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La Celestina , de Fernando de Rojas. A cargo de Pere Pajerols.
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La Celestina, de Fernando de Rojas A cargo de Pere Pajerols
La Celestina es una de las obras más universales de la literatura española de todos los tiempos.Ya en su tiempo, tuvo un gran éxito (entre 1500 y 1650 se publicaron unas 90 ediciones en castellano) y fue traducida a varias lenguas.Fijará las bases de la novela y el teatro posteriores, y se considera el inicio de los Siglos de Oro de las letras españolas.
1.1. El Prerrenacimiento • El siglo XV. Cambio de mentalidad que supone una ruptura con la concepción medieval del mundo. • Humanismo. La visión teocéntrica de la Edad Media es sustituida por un antropocentrismo que ensalza al individuo. • Redescubrimiento de la Antigüedad clásica. Los humanistas verán en las obras de los antiguos un modelo a imitar. • Cambio social. El crecimiento de las ciudades conllevó que la burguesía adquiriera más poder. • Revolución cultural. Se fundan nuevas universidades y se difunde la cultura a través de la imprenta.
1.2. La situación en España • Unificación política. Unión de los reinos de Castilla y Aragón al rededor de un poder monárquico fuerte. • Política religiosa. Intolerancia religiosa y difícil situación de los conversos. • Cambio cultural. Las ideas humanistas y la admiración por la cultura grecolatina se difunden a través de las universidades y de la imprenta.
1.3. La literatura en el siglo XV • Nueva literatura. Nuevo impulso de la literatura castellana mediante la imitación de los modelos latinos e italianos. • Teatro. El teatro del momento es fundamentalmentereligioso, aunqueaparecen las primerasmanifestaciones de teatro profano (Églogasde Juan del Encina). • Narrativa. Éxito de las novelas de caballerías y de las novelassentimentales: ambaspresentan un mundo idealizado. • Poesía. Surge una poesía culta o de cancionero, inspirada en el amor cortés.
Autoría y ediciones de La Celestina La crítica coincide en presentar a Fernando de Rojas como el autor de buena parte de la obra. Sin embargo, en el Prólogo de la obra, el propio Rojas declara haber decidido continuar la obra después de encontrarse un manuscrito con el primer acto. Por todo ello, en la actualidad, la cuestión de la autoría de La Celestina sigue siendo un enigma.
2.1. Ediciones de La Celestina Existen dos versiones principales de la obra: la Comedia (16 actos) y la Tragicomedia (21 actos). La Comedia aparece a partir de 1499 (edición de Burgos), aunque parece que fue escrita un par de años antes. La Tragicomedia (1507) presenta un prólogo en el que se revela la identidad del autor y cinco actos más (el llamado “Tratado de Centurio”). La mayor parte de la autoría se atribuye a Fernando de Rojas, aunque él mismo declara haber encontrado el primer acto.
2.2. Fernando de Rojas Nace hacia 1476 en la Puebla de Montalbán (Toledo) y muere el 1541. 1488-1500. Estudia en la Universidad de Salamanca y obtiene el título de bachiller en Leyes. Compone La Celestina. Ejerce de abogado y llega a ser alcalde de Talavera de la Reina. ¿Posible origen converso?
Primera edición de la obra Burgos, 1499. Edición anónima. No constan ni el título ni el autor. XVI actos.
Nuevas ediciones Toledo y Salamanca, 1500. Edición anónima. Título: Comedia de Calisto y Melibea. XVI actos. Preliminares: Carta: “El autor a un amigo suyo”. Poema: “El autor escusándose de su error en esta obra que escribió, argumenta y compara contra sí mismo”. En el poema se filtra el nombre del autor. Finales: Poema: “Alonso de Proaza, corrector de la impresión, al lector”.
