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EL PROYECTO MATRIZ # 99. Música: "Keep it safe“ sHEPARD -electrosoft in public garden. NUCLEAR NWO: NO GRACIAS I.
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Música: "Keep it safe“ sHEPARD -electrosoft in public garden
NUCLEAR NWO: NO GRACIAS I
Ante la continuas propuestas de la Unión Totalitaria Europea de iniciar una nueva etapa de proliferación de la energía nuclear, ahora con la excusa del la crisis económica y antes por el supuesto calentamiento global. En el presente articulo, pretendo desarmar punto por punto, todas las ventajas vendidas por los ideólogos del NWO con respecto a la Energía Nuclear. Artículo elaborado por Rubén
Ésta podría ser considerada la fuente de energía eléctrica más centralizada y elitista de las que existen, con la cual mantener a la humanidad esclavizada al contador de la "luz". Mientras, se perpetúa la fabricación de armamento nuclear y de munición de uranio empobrecido con sus residuos.
Centrándonos en el sector nacional nuclear, vayamos por partes:
La Energía Nuclear es una fuente de energía fuertemente subvencionada a pesar de lo cual su rentabilidad es más que dudosa, dadas las enormes inversiones requeridas (4.000 millones de € por central) que suponen un gran riesgo para sus inversores, sobre todo si consideramos las incertidumbres que aún quedan en torno a esta fuente de energía.
Entre las principales fuentes de subvención publica se encuentran: En primer lugar la gestión de los residuos radiactivos de alta actividad, los costes del desmantelamiento de las plantas nucleares, que recaen en la empresa pública ENRESA; el almacenamiento del uranio a cargo de la Empresa Nacional del Uranio (ENUSA); las indemnizaciones en concepto de la moratoria nuclear y los costes de transición a la competencia.
Todos estos costes se sufragan con cargo al recibo de la electricidad, por lo que somos los consumidores quienes los acometemos en lugar de los explotadores de las centrales. Más concretamente, las indemnizaciones por la Moratoria Nuclear han supuesto unos pagos de 7.128 millones de € y todavía quedan por pagar unos 1.855 millones de €. Los costes de transición a la competencia se estimaron en unos 7.800 millones de €. El desmantelamiento de una central nuclear puede suponer unos costes adicionales que encarecerían el kWh nuclear en un 50%.
La gestión de los residuos de alta es un tema muy espinoso para cuya forma de gestión aún no se ha tomado ninguna decisión, por lo que no se puede evaluar su coste.
Además de esta incertidumbre existe el problema de las incertidumbres futuras: los costes podrían aumentar fuertemente en caso de accidente. Con toda probabilidad las empresas que los han generado desaparecerán antes de que los residuos dejen de ser peligrosos, puesto que lo van a ser durante cientos de miles de años.
Y serán las generaciones futuras quienes tengan que pagar y sufrir los efectos de una posible fuga al exterior.
Otro aspecto a destacar, es el concepto de responsabilidad civil. Hoy en día, las centrales nucleares funcionan en todo el mundo bajo un sistema de responsabilidad civil limitada que reduce notoriamente los costes en pólizas de seguros de los propietarios de las plantas.
Por ejemplo en España este límite asciende a 150 millones de euros. Dado que los costes del accidente máximo que se ha producido, el de Chernobil, se evaluaron en unos 126.000 millones de euros por fuentes independientes (21 billones de las antiguas pesetas), la cuota anual satisfecha por las centrales nucleares en concepto de seguros debería ser, al menos, unas 840 veces superior en el caso de las centrales españolas y unas 400 veces en el caso de las centrales suecas.
Podemos realizar una estimación aproximada del coste anual que supone el riesgo nuclear desde el punto de vista de una aseguradora.
Según los cálculos más conservadores, la probabilidad de que ocurra un accidente severo en el núcleo de un reactor es de 1 entre 15000 reactores-año. Es decir, si tenemos en cuenta que funcionan unos 450 reactores en el mundo, se producirá aproximadamente un accidente cada 33 años.
El coste de la cuota debería ser, por tanto, de unos 300 o 400 millones de euros. Esta cifra es sencillamente descomunal. Si los propietarios de las centrales tuvieran que pagar el coste del riesgo, esta actividad se convertiría en menos rentable de lo hoy en día es.
Además se trata con favoritismo a la energía nuclear con respecto a otras actividades industriales, puesto que para aquélla se ha establecido una responsabilidad civil limitada. Lo que abarata fuertemente las cantidades que satisfacen sus explotadores en concepto de seguros por daños a terceros. Los pagos de los seguros a terceros podrían multiplicarse por 800 en un marco de responsabilidad civil ilimitada y ascenderían a 20 millones de € para una central como Trillo.
Finalmente, cabe aclarar que el anuncio a bombo y platillo de Berlusconi y Sarkozy sobre la consecución de un acuerdo para construir nuevas nucleares en Italia no es sino un intento de salvar la desastrosa situación financiera de la empresa pública francesa Areva, fabricante de centrales nucleares. Durante 2008 las pérdidas de Areva, ascendieron a 687 millones de euros.
La Energía Nuclear tiene grandes emisiones de CO2. Ello es porque en todas las etapas del ciclo nuclear la minería del uranio, la fabricación del concentrado, el enriquecimiento del mismo, la fabricación del combustible nuclear, la construcción de las centrales nucleares, su mantenimiento y posterior desmantelamiento, la gestión de los residuos radiactivos, etc. Se consumen grandes cantidades de combustibles fósiles.
