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MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98. Modernismo y Generación del 98.La crisis de fin de siglo. Modernismo y Generación del 98. Definición y características. El Modernismo poético. Poetas españoles modernistas. Los novelistas de la generación del 98.
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MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98 Modernismo y Generación del 98.La crisis de fin de siglo. Modernismo y Generación del 98. Definición y características. El Modernismo poético. Poetas españoles modernistas. Los novelistas de la generación del 98.
Modernismo y Generación del 98: La crisis de fin de siglo Art. 1°. España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, éstos, mientras dure su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que, por el hecho de ocuparla, les impuso el derecho internacional. Art 2°. España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de las Marianas o Ladrones. Art. 3°. España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas. Art 5°. Los Estados Unidos, (...) transportarán a España, a su costa, a los soldados españoles que hicieron prisioneros de guerra las fuerzas estadounidenses al ser capturada Manila. Tratado de París del 10-12-1898 Situación española a finales del S. XIX • Decadencia política: minoría de edad de Alfonso XIII. Clases dirigentes preocupadas por su permanencia en el poder. • Decadencia militar: pérdida frente a EEUU de Cuba y Filipinas. • Decadencia cultural: Universidad sin investigación científica. Inicios de la Institución Libre de Enseñanza. • Agotamiento de los modelos realistas que reproducían las costumbres de la sociedad burguesa. • Desvinculación del progreso industrial europeo. MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98 son dos formas de reaccionar desde la Literatura a una misma situación de crisis, aunque son dos formas radicalmente distintas: en una domina la evasión mediante el refinamiento poético; la otra opta por buscar la raíz de los problemas que han llevado a la situación de crisis. Diferencia fundamental: el origen de cada movimiento. Francisco Giner de los Ríos Hundimiento del Maine
Modernismo y Generación del 98: Definición y características • GENERACIÓN DEL 98 • Movimiento novelístico y ensayístico muy influido por la situación interior y por la influencia filosófica existencialista contemporánea: Schopenhauer , Kierkegaard, Nietzsche... • Actitud individualista y, por lo tanto, subjetiva. • Búsqueda de lo esencial del carácter español a la vez que hacen tímidas propuestas europeístas poco concretas. • Temática del 98: gira alrededor de dos núcleos temáticos: • La preocupación por España: sus paisajes, su historia, su cultura, su lengua. Elaboración del concepto de intrahistoria. • La preocupación existencial: el sentido de la vida, el sentimiento religioso, las contradicciones del ser humano. • Estilo del 98: • Defensa de la “retórica de tono menor” (Baroja). • Rasgos característicos propios de cada autor. • Predominio de las frases cortas con el fin de expresar con la mayor claridad los contenidos. • Precisión léxica. Respeto por la lengua española. MODERNISMO • Movimiento poético iniciado por el poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916). En España es muy bien acogida esta renovación poética. • Doble raíz poética: la poesía romántica y la poesía francesa de la segunda mitad del siglo XIX (Parnasianismo y Simbolismo). • Actitud vital del poeta modernista: servicio al arte, es decir, despreocupación por todo lo que no sea el cultivo del espíritu y del arte. • Temática modernista: Búsqueda de la evasión. • Alejamiento en el tiempo: vuelta a las épocas “doradas”. • Alejamiento en el espacio: exotismo. • Provocación: rechazo de lo “políticamente correcto”= lo burgués. • Algunos (o en algunas épocas) optan por la línea intimista propiciada por la influencia del Romanticismo y el Simbolismo. • Estilo modernista: • Preocupación formal (influencia del Parnasianismo). • Ritmos métricos muy marcados: imitación de versos clásicos. Polimetría, pero con preferencia por versos largos. • El léxico escogido es una señal del refinamiento cultural: las palabras son significativas y sonoras a la vez. • Búsqueda de la máxima expresividad en los recursos expresivos.
