santísima, Madrede Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia..." "Dios te Salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestros dones y carismas para que los perfecciones y todas nuestras necesidades para que las atiendas, llena eres de gracia..."
"Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original".
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios, R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo Amén.
1° Misterio Gozoso: La Anunciación Lc 1, 26- 38 - Fruto: Humildad 2° Misterio Gozoso: La Visitación Lc 1, 35- 56 - Fruto: Caridad 3° Misterio Gozoso: El Nacimiento de Jesús Lc 2, 1- 20 - Fruto: Desprendimiento Material 4° Misterio Gozoso: La Presentación de Jesús en el Templo Lc 2, 22- 35 - Fruto: Obediencia 5 ° Misterio Gozoso: Jesús perdido y hallado en el Templo Lc 2, 41- 52 - Fruto: La alegría de encontrar a Jesús
1° Misterio Luminoso: El Bautismo de Jesús Mt 3, 16- 17 - Fruto: Abrirse al Espíritu Santo 2° Misterio Luminoso: La Boda de Caná Jn 2, 1- 11 - Fruto: A Jesús a través de María 3° Misterio Luminoso: La Proclamación del Reino de Dios Mc 1, 15 - Fruto: Conversión 4° Misterio Luminoso: La Transfiguración Lc 9, 28- 35 - Fruto: Deseo de Santidad 5 ° Misterio Luminoso: La Institución de la Eucaristía Mc 14, 22-25 - Fruto: Adoración y Unión con Jesús
1° Misterio Doloroso: La Oración en el Huerto Lc 22, 39-46 - Fruto: Dolor por los pecados 2° Misterio Doloroso: La Flagelación Jn 19, 1 - Fruto: Pedir por los que sufren 3° Misterio Doloroso: La Coronación de Espinas Mt 27, 28-29 - Fruto: Aceptación a la Voluntad de Dios 4° Misterio Doloroso: Cargando con la Cruz Jn 19, 17 - Fruto: Paciencia y Perseverancia final 5 ° Misterio Doloroso: La Crucifixión Jn 19, 25-30 - Fruto: Pedir por los agonizantes y las almas del Purgatorio.
1° Misterio Glorioso: La Resurrección Mt 28, 1-8 - Fruto: Fe 2° Misterio Glorioso: La Ascensión Mc 16, 19 - Fruto: Esperanza 3° Misterio Glorioso: La Venida del Espíritu Santo Hechos 2, 1-4 - Fruto: El Amor de Dios 4° Misterio Glorioso: La Asunción Jdt 15, 9-10 - Fruto: La Gracia de una Buena Muerte 5 ° Misterio Glorioso: La Coronación de la Virgen Ap 12, 1 - Fruto: Confianza en la Intercesión de María
El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario. El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías. El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!. El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá. El que con devoción rezare mi Rosario, considerando los misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y será admitido a la vida eterna.
Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia. Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados. Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular. Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará. Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario. Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo. Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.
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