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La Imagen del Orador

Definiciones de Imagen y autoestima del orador, Apariencia externa, Actitud emocional del orador, Liderazgo y responsabilidad, Compromiso y responsabilidad, El abogado como lu00edder

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La Imagen del Orador

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  1. UNIVERSIDAD FERMÍN TORO VICE RECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS ESCUELA DE DERECHO Imagen y Autoestima del Orador Liderazgo y Responsabilidad ALUMNO: Gamboa Johnnel C.I.: 12.485.266 Materia: Oratoria Jurídica Profesora: Lisbeth Campins Sección: SAIA A El manejo del cuerpo y la imagen del orador La comunicación no solo se establece con palabras. En realidad, la palabra representa apenas un 7% de la capacidad de influencia en los todo lo demás (Ribeiro, 1999). Este postulado nace de investigaciones neurolingüísticas que también afirman que el tono de voz y el lenguaje corporal representan un 38% y un 55% de este poder. La actitud emocional del orador. La actitud del orador también forma parte de la serie de aspectos vinculados con la imagen que se proyecta frente al público. Al hablar, palabras, tonos de voz, y lenguaje corporal revelarán su estado emocional, que será especialmente perceptible en miradas, movimientos de manos y expresión facial. La apariencia apropiada para un orador. Una intervención hablada, incluso por un medio como la radio, requiere de algo más que la voz. Requiere de una presencia apropiada del orador, en cuanto vestuario e higiene personal. El vestuario, al igual que ocurre en cualquier otro acto o evento, deberá ir acorde a la "etiqueta" que se requiera. Si la intervención, es para un público general -no se enmarca dentro de ningún acto formal: una cena de gala, un homenaje, etcétera-, el vestuario deberá ser todo lo formal que la ocasión lo requiera -teniendo en cuenta otros factores: como el lugar donde tiene lugar el acto, hora de celebración, época del año, entre otros. La Imagen del Orador. La audiencia espera de un orador que el tema sea atractivo, que el orador pronuncie bien las palabras, que proyecte seguridad cuando habla; es decir, que su presentación sea impecable. Todo ello crea la imagen que perciben los oyentes, es un conjunto de elementos que deben estar presentes desde el momento en que salga al escenario.

  2. Liderazgo y responsabilidad Ser un buen líder no es tarea fácil. Además de poseer una serie de capacidades y habilidades concretas para dirigir un equipo y alcanzar los objetivos de la empresa, también ha de practicar la responsabilidad. Los rasgos de los líderes responsables Todo líder responsables y proactivos que sepan actuar con determinación necesitan: ✓ Resolver problemas. ✓ Promover la convivencia y el respeto por la diversidad cultural. ✓ Generar proyectos innovadores e integradores. ✓ Mirar hacia el futuro. ✓ Ser fieles a sus valores y convicciones. Una persona responsable se caracteriza por correr procesos al pie de la letra, cumplir objetivos y con esa finalidad resuelve problemas. Una persona comprometida, es la que hace lo anterior, pero además busca la forma de mejorar el resultado; es la que deja una parte de sí misma en su trabajo (una idea, un detalle, una mejora o incluso una lealtad inquebrantable), es aquella que aunque termine su jornada, nunca deja de ser parte. El líder debe estar comprometido: Consigo mismo. Usted ha renunciado a la seguridad de trabajar para otros (quizá a contar con un sueldo fijo) para seguir su pasión y visión. Salirse de lo conocido requiere una gran dosis de valor, y por lo mismo debe poner lo mejor de sí mismo para alcanzar su visión. Nadie más lo hará por usted. Con todos los demás. Usted ha hecho un compromiso con todas las personas que se ven afectadas por su negocio: su familia, sus socios, sus inversionistas, sus empleados. Así que si el liderazgo es acerca de la persona, y no acerca del trabajo, para convertirse en un líder fuerte, debe trabajar en si mismo como persona. Es necesario que se conozca a sí mismo, y se desarrolle continuamente para ser más y más la persona que quiere ser. EL ABOGADO COMO LÍDER Ser capaz de inspirar e influir a los colaboradores y clientes. La influencia y la inspiración no siempre están vinculadas a la figura del abogado director del equipo de abogados. La inspiración y la influencia pueden realizarse situándose el abogado en un segundo plano y dotando de autonomía, así como visibilidad, a su equipo de colaboradores. Asimismo, en algunos casos el liderazgo lo pueden desarrollar varios abogados, encargados del mismo asunto aunque con distinta especialidad. Gozar de autoridad. La autoridad se relaciona con la autenticidad. Será muy difícil que un abogado pueda ostentar autoridad, esto es, impacto y reconocimiento por parte de los demás, si no se muestra auténtico y muestra su propia personalidad. La autoridad conlleva ganársela día a día. Es muy importante que el abogado pueda mostrarse cercano y conforme a quién es él, con el fin de ganarse el respeto de clientes, colaboradores y otros miembros del despacho. De lo contrario, será muy difícil construir relaciones con vínculo de confianza, relaciones fundamentales en el ejercicio de la abogacía. Ser un líder resonante en coherencia con uno mismo y con los demás. El líder resonante se refiere a su capacidad para convertirse en un potente conductor del estado de ánimo del grupo de colaboradores, la empatía es una competencia básica del líder resonante. Seguramente todos conocemos abogados que saben obtener lo mejor de los demás, o algunos que son capaces de contagiar optimismo y buen humor en situaciones de casos complejos, o que logran reducir la tensión y el estrés en momentos clave. Son aquellos colaboradores que saben relajar el ambiente del despacho y que su presencia resulta imprescindible. Gestionar las emociones. La gestión de las emociones no implica mantenerse distante o frío ante un caso conflictivo, en el que las emociones están muy presentes. Un buen abogado líder no omite ni obvia las emociones, sino que es capaz de manejarlas con destreza. En definitiva, llegar a ser un abogado líder no es un privilegio reservado únicamente para unos pocos, sino que cualquier abogado puede y debe aspirar a serlo. El cliente confía sus problemas a su abogado, y, para ello el abogado ha de estar preparado para garantizarle el mejor servicio, porque para el cliente, su abogado es su referente y la persona en quien confía, en definitiva, el abogado es el líder para su cliente.

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