TEXTOS ¿Hay en mi sangre alguna gota de sangre de África, o de indio chorotega o nagrandano? Pudiera ser, a despecho de mis manos de marqués; mas he aquí que veréis en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales, visiones de países lejanos o imposibles: ¡qué queréis!, yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer; y a un presidente de República, no podré saludarle en el idioma en que te cantaría a ti, ¡oh Halagabal!, de cuya corte —oro, seda, mármol— me acuerdo en sueños...(Si hay poesía en nuestra América, ella está en las cosas viejas: en Palenke y Utatlán, en el indio legendario y el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman.)Buenos Aires: Cosmópolis.¡Y mañana!*El abuelo español de barba blanca me señala una serie de retratos ilustres: «Éste —me dice— es el gran don Miguel de Cervantes Saavedra, genio y manco; éste es Lope de Vega, éste Garcilaso, éste Quintana.» Yo le pregunto por el noble Gracián, por Teresa la Santa, por el bravo Góngora y el más fuerte de todos, don Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamo: «¡Shakespeare! ¡Dante! ¡Hugo...! (Y en mi interior: ¡Verlaine...!)»Luego, al despedirme: «—Abuelo, preciso es decíroslo: mi esposa es de mi tierra; mi querida, de París.» Rubén Darío: Prosas profanas Algunos lectores, que no rechazan en absoluto mi forma literaria, me preguntan:-¿Por qué emplea usted ese período corto que quita elocuencia y rotundidad a la frase?-Es que yo no busco la rotundidad ni la elocuencia de la frase –les digo-; es más, huyo de ellas. Para la mayoría de los casticistas españoles, no hay más retórica posible que la retórica en tono mayor [...]En cambio, la retórica en tono menor, que a primera vista parece pobre, luego resulta más atractiva, tiene un ritmo más vivo, más vital, menos ampuloso. Es, en el fondo, esta retórica continencia y economía de gestos; es como una persona ágil vestida con una túnica ligera y sutil. Pío Baroja Para enlazar con un vídeo
Modernismo: Rubén Darío (1867-1916) SONATINA (Fragmento) La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro; y en un vaso olvidada se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. Félix Rubén García Sarmiento. Autor de diferentes obras en prosa, especialmente cuentos y artículos periodísticos publicados en periódicos europeos y latinoamericanos. Obra lírica: • Poemas de juventud: • Azul (Chile 1888) Mezcla de prosas (cuentos) y poemas de carácter parnasiano (preocupación por el ritmo y la sonoridad). Tema dominante: los sueños del artista frente a la sociedad insensible. Ediciones sucesivas. • Lírica de madurez: • Prosas profanas (Buenos Aires 1896/ París 1901) . La evasión como fundamento del arte. Tres tipos de poemas: • Inspiración amorosa y ambiente irreal . • Carácter reflexivo. • Los que tratan de la poesía. • Cantos de vida y esperanza (1905) • Reconocimiento de lo colectivo. • Angustia individual. • Preocupación social. LO FATAL Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...
Rubén Darío: Retrato Como la Galatea gongorina me encantó la marquesa verleniana, y así juntaba a la pasión divina una sensual hiperestesia humana; todo ansia, todo ardor, sensación pura y vigor natural; y sin falsía, y sin comedia y sin literatura...: si hay un alma sincera, esa es la mía. La torre de marfil tentó mi anhelo; quise encerrarme dentro de mí mismo, y tuve hambre de espacio y sed de cielo desde las sombras de mi propio abismo. Como la esponja que la sal satura en el jugo del mar, fue el dulce y tierno corazón mío, henchido de amargura por el mundo, la carne y el infierno. Mas, por gracia de Dios, en mi conciencia el Bien supo elegir la mejor parte; y si hubo áspera hiel en mi existencia, melificó toda acritud el Arte. Mi intelecto libré de pensar bajo, bañó el agua castalia el alma mía, peregrinó mi corazón y trajo de la sagrada selva la armonía. En mi jardín se vio una estatua bella; se juzgó mármol y era carne viva; una alma joven habitaba en ella, sentimental, sensible, sensitiva. Y tímida ante el mundo, de manera que encerrada en silencio no salía, sino cuando en la dulce primavera era la hora de la melodía... Hora de ocaso y de discreto beso; hora crepuscular y de retiro; hora de madrigal y de embeleso, de «te adoro», y de «¡ay!» y de suspiro. Y entonces era la dulzaina un juego de misteriosas gamas cristalinas, un renovar de gotas del Pan griego y un desgranar de músicas latinas. Con aire tal y con ardor