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Pablo Gargallo 1881-1934. Faunesa 1916. Danzarina 1924. Kiki de Montparnase 1928. Greta Garbo 1930. El profeta 1933. Una de las últimas obras de Pablo Gargallo. Imponente figura férrea, simplicidad y compleja estructura
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El profeta 1933 • Una de las últimas obras de Pablo Gargallo. • Imponente figura férrea, simplicidad y compleja estructura • Intento de esculpir el vacío, el hueco, en contrasentido con la norma de la escultura, que consiste en dar forma al volumen. • Las láminas que componen el profeta, no componen un bloque, sino que se curvan, y se tuercen entre sí. • La luz resbala por la superficie del bloque, se introduce por el interior, crea zonas de claroscuro. • La figura resultante es un hombre que está gritando, figura poderosa, amenazante con una mano levantada en actitud de orador, y otra que sujeta un bastón. • Preocupación por el aspecto muy acentuada. • El escultor no quiere hacer una figura abstracta. • Mirándolo desde planos distintos, el profeta es el mismo, el mismo gesto y sentido, la misma persona. • La profundidad no es una continuidad frontal, se consigue con el juego de piezas y de vacíos. • Las líneas y planos nos conducen hacia la cabeza, y a la boca, centro expresivo de la figura, tanto en su visión frontal como en las laterales. • El aire entra a través de la chapa y la llena de luz, construyendo el volumen en negativo. • La experiencia de unir el exterior con el interior llega a su máxima expresión. • El profeta presenta formas que nos recuerdan a los cubistas, pero se mueve dentro de los planteamientos espirituales del expresionismo, la dureza, la agresividad y el carácter.