Sólo tenemos que pensar en los miles de toneladas de cemento y acero que se utilizarán en la construcción de la central nuclear. Materias primas que durante su etapa de extracción (minas), transporte primario (trenes y barcos), refinamiento (cementeras y siderurgias), transporte secundario (camiones) y aplicación (maquinaria), etc.
Por otro lado, tenemos las emisiones durante la vida útil de la central nuclear:
Para conseguir obtener energía eléctrica a partir de esta materias prima mineral uranio, muy contaminante y no renovable, es necesario realizar un conjunto de procesos de conversión sobre la energía desde sus fuentes de origen hasta su uso final, que denominaremos sistema energético.
Sus fases son: Extracción (minas), transporte primario (barcos, trenes y camiones), destilado (enriquecimiento), transporte secundario (trenes y camiones) y transformación (central nuclear). Cada proceso de conversión dentro del sistema energético, conllevará numerosas emisiones de dióxido de carbono.
Y finalmente, emisiones durante la custodia de los residuos de la central nuclear:
Al igual que en el primer caso, la construcción del silos para los residuos de baja, media y alta actividad, conlleva el uso de miles de toneladas de acero y hormigón, con las consecuentes emisiones de CO2. Por otro lado, las inversiones dirigidas a promover la eficiencia energética son siete veces más efectivas que las dirigidas a la energía nuclear a la hora de evitar emisiones de dióxido de carbono.
Por otro lado, ningún país del mundo ha encontrado una solución definitiva para la gestión de los residuos radiactivos de alta actividad. Al contrario, algunos nuevos datos muestran la aparición de problemas técnicos que no estaban previstos, como la insuficiente resistencia de las cerámicas de circonio, que se habían pensado como primera pared de los contenedores, o los nefastos resultados de la experiencia del almacén de Yucca Mountain (EE UU), recientemente clausurado por el Presidente Obama.
En efecto, aún no existe ninguna solución técnica satisfactoria para tal tipo de sustancias que permanecerán tóxicas durante cientos de miles de años. Se trata de un peligroso legado que dejamos a las generaciones futuras a cambio sólo de la obtención de una pequeña fracción de la energía que consumimos en el mundo.
La energía nuclear solo representa en la actualidad el 6% de toda la energía consumida, una magra aportación si la comparamos con los graves problemas que genera.
La Energía Nuclear no es segura. Las inversiones en seguridad en las centrales nucleares españolas se han reducido al 50% tras la liberalización del sector eléctrico en 1999. En este mismo sentido llama la atención la falta de rigor del CSN en algunas actuaciones para garantizar la seguridad de centrales nucleares.
Como demuestra el incremento del número de sucesos de seguridad en las centrales nucleares españolas (un 69% más en el 2006 que en el 2005, según datos oficiales), el parque nuclear español está aquejado de serios problemas: Chernobil
múltiples problemas técnicos de seguridad, debidos en gran parte al agotamiento de su vida útil técnica, y, por otro lado, la progresiva degradación de la cultura de seguridad de los operadores nucleares, más preocupados de rebajar costes y maximizar beneficios que de priorizar la seguridad de sus instalaciones atómicas.
A fines de 2007 la central nuclear de Ascó I (Tarragona) registró una fuga radiactiva que además mantuvo oculta, lo que posibilitó que unas 2000 personas sufrieran riesgo de contaminarse. Además de la gravedad del incidente en sí, su ocultación y manipulación de los medidores de radiactividad por los operarios de la central, hicieron que la gravedad de éste se multiplicara.
La otra central catalana Vandellós II, como la anterior perteneciente a ANAV (Asociación Nuclear Ascó-Vandellós) también fue noticia este año debido a un incendio que se produjo en el motor generador. Este incendio trajo al recuerdo de todos los accidentes de Vandellós I en 1989 que empezó también en los sistemas de generación de electricidad de esta central. Debido a este suceso la central permaneció dos meses parada.
En total, las centrales catalanas pararon 112 días en 2008, 5 veces más que en 2007.
La central de Cofrentes (Valencia) tampoco tuvo un buen 2008, manteniendo la línea desastrosa de 2007 en que sus se revelaron fallos en el mecanismo de introducción de sus barras de control. Se produjeron nada menos que cuatro incidentes reiterados en diferentes válvulas de la central. El 9 de abril se detectó un fallo en las válvulas de alivio de presión de su circuito primario, con la salida de vapor radiactivo a la piscina provista con tal fin.
Previamente, el 13 de enero, se detectó "una fuga en el sistema de muestras del circuito secundario". Pocos días después, el 25 de enero, el sistema de protección del reactor actuó, debido a un "alto flujo neutrónico" que se produjo "tras el cierre inadecuado" de una válvula. Y tres días después, el 28 de enero, el fallo de otra válvula de control obligó a reducir la potencia a un 60%.
El suceso más importante de la central de Trillo (Guadalajara) se produjo el 27 de marzo de 2008. Una prueba de las barras de control, otro elemento clave para la seguridad de la central, muestra que una de las barras baja pero no es capaz de subir, puesto que su mecanismo estaba estropeado. En las operaciones de reparación, los operarios pierden una tuerca que cae en el circuito primario. Esto muestra la falta de calidad y de supervisión en el trabajo de la central nuclear de Trillo
Tampoco la central de Almaraz (Cáceres) se ha visto libre de sucesos este año 2008:
Durante una operación de llenado, el día 2 de mayo de 2008, se ha desbordado la vasija del reactor de la central de Almaraz I, lo que ha hecho que el agua radiactiva invada el edifico de la contención, contaminándolo. Es el segundo incidente grave que ocurrió en esta central en pocos meses.