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http://www.artmajeur.com/rodolforamirez. raciel.ramirez@gmail.com. Poeta: Osiel Llanes. Cundeamor y Cardo Santo Ayer solté los pichones Que le había robado a un nido, y voy a romper de olvido mis trampas y mis jaulones. Ese mundo de prisiones
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http://www.artmajeur.com/rodolforamirez raciel.ramirez@gmail.com Poeta: Osiel Llanes
Cundeamor y Cardo Santo Ayer solté los pichones Que le había robado a un nido, y voy a romper de olvido mis trampas y mis jaulones. Ese mundo de prisiones en mi mente ya no cabe, porque el amor como un ave, se posó en mi pecho ayer, volviéndome sin saber novio de quien no sabe.
Colilla ¡Oh fumador homicida! Te habla la voz del paisaje que se convierte en mensaje para tu breva encendida. Su fuego ciega la vida que babita en las ramazones, pero además tus pulmones también son paisajes puros que se irán poniendo oscuros mientras que no reflexiones.
Un verano más Verano, cuanto esperé tus vitales aguaceros, sentí caer los primeros y con ellos retoñé. Con frutos te pagaré tanta vida renovada, y continuaré aferrada contra ciclón y abandono hasta servirle de abono al sitio que fue sembrada.
Nos vemos ayer, noche- día Es de día y no imagino Un momento nocturnal, de la leyenda rural, el coco a mi casa vino oigo a mi abuelo cansino en canto dulce decir; que el coco suele venir y comerse por enteros a los niños majaderos que se niegan a dormir
El almácigo De niño, en tus cicatrices mi suave oído apoyaba, para ver si así escuchaba el llanto de tus raíces. Hoy que de lejos me dices tu historia sentimental te me presentas igual como cuando te envolviera una cruel enredadera con espinas de metal
Casa de V Un anciano de carbón el rostro no me mostraba mientras mi infancia le daba una configuración. Pero con una porción del niño que un día fui continuó viviendo en mi; a veces he vuelto a ver el rostro que nunca vi.
Diversión Yo tengo a poca distancia de una escuelita rural, un trineo vejetal para deslizar mi infancia. Y por la infantil constancia de un juego que no termina, la diversión campesina del soñador más travieso sigue a la hora del receso bajando por la colina.
La osa Cuando arreglaba el montero una cerca, me decía que tras el cercado había una osa en el potrero. Mi infancia con desespero se ponía temblorosa y hoy ya no veo otra cosa cuando paso por el lado de un alambre desclavado me tropiezo con la osa.
http://www.artmajeur.com/rodolforamirez raciel.ramirez@gmail.com Poeta: Osiel Llanes