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Puedes tener una esquina en el frigorífico reservado para los picoteos saludables. Prepara algunas zanahorias, palitos de apio, tomates cherry, pimientos, guisantes pelados, fresas, frutos banco de alimentos rojos y colócalos en envases que cierren herméticamente o bien bolsas de plástico. Tener a nuestro alcance verduras cortadas en pedazos o bien piezas de fruta puede servirnos de ayuda para pasar esos momentos de mucho apetito antes de la cena. Al comenzar la mañana, bebe un vaso de agua templada con 1 cucharada de jugo de limón y 1 cucharadita de miel. La vitamina C del limón, la energía que aporta la miel y la hidratación del agua son una combinación saludable y rejuvenecedora. Si quieres bajar de peso y estás siguiendo un plan de pérdida de peso saludable debes tomarlo con calma y hacerlo divertido. No lo tomes como una lucha o como algo doloroso y no olvides que debes tratar de desarrollar nuevos hábitos que sean para el resto de tu vida. Cuando tengas tiempo cocina más cantidad. No pienses que cocinar por lotes es preparar un mes de comidas congeladas totalmente elaboradas. Eso es demasiado complicado. Pero sí puedes intentar hacer un lote grande de artículos básicos para emplear a lo largo de toda la semana. Prueba a darle a tus platos preferidos un cambio de imagen. Haz variantes más saludables de tus comidas preferidas, así te será más fácil seguir tu plan y estar satisfecho con la manera en que comes. Una forma accesible de agregar pescado a tu dieta es comprarlo congelado o bien envasado. En tanto que el pescado fresco es un producto difícil de conservar frecuentemente se presentan ofertas especiales, por lo que es recomendable estar atentos a las promociones que puedan surgir. El agua en todo momento es lo mejor. Necesitas de 6 a 8 vasos de líquidos al día, ciertos de estos pueden ser de comida, café, té, leche y agua.