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ESPERANZA CRISTIANA. Texto: Antonio Rodríguez Carmona Montaje: Antonio García Polo. 0. Adviento y esperanza cristiana. * El Año litúrgico recuerda y actualiza las grandes etapas de la Historia de la salvación, las intervenciones divinas y las respuestas que debemos dar los hombres.
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ESPERANZA CRISTIANA Texto: Antonio Rodríguez Carmona Montaje: Antonio García Polo
0. Adviento y esperanza cristiana
* El Año litúrgico recuerda y actualiza las grandes etapas de la Historia de la salvación, las intervenciones divinas y las respuestas que debemos dar los hombres. * En Adviento recordamos el tiempo de espera del pueblo judío y de toda la humanidad, que culminó en la encarnación del Hijo de Dios, a la que siguió su muerte y resurrección. Pero no ha acabado todo. Jesús vendrá de nuevo en su parusía.
* El cristiano espera esta segunda venida de Jesús. Por ello la virtud que hay que cultivar en Adviento es la esperanza. * Se trata de una espera desde la resurrección de Jesús. No se espera que venga por primera vez sino que se haga presente el que ya está entre nosotros de varias formas y lo estará plenamente en la parusía. Viene en cada momento y vendrá en el futuro plenamente, poniendo fin a esta historia. Adviento y Navidad es una celebración de la Pascua en tono menor. * En este contexto la Iglesia nos invita a profundizar en la esperanza cristiana.
* Psicológicamente una persona que no espera está muerta. Las crisis de la esperanza son graves y hay que resolverlas pronto y adecuadamente. * Teológicamente la esperanza es una virtud fundamental, teologal, dada por Dios, junto con la fe que es su fundamento y el amor, que es su consecuencia. Por eso debe esta presente en toda actividad cristiana.
* El futuro y plenitud de la Historia de la Salvación: plena felicidad personal y colectiva como hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. Las primeras lecturas de este tiempo de Adviento recuerdan las grandes promesas: mundo de justicia y paz, alegría, plenitud, banquete escatológico, mundo sin dolor ni muerte... * Junto con esta meta esperamos la ayuda divina para caminar cada día hacia esa plenitud a pesar de las dificultades, porque Dios es fiel. * Es una meta de totalidad, que no hay que rebajar con metas pobres y humanas.
*El fundamento teológicode la esperanza es fe en la palabra-promesa de Dios omnipotente, que no puede fallar. Por eso la esperanza cristiana se distingue de las expectativas humanas. La expectativa se funda en lo que puede dar de sí razonablemente una situación determinada, la esperanza en la promesa de Dios que ha puesto en marcha una Historia de salvación que camina hacia su meta. Se exige cooperación humana, pero no es lo decisivo. Por eso no se trata de una historia edificante, que solo depende de la cooperación de los hombres, sino de una Historia de salvación cuyo protagonista es Dios.
* Este fundamento se concreta en la resurrección de Jesucristo, en la que la Historia ya ha llegado a su consumación. El futuro será el despliegue explícito de toda la salvación que ya está en él.
* La Iglesia primitiva expresaba esta convicción con dos formas de leer la invocación maranatha: + Maran atha,nuestro Señor está viniendo(1 Cor 16,22): el Resucitado está viniendo constantemente a la historia de cada persona y a la colectiva, la parusía será la consumación de este venir. Jesús viene en cada acontecimiento, esperando acogida. + Marara tha, ven, Señor nuestro(Apoc 22,20): es el deseo de que sea real en cada momento la venida del Señor por la acogida del creyente que así va construyendo el futuro, hasta que llegue la plenitud en la parusía del Señor.
* Consecuencias de este fundamento teológico: + Reavivar las promesas de Dios, recordar nuestro futuro + Reavivar la fe en Dios todopoderoso para el que nada es imposible. No poner imposibles en nuestra vida. Hay que luchar con realismo, pero sin rebajas. + Reavivar la fe en lo que implica la resurrección de Jesús. + Finalmente, porque la fe es oscura, la esperanza también será oscura y necesita constancia: la fe engendra aguante, constancia. En Pablo esperanza es sinónimo de constancia.