El texto definitivo Zaragoza, 1507. Edición anónima. Título: Tragicomedia de Calisto y Melibea. XXI actos: Correcciones sobre el texto ya existente Se intercalan cinco nuevos actos (Tratado de Centurio”). Preliminares: Se añade el Prólogo: “Todas las cosas son criadas a la manera de la contienda o batalla…”. Finales: Se añade el Poema: “Concluye el autor, aplicando la obra al propósito por que la acabó”.
Tres hipótesis sobre la autoría Autoría única: La Celestina es obra solo de Fernando de Rojas. Doble autoría: Rojas continuó un manuscrito de un autor desconocido y lo concluyó en dos etapas (primero XVI actos y después XXI). Autoría triple: Rojas concluyó la versión de XVI actos y un tercer autor añadió los cinco actos de la Tragicomedia.
Análisis de la obra La Celestina es una obra de difícil catalogación: combina elementos dramáticos y del narrativos, de la tragedia y de la comedia; reelabora la tradición de la comedia humanística y anticipa elementos de la novela posterior. La profundidad psicológica de sus personajes y el crudo pesimismo con que trata temas como el amor, la muerte o la fugacidad de la vida, la alejan de la literatura idealista y sentimental de la época, y constituyen el fiel reflejo de una sociedad sumida en una profunda crisis de valores culturales.
3.1. Género y tradición Difícil catalogación. Obra dialogada que, sin embargo, presenta elementos narrativos: cambios de escenario, amplio argumento, etc. La Celestina se sitúa en la tradición de la comedia humanística: Enredos amorosos Personaje de la alcahueta Obra para ser leída, no representada Personajes de distintos estratos sociales Lengua culta y vulgar, refranes… Se percibe la influencia de Petrarca, el Tirant Lo Blanc, y autores clásicos como Aristóteles o Séneca.
3.2. El título Tragicomedia. La obra no se ajusta ni a la definición clásica comedia ni de tragedia. Aunque la intriga amorosa es propia de la comedia, la obra tiene un final trágico y el mensaje es pesimista. Sin embargo, tampoco podemos hablar de tragedia: Personajes de baja condición social (sirvientes, prostitutas, etc.) Lenguaje vulgar y expresiones populares Presencia de elementos cómicos o grotescos (la cobardía de Centurio)
3.3. El argumento Argumento principal. Los amores de Calisto y Melibea Tramas secundarias. Amores de Pármeno y Areúsa, Sempronio y Elisa (contrapunto). Precedentes. El argumento de La Celestina sigue el de la comedia Pamphilus, de amore (s.XII), en que aparece la figura de la alcahueta. El final trágico de los amantes recuerda a Cárcel de amor (1492), de Diego de San Pedro. Escenas amorosas que recuerdan a las de Tirant Lo Blanc.
3.4. La estructura Estructura externa. 21 actos. Estructura interna: Acto I. Planteamiento. Actos II-XII: los amores de Calisto y Melibea, y la intervención de los criados y Celestina. Actos XIII-XX: afán de venganza de Elicia y Areúsa, desenlace trágico. Acto XXI: planto de Pleberio (conclusión).
3.5. Espacio y tiempo Espacio urbano, con muchos cambios de escenario: iglesias, plazas, calles, etc. Tres espacios principales: casa de Calisto, prostíbulo de Celestina, Palacio de los padres de Melibea. Tiempo. La acción se desarrolla en 5 días: 1er día: acto I-VII 2º día: acto VIII-XII 3er día: acto XIII-XIV 4º día: actos XIV-XV 5º día (un mes después): actos XVI-XXI.
3.6. Los personajes Choque de dos mundos: amos y criados. Celestina, como vínculo de unión entre todos los personajes. Los señores. Encarnan la decadencia de los valores caballerescos de la edad media. Los siervos. No son leales, buscan el propio interés, y ven en el dinero la única posibilidad de prosperar. Todos los personajes son egoístas y utilizan a los demás como un medio para lograr sus fines (riquezas, placer, etc.). Personajes arrastrados por sus pasiones más bajas: lujuria, codicia, venganza, etc.
