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SEMBLANZAS DE SAN JUAN DE LA PALMA. PURO AMARGURISMO. Marcharon junto a Nuestro Padre Jesús del Silencio. Ya contemplan el rostro de Su Bendita Madre sin Amarguras. Sin llanto alguno.
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PURO AMARGURISMO Marcharon junto a Nuestro Padre Jesús del Silencio. Ya contemplan el rostro de Su Bendita Madre sin Amarguras. Sin llanto alguno. Fueron nuestros mayores. Mayores en sabiduría, en dedicación, en compromiso... Todo un ejemplo de vida Amargurista. Siempre dispuestos al trabajo por y para su Hermandad y sin recibir nada a cambio. Algunos jugándose incluso la vida por proteger lo que más querían. Recordadlos en sus Domingos de Ramos. Sonrientes, orgullosos, rebosantes de satisfacción. A su lado siempre sus hijos, sus nietos, sus gentes, escuchando y aprendiendo. Una buena lección del más puro y auténtico Amargurismo.
D. LUIS ORTÍZ MUÑOZ. Nació en Sevilla en 1905, en el seno de una familia en la que se le inculcó el amor a su ciudad y a sus hermandades, en particular a la de la Amargura, a la que dicha familia se encontraba vinculada desde varias generaciones antes. A pesar de tener una infancia difícil, pronto se pusieron de manifiesto su preclara inteligencia, su afán por la cultura y la afición por el estudio. Estas cualidades las mantuvo durante toda su vida y le proporcionaron una vastísima cultura. Desde muy joven destacó profesionalmente: como periodista, como docente, en su tarea en el Ministerio de Educación, como escritor… A todas estas tareas se entregó con el mismo entusiasmo con que se dedicó al resto de las múltiples facetas a las que se aplicó. Fueron en él verdadera pasión, su amor por Sevilla y su Semana Santa de la que fue pregonero, a las que consagró gran parte de su genio, y que fructificó generosamente en multitud de manifestaciones que merecieron el reconocimiento de los sevillanos y sus hermandades, recibiendo entre otros muchos honores, la Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla, y la distinción de Cofrade Ejemplar. Sobreponiéndose a los sinsabores que tuvo que afrontar, fue un verdadero ejemplo de amor a la vida, de generosidad con sus amigos y su familia, de entrega apasionada, de una actividad intensa y fecunda. De profunda religiosidad, teñida de un fino humanismo y sencillez, amó especialmente a su Hermandad de La Amargura, a la que benefició durante toda su vida, dejando imperecederas muestras de su constante dedicación, y que le valieron el título de Hermano Mayor Honorario, y el afectuoso reconocimiento de los que le conocieron. Su nieto Antonio Marcos Ortiz.
16 de Septiembre de 1.976- 13 de Noviembre de 1.980 Hermano Mayor (1976-1980).-Hijo del también Hermano Mayor Manuel Bermudo Barrera, nació en Sevilla, en 1928. Profesionalmente abrió uno de los primeros despachos de Sevilla de Agente de la Propiedad Inmobiliaria de cuyo Colegio fue en nuestra ciudad y provincia Presidente, medalla de oro de la profesión y Colegiado de Honor. Asimismo fue Presidente del Colegio Regional de Andalucía, y Vicepresidente del Consejo Nacional. Administrador colegiado de Fincas y Medalla de plata de la profesión. Casado con Julia Valero Lerma (que ocupase el puesto de Camarera de la Santísima Virgen) y padre de nueve hijos, de los cuales el primogénito, Miguel Ángel ocupó entre 1989 y 2000 los cargos de Diputado Mayor de Gobierno, Consiliario y Teniente de Hermano Mayor. Todos sus hijos casados lo hicieron en nuestro Templo. Sus dos apellidos rezumaban amargurismo. Durante su mandato al frente de la Hermandad, primero sustituyendo en funciones a Ernesto Ollero de la Rosa y, posteriormente, elegido por la Hermandad, se bendijeron en 1978 por el Sr. Cardenal Arzobispo Dr. Bueno Monreal las nuevas dependencias de la Hermandad, marco necesario para adaptarse al proceso de intensificación de la vida interna de convivencia que se generalizó entre las cofradías sevillanas y en lo que nuestra corporación no se quedó atrás, apertura que tuvo también muy en cuenta a las hermanas. MIGUEL BERMUDO DE LA ROSA
En este contexto, abrió el proceso de reforma de las Reglas, se reanudó, dotándolo de continuidad, la publicación del Boletín como órgano de comunicación entre los hermanos, se rebajó la edad de salida de nazareno a los doce años, se creó el primer Grupo Joven y la primera cuadrilla de hermanos costaleros. Inolvidables momentos fueron los de celebración solemne del 75 aniversario de la Fusión con la Sacramental de San Juan de la Palma, poniendo en la calle la procesión eucarística con la Custodia, y el 25 aniversario de la Coronación Canónica de nuestra Titular, entronizándose para ello a la bendita efigie en el Altar Mayor de la Santa Iglesia Catedral, al igual que sucediera cinco lustros antes, ocupando el mismo cargo, su padre. Estos actos desbordaron todas las previsiones, y el estreno de los hermanos costaleros, debido a la lluvia que había impedido la salida de la cofradía el Domingo de Ramos, contribuyó a un espléndido culmen de los actos y cultos organizados. En el capítulo patrimonial se tomó conciencia de la necesidad de restaurar y mantener el amplio capítulo de enseres que las generaciones precedentes habían dejado. Se estrenó la peana del paso de palio, el viril de oro para el Santísimo, aureola de San Juan del mismo metal, pasado de las túnicas del Señor, restauración de las canastillas de los diputados, Cruz de Guía, nuevo llamador del paso de palio, nuevos bancos de la Iglesia, cámara blindada de seguridad, arreglo de la Capilla del Sagrario y regularización laboral del personal dependiente de la Hermandad. Tras sucederle en 1980 Nicolás Carretero continuó atento y presente en los distintos actos y cultos. Su fallecimiento en Octubre de 1996 fue el epílogo a una vida que terminaba tal y como se había iniciado y desarrollado, espiritual y físicamente, a los pies de la Amargura. Su hijo Miguel Bermudo Valero.
