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Palabras con historia. “Cada palabra y expresión tiene su historia y su significado y esta página quiere invitarte a descubrir el maravilloso mundo de sus orígenes y acepciones”. PÍCARO
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Palabras con historia “Cada palabra y expresión tiene su historia y su significado y esta página quiere invitarte a descubrir el maravilloso mundo de sus orígenes y acepciones”.
PÍCARO El pícaro fue el héroe de la narrativa picaresca española, que tuvo su máxima expresión en El lazarillo de Tormes. Era un personaje sin recursos, que se valía de toda clase de tretas para sobrevivir. Sobre el origen de la palabra, hay dudas. Se ha dicho que los primeros pícaros fueron los soldados españoles que regresaban a la península ibérica después de las campañas en la Picardía francesa. Abandonados a su suerte, para sobrevivir debían desarrollar las artimañas que su ingenio les permitiera. Sin embargo, Corominas pone en duda esta etimología, pues le parece más probable que la palabra provenga del verbo picar, que en cierta época denotaba varias de las tareas desempeñadas por estos personajes, tales como pinche de cocina y picador de toros. Como respaldo de su hipótesis, el etimólogo catalán observó que pícaro se usaba ya en 1525, aunque con el sentido de «pinche de cocina». Fuente y foto: delcastellano.org
VENTRILOCUO La palabra ventrílocuo proviene del bajo latín ventriloquus 'el que habla con el vientre', que se formó con venter, ventris 'vientre', 'estómago' y loqui 'hablar' . Los ilusionistas de circos, ferias y auditorios solo empezaron a usar la artimaña de atribuir a un muñeco su propia voz a partir del siglo XVI, una ilusión que se hizo mucho más convincente desde el siglo pasado, cuando la introducción de micrófonos y altavoces permitió mejorar considerablemente las técnicas de los ventrílocuos. El truco consiste en hablar sin mover los labios, al tiempo que se mueve la boca del muñeco, causando así la ilusión de que es el muñeco quien habla. A pesar de que la popularización del truco es relativamente reciente, se sabe de la existencia de ventrílocuos desde el siglo VI antes de nuestra era, cuando esta técnica era usada por magos que decían hablar con los muertos. Durante la Edad Media, la Iglesia católica no veía con buenos ojos las actividades de los ventrílocuos y hubo quien afirmó que hablaban con el demonio, pero cuando se entendió que se trataba de mera diversión, la actitud eclesiástica fue un poco más tolerante. El primer ventrílocuo conocido fue un bufón llamado Louis Brabant, de la corte del rey Francisco I de Francia en el siglo XVI. El rey de Inglaterra Carlos I dispuso del ventrílocuo Henry King, también llamado «el susurrador del rey», en la primera mitad del siglo XVII.
¿DE DÓNDE VIENE ''OJALÁ''? Ojalá es uno de los muchos arabismos que tenemos en castellano. Viene de la expresión washā’ llah ‘quiera Dios’. La memoria de este significado se ha perdido y únicamente lo podemos reconstruir mediante la etimología. Quien dice hoy ojalá no piensa en Dios ni deja de pensar, tan solo le da a la oración un matiz optativo (ojo, entiéndase esta palabra como término lingüístico con el significado de ‘deseo de que se realice algo’). Pero curiosamente el significado etimológico sigue encajando a la perfección en los contextos en que aparece esta interjección. Si no me crees (que no tienes por qué creerme), prueba a sustituir ojalá por quiera Dios (que) en unas cuantas oraciones. ¡Ojalá funcione! Fuente: http://blog.lengua-e.com/
GARRAPATA Alfonso de Palencia definía garrapata en su Universal Vocabulario (1490) como un «arácnido que vive parásito sobre ciertos animales chupándoles la sangre». Covarrubias (1611) decía que la palabra se había formado por composición con garra y pata, pero Corominas observa que parece ser más bien una metátesis de gaparrata, palabra formada por la voz caparra, que designa a la garrapata en vasco, en mozárabe y en catalán occidental. Es probable que pertenezca al sustrato ibérico anterior a la llegada de los romanos. El propio Corominas señala su semejanza con la palabra vasca kapar(r)a, que significa "zarza", tal vez porque la zarza se adhiere a la piel como la garrapata.