3.7. Los temas Tema de la “enfermedad de amor”. Parodia del amor cortés, acaba reducido a una búsqueda egoísta del placer sexual (“carpe diem”). El dinero. Enriquecimiento como fin vital cuya consecución está por encima de toda consideración moral (ideología de la burguesía). La Fortuna y la muerte. Visión pesimista de la vida, del destino ydel amor, y la muerte como algo fatídico e igualador (Hac lacrimum valle). La magia. Papel ambiguo en la obra: ¿hasta qué punto influye en el comportamiento de Melibea? La prostitución. Fenómeno cotidiano y aceptado (clientes procedentes de todas las clases sociales).
3.8. El estilo Alternancia de registros: Lenguaje culto, refinado, adornado con figuras retóricas y tópicos literarios (personajes nobles). Lenguaje popular y vivo, lleno de refranes y dichos populares, que refleja la naturalidad del habla coloquial (personajes del pueblo). Lenguaje obsceno. Abundan las alusiones eróticas, a veces muy explícitas y otras encubiertas bajo expresiones humorísticas de doble sentido. Alusiones eruditas. Abundancia de citas de autores clásicos, referencias mitológicas e históricas, y latinismos. Estilo retórico. Abundan las figuras retóricas.
3.9. Técnica dramática Diálogos. Ante la ausencia de acotaciones, sirven para deducir lo que ocurre en la escena. Monólogos. Revelan la psicología de los personajes. Apartes. Buscan la complicidad del lector y crear situaciones cómica. Perspectivismo. Una misma situación es presentada por duplicado desde la perspectiva de personajes distintos.
Celestina, como personaje I Antigua prostituta… Caballeros, viejos, mozos, abades de todas dignidades, desde obispos hasta sacristanes. En entrando por la iglesia, veía quitarse los bonetes en mi honor, como si yo fuera una duquesa… … su actual ocupación, según Pármeno… Ella tenía seis oficios; conviene saber: lavandera, perfumera, maestra de hacer cosméticos y de hacer virgos, alcahueta y un poquito hechicera. Era el primero oficio cobertura de los otros… Amante del buen vino… Y en verdad que nadie conocía mejor el vino y cualquier mercancía que ella. Cuando pensaba que no era llegada, era de vuelta. Allá la convidaban, según el amor todos le tenían, que jamás volvía sin ocho o diez vasos de vino, dos litros en el jarro y otro en el cuerpo. …y de otros placeres mundanos… Quedaos con Dios, que voyme solo porque me hacéis dentera con vuestro besar y vuestro retozar, que aún el sabor en las encías me quedó, no lo perdí con las muelas…
Celestina, como personaje II Su conducta parece insinuar cierta bisexualidad: [A Areúsa, que está desnuda] ¡Y qué gorda y fresca que estás! ¡Qué pechos y qué gentileza! Por hermosa te tenía hasta ahora, viendo lo que todos podían ver, pero ahora que te que no hay en la ciudad tres cuerpos tales como el tuyo. Celebra el placer sexual, y recuerda, con añoranza, su juventud, en la que podía gozar plenamente de su sexualidad. Aquí desarrolla a su manera el tópico del “carpe diem”: Gozad vuestras frescas mocedades, que quien tiempo tiene y mejor le espera, tiempo viene que se arrepiente, como yo hago ahora por algunas horas que dejé perder, cuando moza, cuando estaba de buen ver, cuando me querían. Que ya, ¡mal pecado!, caducado he, nadie no me quiere. ¡Qué sabe Dios mi buen deseo! Y en la vejez, encuentra en el voyeurismo, una fuente de placer alternativa: Besaos y abrazaos, que a mí no me queda otra cosa sino gozarme de verlo […] y la vieja Celestina mascará de envidia con sus vacías encías las migajas de los manteles.
