270 likes | 480 Views
Orar en Cuaresma. Os invitamos a orar con los salmos en esta Cuaresma. Os ofrecemos un espacio de oración con los salmos correspondientes a los cinco Domingos de Cuaresma y al Domingo de Ramos. 1 º Domingo de Cuaresma Salmo 50, 3-6 ª .12-14.17. Ten piedad de m í , oh Dios, en tu bondad,
E N D
Orar en Cuaresma Os invitamos a orar con los salmos en esta Cuaresma. Os ofrecemos un espacio de oración con los salmos correspondientes a los cinco Domingos de Cuaresma y al Domingo de Ramos.
Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi falta. Que mi alma quede limpia de malicia, purifícame de mi pecado. Pues mi falta yo bien la conozco y mi pecado está siempre ante mí;
contra ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Por eso en tu sentencia tú eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu. No me rechaces lejos de tu rostro ni me retires tu espíritu santo.
Dame tu salvación que regocija, y que un espíritu noble me dé fuerza. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza.
Pues recta es la palabra del Señor, y verdad toda obra de sus manos. El ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su gracia.
Está el ojo del Señor sobre los que le temen, y sobre los que esperan en su amor, para arrancar sus vidas de la muerte y darles vida en momentos de hambruna.
En el Señor nosotros esperamos, él es nuestra defensa y nuestro escudo; Venga, Señor, tu amor sobre nosotros, como en ti pusimos nuestra confianza.
Vengan, alegres demos vivas al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva; partamos a su encuentro dando gracias; aclamémosle con cánticos.
¡Entremos, agachémonos, postrémonos; de rodillas ante el Señor que nos creó! Pues él es nuestro Dios y nosotros el pueblo que él pastorea, el rebaño bajo su mano.
Ojalá pudieran hoy oír su voz. "No endurezcan sus corazones como en Meribá, como en el día de Masá en el desierto, allí me desafiaron sus padres y me tentaron, aunque veían mis obras.
El Señor es mi pastor: nada me falta; en verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce, y reconforta mi alma.
Por el camino del bueno me dirige, por amor de su nombre. Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo.
La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios, con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.
Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi vida, mi mansión será la casa del Señora por largos, largos días
Desde el abismo clamo a ti, Señor, ¡Señor, escucha mi voz! que tus oídos pongan atención al clamor de mis súplicas! Señor, si no te olvidas de las faltas, Adonai, ¿quién podrá subsistir?
Pero de ti procede el perdón, y así se te venera. Espero, Señor, mi alma espera, confío en tu palabra; mi alma cuenta con el Señor, más que con la aurora, el centinela. y él liberará a Israel de todas sus culpas.
Todos los que me ven, de mí se burlan, hacen muecas y mueven la cabeza: "¡Confía en el Señor, pues que lo libre, que lo salve si le tiene aprecio!" Como perros de presa me rodean, me acorrala una banda de malvados. Han lastimado mis manos y mis pies. Con tanto mirarme y observarme pudieron contar todos mis huesos.
Reparten entre sí mis vestiduras y mi túnica la tiran a la suerte. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; ¡fuerza mía, corre a socorrerme! Yo hablaré de tu Nombre a mis hermanos, te alabaré también en la asamblea. Alaben al Señor sus servidores, todo el linaje de Jacob lo aclame, toda la raza de Israel lo tema;