tan vivo, que a la estatua nacían de repente en el muslo viril patas de chivo y dos cuernos de sátiro en la frente. Yo soy aquel que ayer no más decía el verso azul y la canción profana, en cuya noche un ruiseñor había que era alondra de luz por la mañana. El dueño fui de mi jardín de sueño, lleno de rosas y de cisnes vagos; el dueño de las tórtolas, el dueño de góndolas y liras en los lagos; y muy siglo diez y ocho y muy antiguo y muy moderno; audaz, cosmopolita; con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo, y una sed de ilusiones infinita. Yo supe de dolor desde mi infancia, mi juventud.... ¿fue juventud la mía? Sus rosas aún me dejan su fragancia... una fragancia de melancolía... Potro sin freno se lanzó mi instinto, mi juventud montó potro sin freno; iba embriagada y con puñal al cinto; si no cayó, fue porque Dios es bueno. . Poema autorretrato de Rubén Darío (fragmento) publicado en Cantos de vida y esperanza
Modernismo: Antonio Machado (1875-1939) D. Antonio Machado es uno de los grandes poetas del siglo XX y, como tal, inclasificable. Se le incluye en el periodo modernista por razones de organización didáctica, pero solamente por eso. • Obra no poética de A. Machado • Teatro: En colaboración con su hermano Manuel. • Prosa: Juan de Mairena (1936) Recopilación de pensamientos y reflexiones del poeta-filósofo de ficción que ya había aparecido en el Cancionero apócrifo. La obra poética de Antonio Machado se agrupa en torno a cuatro poemarios: • Soledades (1903) que más tarde se publicaría modificado con el título Soledades, galerías y otros poemas (1907). Suprime los poemas más parnasianos. Tendencia al Modernismo intimista y nostálgico. • Temática: Evocaciones de la infancia /Melancolías y tristezas /El sueño como medio para acercarse a la realidad. • Técnica: • Uso de símbolos: el camino, la fuente, el jardín... • Diálogo del poeta consigo mismo y con las cosas. • Métrica sencilla en la que se combinan versos octosílabos y heptasílabos. Se recuperan versos largos del Modernismo: dodecasílabos y alejandrinos. • Campos de Castilla (1912/1917) • El poeta sale de sí mismo y se fija en los paisajes y los tipos que le rodean. Contenido: • Poemas que enlazan con la preocupación crítica de los autores del 98. • Poemas en los que se refleja el sentimiento de soledad: muerte de Leonor. • Poemas dedicados a personajes contemporáneos: J.R. Jiménez, Unamuno... • Romance “La tierra de Alvargonzález”. Reflexión sobre la envidia y la crueldad. • “Proverbios y cantares”: poemas cortos en los que se combina la reflexión con la ironía. • Nuevas canciones (1924). Poesía que continúa los “Proverbios y cantares” aparecidos en Campos de Castilla. • Cancionero apócrifo (a partir de 1926) son poemas y pensamientos de dos poetas de ficción: Abel Martín y Juan de Mairena. —Nuestro español bosteza. ¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío? Doctor, ¿tendrá el estómago vacío? —El vacío es más bien en la cabeza. Los hombres que están siempre de vuelta en todas la cosas son los que no han ido nunca a ninguna parte. Porque ya es mucho ir; volver, ¡nadie ha vuelto! *** Nunca os jactéis de autodidactos, os repito, porque es poco lo que se puede aprender sin auxilio ajeno. No olvidéis, sin embargo, que este poco es importante y que además nadie os lo puede enseñar. Últimas fotografías de Antonio Machado.
Antonio Machado: Textos Converso con el hombre que siempre va conmigo —quien habla solo espera hablar a Dios un día—; mi soliloquio es plática con ese buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último vïaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar. RETRATO Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, más recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una. ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada. Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda, en medio del campo verde, hacia el azul de las sierras, hacia los montes azules, una mañana serena. Sentí tu mano en la mía, tu mano de compañera, tu voz de niña en mi oído como una campana nueva, como una campana virgen de un alba de primavera. ¡Eran tu voz y tu mano, en sueños, tan verdaderas!... Vive, esperanza, ¡quién sabe lo que se traga la tierra!. SOBRE LA POESÍA Tal vez la mano, en sueño, del sembrador de estrellas, hizo sonar la música olvidada como una nota de la lira inmensa, y la ola humilde a nuestros labios vino de unas pocas palabras verdaderas.