Celestina, como personaje III La codicia, su desmedida avidez de dinero, es la causa de su muerte: SEMPRONIO.- ¡Oh vieja avarienta, muerta de sed por dinero!, ¿no serás contenta con la tercia parte de lo ganado? CELESTINA.- ¿Qué tercia parte? Vete con Dios de mi casa tú. Y esotro no dé voces, no allegue la vecindad. No me hagáis salir de seso, no queráis que salgan a plaza las cosas de Calisto y vuestras.
Alternancia de registros I MELIBEA: Cesen, señor mío, tus verdaderas querellas; que ni mi corazón basta para lo sufrir, ni mis ojos para lo disimular. Tú lloras de tristeza, juzgándome cruel; yo lloro de placer viéndote fiel. ¡Oh, mi señor y bien todo! CALISTO: ¡Oh señora mía, esperanza de mi gloria, descanso y alivio de mi pena, alegría de mi corazón! Diálogos de Calisto y Melibea: lenguaje culto y refinado Paralelismo PÁRMENO: Digo que te creo, pero no me atrevo. ¡Déjame! CELESTINA: ¡Oh, mezquino! De enfermo corazón es no poder sufrir el bien. Da dios habas a quien no tiene quijadas. ¡Oh, simple! Diálogos de Pérmeno y Celestina: lenguaje popular y espontáneo. Refrán
Alternancia de registros II A veces, un cambio brusco de registro sirve para revelar las verdaderas motivaciones de un personaje. En este fragmento, Calisisto, incapaz de contener su deseo sexual, desviste a Melibea sin hacer caso de sus protestas. Lo interessante es ver que la verborrea ampulosa y afectada que Calisto suele emplear para dirigirse a Melibea, queda desmentida y ridiculizada por la brusquedad de una expresión que por su crudeza, casi soez, revela la naturaleza puramente sexual de su deseo: CALISTO: Señora, el que quiere comer el ave, quita primero las plumas.
El tema de la “enfermedad de amor” Fragmento de un tratado de medicina medieval.
Amor y misoginia ... Pero destas otras, ¿quién te contará sus mentiras, sus tráfagos, sus cambios, su liviandad, sus lagrimillas, sus alteraciones, sus osadías? Que todo lo que piensan, osan sin deliberar. ¿Sus dissimulaciones, su lengua, su engaño, su olvido, su desamor, su ingratitud, su incostancia, su testimoniar, su negar, su rebolver, su presunción, su vanagloria, su abatimiento, su locura, su desdén, su soberbia, su subjección, su parlería, su golosina, su luxuria y suciedad, su miedo, su atrevimiento, sus hechizerias, sus embaymientos, sus escarnios, su deslenguamiento, su desvergüenza, su alcahuetería? Considera ¡ qué sesito está debaxo de aquellas grandes y delgadas tocas! ¡Que pensamiento so aquellas gorgeras, so aquel fausto, so aquellas largas y autorizantes ropas! ¡Que imperfección, qué alvañales debaxo de templos pintados! Por ellas es dicho: arma del diablo, cabeça de pecado, destruyción de parayso... De Rojas pone en boca de Sempronio un discurso misógino que se remonta a las fuentes tradicionales más diversas.
