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Elixir de eterna juventud. Vieja fórmula de ancestral sabiduría. Desde tiempo inmemorial, el ser humano ha soñado con alcanzar la eterna juventud, aunque a veces parece haber olvidado el significado mismo de ser joven. La juventud nos sugiere generosidad y alegría, idealismo y desapego,
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Elixir de eterna juventud Vieja fórmula de ancestral sabiduría
Desde tiempo inmemorial, el ser humano ha soñado con alcanzar la eterna juventud, aunque a veces parece haber olvidado el significado mismo de ser joven.
La juventud nos sugiere generosidad y alegría, idealismo y desapego, valentía y optimismo, libertad en la que no pesa el pasado ni angustia el futuro.
Atrapados en el materialismo, los hombres olvidaron que las fuentes de Juvenalia se hallaban en nosotros mismos y que es desde la juventud interior desde donde se obra el prodigio de la juventud integral, que se expresa en todo nuestro ser.
“El hombre no envejece cuando se le arrugan las células epiteliales, sino cuando se le arrugan los sueños y las esperanzas“, decía el profesor Livraga. Los viejos Maestros siempre nos enseñaron que la vida se modifica y transforma desde la actitud de nuestra mente, y que desde el estado de conciencia adecuado podemos obrar verdaderos prodigios en nosotros mismos.
Parte del secreto ha llegado a nuestros días a través de los viejos textos de sabiduría ancestral
Hay una vieja fórmula para constituir el elixir de la Eterna Juventud. Sus ingredientes mezclados en la proporción adecuada obran el prodigio 2.- Vencer las emociones que nos envejecen: evitar el resentimiento, la ira y el mal genio, que nacen de la frustración. 1.- Fortalecer el cuerpo con la acción, la moderación en el sueño, la comida y el sexo: ser fuerte y estar dispuesto para ayudar, no gimoteando constantemente nuestras necesidades.
3.- Desplegar toda nuestra alegría: La jovialidad surge cuando no experimentamos un agobio existencial y aprendemos a apreciar la belleza del momento presente 4.- Ser útil y sentirse útil. • 5.- Liberarse de los prejuicios y dogmatismos. • Buscar naturalmente la verdad y aquello que nos hace felices más allá de la opinión de los demás
6.- Desarrollar una elasticidad que no acuse los temores: la vida no nos dará tirones si no nos aferramos demasiado a las cosas y las formas 7.- Espíritu de aventura y desprendimiento: sentirse un peregrino de aventura por la vida. Caminar como aprendiz y no como víctima 8.- Avivar la curiosidad y el afán por conocer. Amar el misterio.
9.- Cultivar la amistad frente al separatismo y la soledad de hoy día. Valorar el contacto humano frente a la despersonalización. 10.- Sentir la responsabilidad ante los compromisos no como una pérdida de libertad sino como la mejor expresión de nuestra autenticidad. 11.- Vencer al tiempo: Liberarse del pasado asumiendo las lecciones que encierra, pero mirando al futuro como promesa, pensando que todo tiempo futuro puede traer nuevas oportunidades
12.- Avivar los ideales que alimentan el alma: alimentar el alma inmortal con la belleza del arte, con la pasión por la justicia, con la aspiración a la sabiduría y con la bondad de la entrega al bien de la humanidad. 13.- Encender cada día el entusiasmo: tener un ideal, alimentarlo, avivarlo. No dejar jamás morir la capacidad de soñar.
14.- Bañarse todos los días en un poco de sabiduría para el alma, a través de la música que verticalice las emociones, y la reflexión y la meditación que pongan en juego elevados pensamientos.
15.- Y, finalmente, amar, amar con el corazón y la mente; amar una flor, un atardecer; amar una mirada, amar la sabiduría, amar al mundo … EL AMOR ES LA FORMULA DE REGENERACIÓN DE LA VIDA que necesita de la inteligencia para hacerse consciente y de la voluntad para realizarse.
En nosotros está la fuente de la eterna juventud, en nosotros está la sonrisa, está la fuerza, está la mente y el corazón, está el alma inmortal, está la vida toda para recrearse a cada paso … En nosotros está el secreto, pero hay que desearlo con toda el alma, para una vez conquistado, ponerlo a los pies de aquello que amamos Autor: Miguel Angel Padilla Música: Trad Brezairola