Modernismo: Manuel Machado (1874-1947) Tres etapas: • Inicios. Se trata de una poesía juvenil muy influida por Bécquer, por la lírica popular y por la poesía clásica. • Tristes y alegres (1894) • Etapa de plenitud poética en la que desarrolla toda su poesía modernista: • - Poemas simbolistas: Alma (1901) • - Poemas descriptivos e impresionistas: Museo (1907) • - Prosaísmo poético: El mal poema (1909), Arsmoriendi (1921) • Guerra y posguerra: Son poemas, en general, de menor calidad que se agrupan en torno a dos temas: • La reflexión existencial y religiosa. • La alabanza a los ganadores de la guerra. • Horas de oro. Devocionario poético (1938) • En total escribió más de treinta poemarios, una docena de piezas de teatro y también relatos y artículos periodísticos. Su peculiaridad como poeta está en su habilidad para integrar en su obra influencias muy diferentes: - El andalucismo folclorista y sensual. - El simbolismo (y algo de parnasianismo) a través del Modernismo. La consecuencia fue una poesía sugerente, austera en las formas y con un cierto tono decadente, lo que hace que se le considere uno de los representantes de la bohemia. Frente a esto, su vida real: funcionario, familia acomodada, ideología conservadora… Tengounacopa en la mano y en los labios un cantar, y en mi corazónmáspenas quegotas de agua en el mar y en los desiertos arena. Cantejondo, 1912
Modernismo: Manuel Machado. Textos Vino, sentimiento, guitarra y poesía, hacen los cantares de la patria mía... Cantares... Quien dice cantares, dice Andalucía. A la sombra fresca de la vieja parra, un mozo moreno rasguea la guitarra... Cantares... Algo que acaricia y algo que desgarra. La prima que canta y el bordón que llora... Y el tiempo callado se va hora tras hora. Cantares... Son dejos fatales de la raza mora. No importa la vida, que ya está perdida. Y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?... Cantares... Cantando la pena, la pena se olvida. Madre, pena, suerte; pena, madre, muerte; ojos negros, negros, y negra la suerte. Cantares... En ellos, el alma del alma se vierte. Cantares. Cantares de la patria mía... Cantares son sólo los de Andalucía. Cantares... No tiene más notas la guitarra mía. Esta es mi cara y esta es mi alma: leed. Unos ojos de hastío y una boca de sed... Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe... Calaveradas, amoríos... Nada grave, Un poco de locura, un algo de poesía, una gota del vino de la melancolía... ¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido; ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido. Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla, media docena de cañas de manzanilla. Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-, tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo. Me acuso de no amar sino muy vagamente una porción de cosas que encantan a la gente... La agilidad, el tino, la gracia, la destreza, más que la voluntad, la fuerza, la grandeza... Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero, a lo helénico y puro, lo "chic" y lo torero. Un destello de sol y una risa oportuna amo más que las languideces de la luna Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-, Con Montmartre y con la Macarena comulgo... Y antes que un tal poeta, mi deseo primero hubiera sido ser un buen banderillero. Es tarde... Voy deprisa por la vida. Y mi risa es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
Modernismo: Juan Ramón Jiménez (1881-1958) Vino primero pura, vestida de inocencia; y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes; y la fui odiando sin saberlo. Llegó a ser una reina fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de yel y sin sentido! Más se fue desnudando y yo le sonreía. Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella. Y se quitó la túnica y apareció desnuda toda. ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre! 1917 Rasgos del poeta: • Espíritu cosmopolita. • Permanente revisión de su vida y su obra. • Condición de “maestro” para los jóvenes poetas. Su obra: Distinguimos tres etapas, aunque cada uno de sus libros es una revisión constante. • Primera etapa: 1909-1915. • Primeros libros muy influidos por Bécquer y el Modernismo más parnasiano. • Empiezan a aparecer temas más sentimentales. Época de confusión en el que busca imágenes que puedan describir sus estados de ánimo cambiantes. • A partir de 1908 se dedica a escribir poemas en versos largos, llenos de sinestesias y complicaciones barrocas. • A partir de Estío (1915) inicia un proceso de depuración de su poesía. • Segunda etapa: 1916- 1945. • La obra que marca el cambio es Diario de un poeta recién casado (1916) que más tarde pasaría a llamarse Diario de poeta y mar. 243 poemas en metros cortos. Impresiones, recuerdos, esperanzas... • Con Eternidades (1917) se inicia la búsqueda de la “poesía pura”. • 1918: Segunda antolojía poética. • Tercera etapa: 1945-1958. Exilio • Poesía en la que se refleja la situación personal y social. Poesía hermética. • 1957: Tercera antolojía poética.
