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Laocoonte Atenodoro, Hagesandro y Polidoro; siglo II a. C. Museos vaticanos (Roma )

Laocoonte Atenodoro, Hagesandro y Polidoro; siglo II a. C. Museos vaticanos (Roma ). A Laocoonte, sacerdote troyano, se le suele representar en la playa de Troya, enroscado entre los anillos de unas terribles serpientes junto a dos de sus hijos.

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Laocoonte Atenodoro, Hagesandro y Polidoro; siglo II a. C. Museos vaticanos (Roma )

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  1. Laocoonte Atenodoro, Hagesandro y Polidoro; siglo II a. C. Museos vaticanos (Roma ) A Laocoonte, sacerdote troyano, se le suele representar en la playa de Troya, enroscado entre los anillos de unas terribles serpientes junto a dos de sus hijos.

  2. Tras haber construido el caballo de madera, los griegos lo dejaron abandonado en la playa. Al día siguiente, los troyanos se acercaron a él y comenzó una discusión sobre qué hacer. Laocoonte, que se preparaba para cumplir un sacrificio a Neptuno, arrojó una lanza contra el vientre del enorme animal en el intento de convencer a sus compatriotas para que lo destruyeran. En ese momento llevaron ante Príamo a un griego, de nombre Sinón, que dijo que el enorme animal había sido construido por los griegos para dar gracias a Minerva. Además, si los troyanos llevaran el caballo a la ciudad, conquistarían el favor de la diosa, lo que les haría invencibles. Salieron de improviso del mar dos serpientes monstruosas que se dirigieron hacia los hijos de Laocoonte y se enroscaron a sus cuerpos. El sacerdote entonces corrió en ayuda de los muchachos, intentando matar a las horribles criaturas, pero también él quedó atrapado en sus terribles anillos y murió. Luego las serpientes se deslizaron veloces hacia el templo de Minerva donde desaparecieron. La muerte de Laocoonte se interpretó como un castigo divino y, por tanto, como prueba de la sinceridad de Sinón, y los troyanos llevaron el caballo a la ciudad, abriendo paso a su derrota.

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