*Fundamento antropológico es la conciencia de la propia pobreza. Es necesario sentir necesidad de algo para esperarlo, el que no tiene necesidad de nada, no espera nada; al autosuficiente le sobra la esperanza. Jesús vino a buscar a los pecadores, pero no todos se consideraron pecadores. El ideal de Jesús es el niño, el que sabe depender con naturalidad (Mc 10,15).
*Alguno pensará: Esto está muy bien, pero ¿qué tiene que ver con las esperanzas existenciales reales actuales de la gente de la calle? La gente espera trabajo, seguridad existencial, dinero, amistad, pasarlo bien... * La esperanza teologal de la parusía de Jesús no excluye las esperanzas humanas inmediatas. * La esperanza cristiana asume y potencia todo lo positivo de la esperanza humana, porque la gracia no destruye la naturaleza, sino que la purifica y perfecciona.
*Por eso se llega a la meta de la esperanza cristiana por las metas de la esperanza humana, es decir, se llega a plenitud de la vida filial y fraternal, expresión del futuro reino de Dios, por actos concretos de filiación y fraternidad ahora, ayudando a los hombres a satisfacer sus esperanzas actuales: mundo más justo, más humano, sin dolor.
*Bienaventurados los que trabajan por la paz porque ellos llegarán a la plenitud de la vida filial(Mt 5,9): los que se consagran a hacer de la tierra un banquete, cooperando con los hombres a satisfacer sus esperanzas legítimas, se sentarán como hijos en el banquete escatológico. * Por otra parte, la esperanza teologal relativiza y purifica las esperanzas humanas. Por un lado, hace ver su carácter relativo, por otro, las purifica de todos los elementos negativos, aquellos que realmente no realizan a la persona.
5. Por eso la esperanza es «mesiánica».
* En el Antiguo Testamento Dios actúa directamente o por medio de sus enviados. A éstos los unge previamente para que puedan realizar su tarea. Así fueron ungidos los reyes, profetas, sacerdotes y otros. Para su actuación futura, en que establecería su reino definitivo, anunció Dios que enviaría un ungido especial, el Mesías, el Ungido (Is 61,1-2).
* Jesús legitimó su misión presentándose como el que cumple las promesas de Dios: ¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?. Y respondiendo Jesús les dijo: Id y decidle a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos son curados y los sordos oyen, los muertos son resucitados y los pobres son evangelizados Mt 11,2-5)
Vino a Nazará... entró en la sinagoga... Le entregaron el volumen del profeta Isaías y ... halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor... Comenzó, pues, a decirles: Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy. (Lc 4,16-21)
* “Cristiano” significa ungidopor el bautismo e implica estar asociado a la misión de Jesús con la tarea de prolongarla, cumpliendo las promesas salvadoras de Dios. * La esperanza cristiana implica recibir salvación para compartirla; es activa y dinámica: se recibe en la medida en que se da.
* Una de las mayores tentaciones contra la esperanza es la experiencia de nuestra pobreza personal y comunitaria, y de la pobreza de medios ante la tarea que se nos encomienda en la venida del reino de Dios, en medio de un ambiente hostil.
* Ya Jesús nos previno: « ¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra. » (Mc 4,30-32).
* Para el judío del tiempo de Jesús la semilla que germina no es fruto de un dinamismo interno, sino un milagro de Dios. Así Jesús nos enseña que en la pequeñez del presente está ya oculta la grandeza del futuro, por un milagro de Dios. No se trata de expectativas humanas –que hay que cuidar en la medida de lo posible- sino de esperanza cristiana.
7. María inmaculada, modelo de esperanza.
* Dos veces aparece en adviento la figura de María, en la fiesta de su Inmaculada Concepción y en 4º domingo. * En ellas aparecen los dos fundamentos de la esperanza: es la mujer que espera porque cree en la palabra de Dios, para el que nada es imposible (Lc 1,37) y, por otro lado, es la humilde sierva que acoge los dones de Dios, que la capacitan para la virginidad fecunda con un corazón limpio. Finalmente su esperanza es mesiánica, servicial y se traduce en servir a su prima Isabel en contexto de fe y oración.
FIN Adviento 2009