Modernismo: Juan R. Jiménez. Textos LLUVIA DE OTOÑO(Llueve, llueve dulcemente...)... El agua lava la yedra;rompe el agua verdinegra;el agua lava la piedra...Y en mi corazón ardiente,llueve, llueve dulcementeEsté el horizonte triste;¿el paisaje ya no existe?;un dia rosa persisteen el pálido poniente...Llueve, llueve dulcemente.Mi frente cae en mi mano¡Ni una mujer, ni un hermano!¡Mi juventud pasa en vano!-- Mi mano deja mi frente... --¡Llueve, llueve dulcemente!¡Tarde, llueve; tarde, llora;que, aunque hubiera un sol de aurorano llegará mi horaluminosa y floreciente!¡Llueve, llora dulcemente! EL VIAJE DEFINITIVOY yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón de aquel mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará, nostálgico. Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando.
Novelistas del 98: Miguel de Unamuno (1864-1936) De nuestro Don Manuel me acuerdo como si fuese de cosa de ayer, siendo yo niña, a mis diez años, antes de que me llevaran al Colegio de Religiosas de la ciudad catedralicia de Renada. Tendría él, nuestro santo, entonces unos treinta y siete años. Era alto, delgado, erguido, llevaba la cabeza como nuestra Peña del Buitre lleva su cresta y había en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago. Se llevaba las miradas de todos, y tras ellas, los corazones, y él al mirarnos parecía, traspasando la carne como un cristal, mirarnos al corazón. Todos le queríamos, pero sobre todo los niños. ¡Qué cosas nos decía! Eran cosas, no palabras. Empezaba el pueblo a olerle la santidad; se sentía lleno y embriagado de su aroma. Entonces fue cuando mi hermano Lázaro, que estaba en América, de donde nos mandaba regularmente dinero con que vivíamos en decorosa holgura, hizo que mi madre me mandase al Colegio de Religiosas, a que se completara fuera de la aldea mi educación, y esto aunque a él, a Lázaro, no le hiciesen mucha gracia las monjas. «Pero como ahí -nos escribía- no hay hasta ahora, que yo sepa, colegios laicos y progresivos, y menos para señoritas, hay que atenerse a lo que haya. Lo importante es que Angelita se pula y que no siga entre esas zafias aldeanas.» Y entré en el colegio, pensando en un principio hacerme en él maestra, pero luego se me atragantó la pedagogía. En el colegio conocí a niñas de la ciudad e intimé con algunas de ellas. Pero seguía atenta a las cosas y a las gentes de nuestra aldea, de la que recibía frecuentes noticias y tal vez alguna visita. Y hasta al colegio llegaba la fama de nuestro párroco, de quien empezaba a hablarse en la ciudad episcopal. Las monjas no hacían sino interrogarme respecto a él. San Manuel Bueno, mártir Escribió obras de distintos géneros, pero predominan las novelas y el ensayo. En todas sus obras aparecen temas recurrentes: • El tema de España: la búsqueda de la identidad colectiva. Preocupación política. “En torno al casticismo” (1895) • El pensamiento filosófico: Influencia de Kierkegaard: la existencia es el valor supremo (=obsesión por la inmortalidad). • Conflicto religioso entre la razón y la fe. Novelas (nivolas, según la propia definición de Unamuno) más destacadas: • Amor y pedagogía (1902): Alegato contra el cientifismo excesivo. • Niebla (1914) donde los planos realidad-ficción se entremezclan para hablar de la verdadera existencia. • San Manuel Bueno, mártir (1930) es casi un resumen de muchos temas que aparecen en las novelas de Unamuno: el conflicto religioso, el sentido de la existencia, la manipulación de la incultura...
