La mansedumbre

1. La mansedumbre

2. En relación con la mansedumbre podemos encontrar algunos términos como: amabilidad, dulzura, suavidad benignidad, etc. Sin embargo para S. V. coinciden mucho la mansedumbre, la cordialidad y la clemencia. Conceptualmente, la mansedumbre se entiende como la fuerza o la virtud que permite a la persona moderar razonablemente su ira o indignación. Moralmente la mansedumbre se reduce a vivir en paz con uno mismo y con los otros con la finalidad de que las relaciones sean pacificas, suaves y de buena forma.

3. Contexto SVP vivió en una época muy violenta. En nombre del Evangelio los cristianos se mataban unos a otros. Se estaban dando las guerras políticas entre varios países. SVP no sólo experimentaba la violencia en el mundo externo, sino que él mismo experimentaba la tendencia a la ira. Abellylo dice. En base a esta doble violencia SVP remarca el valor de mansedumbre, tanto a nivel social , como a nivel personal. En sus escritos aparece la palabra Mansedumbre alrededor de 400 veces.

4. Lo cristológico de la mansedumbre • Jesucristo es el paradigma de esta virtud. • A. Rechazó toda cólera. Expresó la ira de forma constructiva. Dice SVP que Jesús expresó su “santa ira” no como un simple desahogo, sino para que el otro despierte de su mala actitud.

6. Le impresionó mucho la mansedumbre de Jesús, así como también la de San Francisco de Sales en cuanto que era hábil en las controversias y convertía incluso a los herejes más con su mansedumbre que con su doctrina.

7. La vida comunitaria de Jesús

8. Los beneficios de la mansedumbre

11. La práctica de la Mansedumbre • SVP dice que la mansedumbre debe practicar en todas las etapas de la vida espiritual, así como en todas las funciones y con todo tipo de personas. SVP, XI. 475-478. • Algunas recomendaciones para la práctica de la mansedumbre: • a. reprimir los movimientos • de cólera. Deteniendo todo • movimiento de ira y todo • deseo de venganza. Evitar • los gestos agresivos.

12. “tener mucha afabilidad, cordialidad y serenidad de rostro con las personas que se nos acerquen, de forma que sientan consuelo de estar con nosotros. De ahí proviene que algunos, con sus modales sonrientes y llenos de amabilidad contenten a todo el mundo, ya que Dios les ha concedido esa gracia de darles una acogida cordial, dulce y amable, por la que dan la impresión de ofrecernos su corazón y pedirnos el nuestro. SVP,XI, • b. demostrar un poco de cólera pero siempre bajo el control de la razón y del amor. La cólera como energía espontánea brota naturalmente en la persona cuando ésta percibe algo malo. Como toda emoción puede ser bien o mal utilizada. El amor marcará la intensidad. • c. realizar gestos y acciones cordiales. La mansedumbre inspira actos de cortesía y hospitalidad con los que se demuestra cuánto nos interesa el otro.

13. d. saber sufrir las ofensas con generosidad y dispensar el perdón a los ofensores. «Al conversar evitaremos con mucho cuidado toda terquedad… hemos de evitar… el mostrarnos molestos y ofendidos contra nadie, o herir a nadie de palabra o de hecho o de cualquier otra manera» (RC VIII,9)

14. S. V. menciona algunos defectos contrarios a la mansedumbre: ira desordenada, la indignación, la perturbación de la mente por el enfado, el rencor, etc. La mansedumbre se presenta como una de las virtudes propias de la C. M. y se le cita como un dinamismo de la vida de comunidad.