E N D
1. Adviento es…
tiempo de espera y de preparación
2. Lectio Divina
6. ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO(San Agustín) Espíritu Santo, inspíranos, para
que pensemos santamente.Espíritu Santo, incítanos,
para que obremos santamente.Espíritu Santo, atráenos,
para que amemos las cosas santas.Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.
8. Evangelio en imágenes
9. Santo Evangelio según San Lucas 1,26-38
«Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue».
10.
Una de las escenas más cautivantes del Evangelio de Lucas es el relato de la visita del ángel a María de Nazaret, ya que el autor le quita todo signo de espectacularidad que podría tener dicho relato, pues es la visita de un ser extraordinario, fuera de serie: es un ángel, y en el otro lado del relato la presencia de una sencilla y joven doncella del pueblo.
11. Lucas nunca pensó que su relato estaría unido en un solo libro a otros Evangelios que contarían o no realidades del nacimiento del Señor Jesús, por eso, quiso ser lo más preciso y veraz en la exactitud del relato. Por lo dicho anteriormente, no hay nada de extraordinario en el texto de hoy, todo se rige a la verdad, al encuentro personal y definitivo de una mujer de pueblo que supo oír la voz de Dios.
12. Ese ángel que anuncia la buena noticia viene como mensajero, como anunciante de un nuevo proyecto en el designio salvífico que Dios tiene para con el ser humano. En dicho proyecto aparece la figura de una mujer que debe aceptar ser la madre del Hijo de Dios.
Después de 21 siglos de la escucha del relato todo nos parece tan fácil de entender y de asumir hasta el punto que muchos han exaltado la tranquilidad con la cual María acepta dicha misión, otros la han disminuido tanto que no quieren que aparezca como una misión importante para el proyecto salvador.
13. En nuestro caso queremos aprovechar este espacio de reflexión para que sin buscar exaltar o disminuir la misión de María, redescubramos como ella si fue importante dentro del proyecto de Dios que tanto ama la vida del ser humano que buscó que su Hijo cumpliera a cabalidad con el recorrido histórico que debe transitar todo ser humano que viene al mundo. Dios ama tanto al ser humano que hace que su único Hijo, sienta el intenso amor que puede abrigarse en el seno maternal de una mujer.
14. El relato destaca la aceptación simple pero comprometida de María, ella se convierte en la sierva que es capaz de cumplir a cabalidad la Palabra del Señor. Su aceptación trae riesgos, grandes sombras sobre su integridad, pero ella sigue con el proyecto de Dios. Hoy es un día para exaltar el canto de la esperanza en los momentos de adversidad.
María sabe que todo no será alegría que muchas situaciones serán tremendamente difíciles. María de Nazaret es capaz de poner su confianza en la Palabra de Dios que da garantía y seguridad al Hijo que empieza a crecer en su seno.
15. En un mundo en crisis, donde muchas personas por miedo al futuro son capaces de aniquilar la vida de los más inocentes para evitar “problemas”, María nos enseña que quien pone su confianza en Dios, todo le sirve para bien.
El aceptar la voluntad de Dios cumpliendo su Palabra no nos exonera de las dificultades, lo único que cambia es nuestra actitud ante las adversidades, pues ante los problemas tenemos un modo de ver y entender las dificultades pues el Espíritu de Dios estará sobre nosotros para vivir con libertad y buen juicio los momentos de peligro.
16.
Que este cuarto domingo sea la inspiración para muchos hombres y en especial para muchas mujeres que están en momentos críticos y que por distintas dificultades pueden estar pensando en renunciar a un embarazo o en destruir la vida, para que vean en el ejemplo de María, a una mujer que tuvo muchos problemas pero que ante ellos supo colocar su confianza y su vida en las manos de un Dios que las ama y las cubre con su sombra.
18. Meditemos con el Santo Padre «En la actual sociedad de consumo, este período sufre por desgracia una especie de «contaminación» comercial, que corre el riesgo de alterar su auténtico espíritu, caracterizado por el recogimiento, la sobriedad, una alegría que no es exterior, sino íntima. Por tanto, es providencial que, como una puerta de entrada en la Navidad, exista la fiesta de la Madre de Jesús, quien mejor que nadie puede guiarnos a conocer, amar, adorar al Hijo de Dios hecho hombre.
Dejemos, por tanto, que sea ella quien nos acompañe; que sus sentimientos nos animen a predisponernos con sinceridad de corazón y apertura de espíritu a reconocer en el Niño de Belén al Hijo de Dios, venido a la tierra por nuestra redención. Caminemos junto a ella con la oración y acojamos la repetida invitación que nos dirige la Liturgia de Adviento a permanecer en espera, una espera vigilante y gozosa, pues el Señor no tardará: viene a liberar a su pueblo del pecado.
19. En muchas familias, continuando una bella y consolidada tradición, inmediatamente después de la fiesta de la Inmaculada, se empieza a preparar el belén, como si se quisiese revivir junto a María estos días plenos de trepidación que precedieron al nacimiento de Jesús. Hacer el belén en casa puede ser una forma sencilla pero eficaz de presentar la fe y transmitirla a los propios hijos. El pesebre nos ayuda a contemplar el misterio del amor de Dios que se ha revelado en la pobreza y en la sencillez de la gruta de Belén.
San Francisco de Asís quedó tan sobrecogido por el misterio de la Encarnación que quiso volver a presentarlo en Greccio con el pesebre viviente, convirtiéndose de este modo en el iniciador de una larga tradición popular que todavía conserva hoy su valor para la evangelización. El belén nos puede ayudar, de hecho, a comprender el secreto de la verdadera Navidad, porque habla de la humildad y de la bondad misericordiosa de Cristo, que «siendo rico, por vosotros se hizo pobre» (2 Corintios 8, 9). Su pobreza enriquece a quien la abraza y la Navidad trae alegría y paz a quienes, como los pastores, acogen en Belén las palabras del ángel: «esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lucas 2, 12). Sigue siendo el signo también para nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI. No hay otra Navidad».
Benedicto XVI. Ángelus 11 de diciembre de 2005.
21. Oremos Dios misericordioso, que iluminas las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tus Palabras: acrecienta en nosotros la fe que tú mismo nos has dado, para que ninguna tentación pueda nunca destruir el ardor de la fe y el amor que has encendido en nuestro corazón. Por Jesucristo, tu Hijo y nuestro Hermano, amén.
22. Oremos para encender la Tercera vela de la corona de adviento Dios Padre del amor, que en María nos dejas un bello ejemplo a seguir para respetar y defender en todo momento la vida. Enséñanos por medio de ella y las palabras de vida de tu querido Hijo a proteger por siempre la vida de los más indefensos de nuestra familia. Amén.
24. Mi compromiso para esta semana será: La maternidad es un auténtico don de Dios. Recemos por aquellas mujeres que están en estado de «buena esperanza» para que acojan con amor y cariño a ese niño que llevan en su vientre. También pidamos por aquellas madres que están pensando abortar en estos días, para que se abran a la gracia de Dios y acogen la bendición de una «vida nueva».
¿Cómo voy a vivir estos días últimos de Adviento-Navidad?