Novelistas del 98: Pío Baroja (1872-1956) De la puerta de la calle de los Estudios que daba a este patio, iban entrando muchachos jóvenes que, al encontrarse reunidos, se saludaban, reían y hablaban. Por una de estas anomalías clásicas de España, aquellos estudiantes que esperaban en el patio de la Escuela de Arquitectura no eran arquitectos del porvenir, sino futuros médicos y farmacéuticos. La clase de química general del año preparatorio de medicina y farmacia se daba en esta época en una antigua capilla del Instituto de San Isidro convertida en clase, y éste tenía su entrada por la Escuela de Arquitectura. La cantidad de estudiantes y la impaciencia que demostraban por entrar en el aula se explicaba fácilmente por ser aquél primer día de curso y del comienzo de la carrera. Ese paso del bachillerato al estudio de facultad siempre da al estudiante ciertas ilusiones, le hace creerse más hombre, que su vida ha de cambiar. Andrés Hurtado, algo sorprendido de verse entre tanto compañero, miraba atentamente arrimado a la pared la puerta de un ángulo del patio por donde tenían que pasar. Los chicos se agrupaban delante de aquella puerta como el público a la entrada de un teatro. Andrés seguía apoyado en la pared, cuando sintió que le agarraban del brazo y le decían: —¡Hola, chico! Hurtado se volvió y se encontró con su compañero de Instituto Julio Aracil. Habían sido condiscípulos en San Isidro; pero Andrés hacía tiempo que no veía a Julio. Éste había estudiado el último año del bachillerato, según dijo, en provincias. —¿Qué, tú también vienes aquí? —le preguntó Aracil. —Ya ves. —¿Qué estudias? —Medicina. —¡Hombre! Yo también. Estudiaremos juntos. El árbol de la ciencia (1911) Rasgos de carácter presentes en su obra: • Pesimismo existencial: Doctorado en 1893: El dolor. Estudio de psicofísica. • Nihilismo: agnosticismo y anticlericalismo. Como consecuencia, lo único que tiene sentido es lo que hacemos en cada momento. Rasgos característicos de sus novelas: • Aparente descuido estilístico: “retórica de tono menor” (ver diapositiva 4) • Rompe con la estructura de la novela clásica. Impresionismo: cuadros sueltos de escenas por las que transita el personaje. El lector termina de construir la novela. • Personajes itinerantes (casi siempre masculinos) divididos en dos grandes grupos: • Abúlicos y pesimistas. Novelas de pensamiento. • Vitalistas y aventureros. Novelas de acción. • Descripción de ambientes y paisajes con técnica impresionista: descripciones “sensoriales”. Novelas más importantes (a menudo agrupadas en trilogías): La busca (1904)/ El árbol de la ciencia (1911)/ Memorias de un hombre de acción (1913-1935)
Novelistas del 98: José Martínez Ruiz «Azorín» ( 1873-1967) Entremos en la catedral: flamante, blanca, acabada de hacer está. En un ángulo, junto a la capilla en que se venera la Virgen de la Quinta Angustia, se halla la puertecilla del campanario. Subamos a la torre; desde lo alto se divisa la ciudad y toda la campiña. Tenemos un maravilloso, mágico catalejo: descubriremos con él hasta los detalles más diminutos. Dirijámoslo hacia la lejanía: allá, por los confines del horizonte, sobre unos lomazos redondos, ha aparecido una manchita negra; se remueve, levanta una tenue polvareda, avanza. Un tropel de escuderos, lacayos y pajes es, que acompaña a un noble señor. El caballero marcha en el centro de su servidumbre; ondean al viento las plumas multicolores de su sombrero; brilla el puño de la espada; fulge sobre su pecho una firmeza de oro. Vienen todos a la ciudad; bajan ahora de las colinas y entran en la vega. Cruza la vega un río: sus aguas son rojizas y lentas; ya sesga en suaves meandros, ya se embarranca en hondas hoces. Crecen los árboles tupidos en el llano. La arboleda se ensancha y asciende por las alturas inmediatas. Una ancha vereda ─parda entre la verdura─ parte de la ciudad y sube por la empinada montaña de allá lejos. Esa vereda lleva los rebaños del pueblo, cuando declina el otoño, hacia las cálidas tierras de Extremadura. Ahora las mesetas vecinas, la llanada de la vega, los alcores que bordean el río, están llenos de blancos carneros, que sobre las pedrerías forman como grandes copos de nieve. «Una ciudad y un balcón» Representante del existencialismo intimista: Las confesiones de un pequeño filósofo (1904) Temas recurrentes: • La melancolía. • La obsesión por el paso del tiempo. Obra: • Artículos periodísticos: • Crítica literaria. Recreaciones. • Ensayo filosófico y político. • Artículo literario: Castilla (1912) • Teatro: piezas cercanas a la vanguardia: La arañita en el espejo (1927) • Novelas: • Ruptura de los moldes realistas. • Novela impresionista • Ausencia de argumento. • Constantes descripciones. Ritmo lento. • Exposición de ideas. • Abundantes rasgos autobiográficos. • Sus 16 novelas se pueden clasificar en cuatro grupos: • Autobiográficas: La voluntad (1902) • Reflexión sobre los mitos: Don Juan (1922) • Novelas vanguardistas: El caballero inactual (1928) • Novelas de la posguerra: Salvadora de Olbena(1944)