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1880-1906. Isabel de la Trinidad. Mujer fascinada por Dios, alcanzada por su belleza. Profeta ardiente del Dios cercano. Siempre bebiendo de la Fuente. Testigo de una fe viva, luminosa, alegre. Amando a todas horas. ¡Ayúdanos a orar!. Dinos lo que sabes de Dios.
E N D
1880-1906 Isabel de la Trinidad
Profeta ardiente del Dios cercano
Siempre bebiendo de la Fuente
Dinos lo que sabes de Dios. ¡Cuéntanos su AMOR!
¿Cómo hiciste para desarrollar la semilla de Dios en tu corazón?
¿Qué te enseñaron tus padres? Francisco José Catez María Rolland
¿Por qué te apasionó tanto tu bautismo?
¿Y tu comunión? ¡Qué beso de amor de Jesús a ti, de ti a Jesús!
¡El Espíritu Santo! ¡Se te hizo música en el corazón y tú danzaste la danza del amor!
Fuiste sobre todo sensible al misterio de Dios en tu vida.
La criatura que conoció el don de Dios Todo vivido con María.
Te pusiste en camino hacia el Carmelo, hacia la soledad sonora, en busca de la fonte que mana y corre aún en la noche.
Solo para Jesús. Con ojos de enamorada.
Con puño y letra escribes tu compromiso. Acta de Profesión
Tu fidelidad es el cimiento de tu personalidad. ¡Jesús el Amor de tu vida!
Entras en el silencio para escuchar su voz. • Y dejarte mirar por su amor
Aceptas ser su humanidad para que se renueve en ti su misterio de amor
“Cree que Él te ama” • “Cree en su Amor”, nos susurras al oído”.
El gran hallazgo de tu vida: LA TRINIDAD
El misterio de la Trinidad te hace ver la belleza y dignidad de cada persona.
¡Qué afán el tuyo por compartir con todos lo encontrado! ¡Qué interés el tuyo por enseñar a todos cómo hallar el cielo en la tierra!
Tu nuevo nombre: ¡Alabanza de Gloria!
Una decisión admirable: “¡Oh Verbo eterno, Palabra de mi Dios! Quiero pasar mi vida escuchándote, quiero ser toda oídos a tu enseñanza para aprenderlo todo de Ti”
Tú gran lección para todos: Mirar al Amor. Dejarse amar por el Amor.
Todo vivido con Cristo, en Cristo, junto a Cristo. Siempre Cristo en tu vida.
La Iglesia te ha reconocido como una mujer llamada a ayudar a muchos a entrar en el misterio de la Trinidad ¡Dichosa tú!
Qué cerca te sentimos, Isabel. • ¡Eres nuestra amiga! • ¡Cómo despiertas la belleza y dignidad de todo ser humano!
Isabel de la Trinidad Enséñanos a orar
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