Conflicto social en La Celestina En La Celestina, los pobres, los criados, apetecen la riqueza, anhelan bienestar y felicidad, son dados al amor y no encuentran fundamento para que el goce de estos y otros bienes esté reservado a los poderosos. Entre otras cosas, porque se considera que no hay diferencia en el fondo, entre los sentimientos de unos y de otros. [...] Los personajes celestinescos de los estratos inferiores quieren vivir, gozar, enriquecerse por su cuenta y para sí mismos. Su egoísmo es la energía que mueve su voluntad individualista. Por eso detestan la servidumbre en que están, bajo unos señores cuya instalación en un «status» privilegiado no tiene, ante sus ojos, fundamento objetivo. Ello les empuja a querer librarse de su servicio, -no como clase social, claro está, pero sí, por lo menos, personalmente. Y a ese gesto, a primera vista negativo, de librarse de ajena dominación, se le llama libertad. El mundo social de "La Celestina" / José Antonio Maravall
Sabiduría popular en La Celestina Malo es esperar salud en muerte ajena. Allá irá la soga tras el caldero. Si posible es sanar sin arte ni aparejo, más ligero es guarecer por arte y por cura. Como de lo vivo a lo pintado. El comienzo de la salud es conocer hombre la dolencia del enfermo. Harto mal es tener la voluntad en un solo lugar cautiva. Haz tú lo que bien digo, e no lo que mal hago. Las mujeres y el vino hacen a los hombres renegar. ¡Oh qué hastío es conferir con ellas [=las mujeres] más de aquel breve tiempo que aparejadas son a deleite! Miserable cosa es pensar ser maestro el que nunca fue discípulo. Peor extremo es dejarse hombre caer de su merecimiento que ponerse en más alto lugar que debe. Porque sin los bienes de fuera, de los cuales la Fortuna es señora, a ninguno acaece en esta vida ser bienaventurado. Como la materia apetece a la forma, así la mujer al varón. Mirar con ojos de alinde. Sin merced, imposible es obrarse bien ninguna cosa. La Celestina es un tesoro inagotable de refranes y frases hechas que reflejan el habla popular de la época. He aquí un enlace en el que se recogen, acto por acto, los giros y refranes de la obra: http://www.badosa.com/bin/obra.pl?id=n266-27 La Celestina es un tesoro inagotable de refranes y frases hechas que reflejan el habla popular de la época. He aquí un enlace en el que se recogen, acto por acto, los giros y refranes de la obra: http://www.badosa.com/bin/obra.pl?id=n266-27
Estilo retórico Una característica del lenguaje de La Celestina es el estilo retórico y la profusión de figuras retóricas. En este pasaje del acto X, Celestina ofrece una definición del amor articulada al rededor de la antítesis: Es fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento, una dulce y fiera herida, una blanda muerte. Es hielo abrasador, es fuego helado,es herida que duele y no se siente,es un soñado bien, un mal presente,es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado,un cobarde con nombre de valiente,un andar solitario entre la gente,un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada,que dura hasta el postrero paroxismo;enfermedad que crece si es curada. Éste es el niño Amor, éste es su abismo.¿Mirad cuál amistad tendrá con nadael que en todo es contrario de sí mismo! Los términos utilizados para definir la naturaleza contradictoria del sentimiento amoroso, recuerdan el célebre soneto de Francisco de Quevedo:
Simultaneidad Un mismo hecho (la muerte de Sempronio y Pármeno) es presentado por duplicado desde la perspectiva de dos personajes distintos.
¿Cómo es, en realidad, Melibea? En el I acto, Calisto alaba la belleza incomparable de Melibea en los términos propios del tópico literario de la “descriptio puellae” CALISTO.- Comienzo por los cabellos. ¿Ves tú las madejas del oro delgado que hilan en Arabia? Más lindos son y no resplandecen menos. Su longura hasta el postrero asiento de sus pies, después crinados y atados con la delgada cuerda, como ella se los pone, no ha más menester para convertir los hombres en piedras. Los ojos verdes rasgados, las pestañas luengas, las cejas delgadas y alzadas, la nariz mediana, la boca pequeña, los dientes menudos y blancos, los labios colorados y grosezuelos, el torno del rostro poco más luengo que redondo, el pecho alto, la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿quién te la podría figurar? ¡Que se despereza el hombre cuando las mira! La tez lisa, lustrosa, el cuero suyo oscurece la nieve, la color mezclada, cual ella laescogió para sí.