SABIONDO/ SABIHONDO (Del lat. *sapibundus, de *sapĭus, por sapiens). 1. adj. coloq. Que presume de sabio sin serlo. U. t. c. s. Real Academia Española Lejos de ser una falta de ortografía, la forma sabiondo es la originaria, ya que esta voz parece proceder de la forma reconstruida del latín vulgar sapibundus (adjetivo derivado de sapere ‘saber’); enseguida, y por influjo de hondo (‘profundo’), surgió la variante sabihondo, que está desplazando en el uso culto actual a la forma originaria. Fuente y foto: el arca de las palabras
otoño La palabra Otoño deriva del Latín autumnus, y ésa a su vez de la composición de auctus y annus (año). Auctus, a um son participios pasado de Augeo, y a su vez del griego Auxo (Aumentar). Después de toda esta complicación de palabras, significaría que llega la plenitud del año, tal vez proviene de observar que la vegetación ya está en el final de su ciclo. También se suele decir comparativamente, que cuando las personas llegan a su madurez, que están en el otoño de sus vidas, que están en el Auge de la vida.
ADOLESCENTE 26 de abril de 2011 a la(s) 15:57 Este término fue introducido en la literatura científica en el año de 1904, para referirse al periodo de desarrollo entre la infancia y la etapa adulta. ¿Quién creó el término? Fue el psicólogo y educador estadounidense F. Stanley Hall (1846-1924). Lo usó para la obra Adolescense. ItsPsychology and itsRelations to Physiology, Anthropology, Sociology, Sex, Crime, Religion and Education. Esta palabra, que deriva del griego adolecere, ‘crecer’, se refiere al proceso psicológico y psicosocial de la pubertad y su evolución física, emocional y social.
LOTERÍA La historia de esta palabra nos muestra cuán antigua es la tendencia de los seres humanos a buscar en el azar la solución de sus problemas. En efecto, en su origen más remoto, encontramos la palabra germánica prehistórica khlut, usada para designar los objetos de los cuales aquellos pueblos se valían para tomar decisiones al azar, que llegó a la lengua de los francos y al inglés antiguo como hlot. Entre los francos hlot ya aparecía vinculada, como hoy, a la idea de ganar mucho dinero rápidamente y significaba 'herencia' y también 'azar'. El término germánico llegó al neerlandés, lengua en la cual adoptó la forma loterij, a partir de la cual surgieron el vocablo italiano lotteria y el francés loterie, que llegó a nuestra lengua convertido en lotería. Fuente y foto: delcastellano.org
LIBÉLULA Del neolatínlibellula, con el mismo significado, y este diminutivo del latín clásico libella, a su vez diminutivo de libra, "balanza". Al parecer se le dio el nombre a este insecto por su capacidad de permanecer suspendido y equilibrado en el aire. Fuente y foto: wikipedia
CAMUFLAJE Esta palabra ingresó al diccionario de la academia española en su edición de 1970, proveniente del inglés camouflage, lengua en la cual se empleaba desde la I Guerra Mundial, cuando el arte de ocultarse de los enemigos se había desarrollado mucho. El inglés, por su parte, la había tomado del verbo francés camoufler 'tornar irreconocible', testimoniado desde 1821, pero los franceses, a su vez, lo habían adoptado del italiano camuffare 'engañar', formado por ca' (acortamiento de càpo 'cabeza') y muffare, derivado de una raíz germánica con el sentido de 'embrollar, confundir', presente también en el inglés muffle 'abrigar, envolver'. Fuente: delcastellano.org Foto: google