¿Cómo es, en realidad, Melibea? Sin embargo, más adelante Elicia nos la presenta como una mujer vulgar y de un modo mucho menos idealizado: ELICIA.- Aquella hermosura, por una moneda se compra en la tienda. Por cierto, que conozco yo en la calle donde ella vive cuatro doncellas en quien Dios más repartió su gracia que no en Melibea, que si algo tiene de hermosura es por buenas ropas que lleva. Ponedlas a un palo, ¿también diréis que es gentil? ¿Es solamente la envidia lo que hace expresarse a Elicia en estos términos? Lo cierto es que esta combinación de puntos de vista, a veces contradictorios, sobre un mismo hecho, contribuye a la ambigüedad que rodea toda la obra.
Calisto y Melibea Calisto es un joven aristócrata a quien solamente le preocupa satisfacer sus deseos, atropellando a quien sea para conseguirlo. Encarna el 'loco amor', del que es víctima, y se deja arrastrar por su pasión descontrolada. Es la contrapartida del amante cortés, y sus criados ridiculizan la afectación de su lenguaje. Melibea es una mujer temperamental, que pasa de la resistencia a la absoluta entrega a Calisto. Su rechazo inicial no viene motivado por convicciones morales, sino que es el resultado hipócrita de las convenciones sociales. No sabemos hasta que punto actúa bajo el influjo del hechizo de Celestina; lo cierto es que, una vez se deja llevar por su pasión, se muestra decidida y calculadora. La muerte de Calisto la deja en una delicada posición moral.
Pleberio y Alisa Alisa es la madre de Melibea y no mantiene una verdadera relación con su hija; encara el sometimiento servil a las convenciones sociales: se limita a especular sobre el matrimonio de su hija sin haberle consultado apenas. Pleberio es un mercader enriquecido que ama a su única hija. Es comprensivo con Melibea e intenta evitar su suicidio. El dolor por la muerte de la hija en la que había puesto todas sus esperanzas es sincero y desgarrador, y con su planto final (que entronca con la tradición elegíaca medieval) pone punto y final a la obra.
Celestina Celestina ejerce de intermediaria entre diversos personajes de la obra, proporcionando a cada cual la satisfacción de su deseo sexual. Usa su astucia para manipular psicológicamente a los demás, que acaban siendo títeres a su merced, pero su propia codicia la lleva a su perdición. El personaje cuenta con numerosos precedentes en la tradición, que van desde las comedias de Plauto al personaje de la Trotaconventos en Libro de buen amor.
Sempronio y Pármeno Sempronio encarna la figura del sirviente desleal. Asume un discurso misógino culto de raíz medieval, lo que no impide caiga a los pies de Elicia. Es astuto y codicioso, y sabe manipular a su amo. Pármeno experimenta una evolución: empieza siendo el contrapunto de Sempronio mostrándose fiel a su amo y advirtiéndolo de las malas artes de Celestina, que al final logra persuadirlo para que colabore con ella y Sempronio.
Elicia y Areúsa Elicia es el personaje más dependiente e influenciado por Celestina. Tiene un clientela fija y solo se preocupa de disfrutar el presente, siguiendo las enseñanzas de su maestra. Después de la muerte de su mentora, se siente indefensa y decide tomar las riendas de su vida. Areúsa un personaje más complejo y autónomo, ya que al principio muestra reparos en dejarse influenciar por los requerimientos de Celestina. Tiene un prometido al que quiere ser leal (Centurio), siendo un instrumento más a manos de la alcahueta. Como Elicia, envidia a Melibea y se muestra contraria a aceptar la superioridad que viene dada por la sangre.
Lucrecia y Ceturio Lucrecia siente envidia de su ama y acaba convertida en cómplice al encubrir los encuentros entre Melibea y Calisto. Centurio es un personaje ridículo, bravucón y pendenciero, que al final se acaba revelando como un cobarde.
Sosía, Tristán, Craso Tienen una función meramente instrumental en la obra. Por ejemplo, los dos primeros tienen que aparecer para contarle a Calisto la muerte de los Sempronio y Pármeno.