SALUD DÍAZ GONZÁLEZ-SERNA Nació y vivió durante toda su vida en Sevilla. Su vinculación con la Hermandad le viene por su propia familia y no sólo por su matrimonio con mi padre. Su hermano José llegó a ser el número 1. Vivió en la cercana plaza del Pozo Santo, de donde salió para casarse con José Ortiz, mayordomo durante muchos años. Desde entonces, su vida estuvo dedicada a su marido, a sus seis hijos y a su querida Hermandad. En el año 1937 la nombraron Camarera de la Stma Virgen y desde entonces hasta su muerte estuvo ejerciendo como tal. Recuerdo como, siendo niña todavía, la acompañábamos mis hermanas y yo a “vestir a la Virgen”. Por aquel entonces la blonda del manto se cosía cada año y se descosía de nuevo pasado el Domingo de Ramos. En sus últimos años, nuestras manos servían de apoyo a las suyas, ya cansadas, pero nunca perdió su alegría, su enorme vitalidad, sus inmensas ganas de disfrutar de la vida, de su familia, de sus amigos, de su Hermandad y de su querida Sevilla, y así supo transmitirlo a todos sus hijos. Aún siendo Camarera de la Virgen, nunca ocultó su predilección por nuestro Cristo y por eso, él lo querría así, estuvo bajo sus pies en su última visita a San Juan de la Palma, en la mañana de su muerte el 3 de mayo de 1986. Su hija Carmen Ortiz Díaz
NATIVIDAD GIMENEZ VALERA, CAMARERA DE LA VIRGEN ¡Que cerquita estuviste siempre de tu Virgen de la Amargura ¡.Naciste a su vera, en el rincón de la Plaza, de una familia plenamente amargurista, no en vano tu padre D. Antonio Giménez de Aragón fue Hermano Mayor. Creciste viendo salir de tu casa a todos tus hermanos vestidos de nazarenos blancos. Vivías y sentías en tu Virgen y les transmitiste esa devoción a todos tus hijos. Un día alcanzaste lo más deseado, fuiste nombrada camarera de la Virgen y allí a solas con ella pudiste dar rienda suelta a toda tu devoción y a todas tus esperanzas. ¿Que le decías madre ¿ ¿Qué te decía Ella? Tantas y tantas cosas que no cabrían en un libro. Ahora que estas en el Cielo estoy seguro que seguirás siendo camarera de Ella y la vestirás y cuidaras como cuando estabas aquí. Cuando pienso en ti siempre tengo presente la foto que llevo en mi cartera. Esta Ella, bellísima como siempre y tú tienes las manos temblorosas y suaves poniéndole bien la toca. Tus ojos están arrobados mirándole a la cara y tus labios están musitando una plegaria sencilla y amorosa. ¡Juntas estáis siempre en mi corazón, mi Madre celestial y mi madre terrenal Con todo el cariño que te tuve y te tengo Tu hijo Ramón Vila Giménez
DON JOSÉ GARRIDO LÓPEZ. Nacido en Sevilla en 1918, de muy joven fundó la firma comercial Calzados Garrido, en la calle Regina, a partir de donde tejería una amplia red de comercios y almacenes en distintos puntos del centro de Sevilla. Casado con Doña Isabel Vázquez-Peña Tinoco, vivió siempre en nuestra collación, haciendo de su casa un auténtico centro de reuniones amarguristas: primero en la citada calle Regina, y a partir de 1963 en la calle Jerónimo Hernández, donde su familia conserva aún la residencia. Padre de cinco hijos, especialmente vinculados a nuestro barrio: Trinidad, Isabel, Concepción, José y Manuel, éste último fue desde muy joven diputado de la cofradía, costalero muchos años del palio, así como Fiscal de la Junta de Gobierno del Cincuentenario de la Coronación. Desempeñó Don José diferentes cargos en la sucesivas Juntas de Gobierno de nuestra Hermandad, entre ellos losde Promotor Sacramental (1966-1969 y 1976-1978), representando a la Hermandad ante el Sr. Obispo en la preparación del Congreso Eucarístico de 1968, Censor (1969-1972) yVice teniente de Hermano Mayor (1972-1976) . Así mismo estuvo especialmente involucrado, en el área asistencial, en las Conferencias de San Vicente de Paúl, velando también por el cuidado del culto diario de Jesús Sacramentado. Falleció el 4 de agosto de 1989, habiendo transmitido a sus hijos y nietos su devoción amargurista, que con los años ha venido dando frutos entre su descendencia con miembros de Junta de Gobierno, algún camarero, diputados de la cofradía, costaleros y acólitos. De su recuerdo sobre todo queda para La Amargura su ejemplo de convivencia y respeto para con todos los hermanos, de amistad para sus más allegados, y el haber legado con honda satisfacción, una fructífera tradición familiar para San Juan de la Palma. Su nieto Aníbal Tovaruela Garrido
D. Antonio Gómez GonzálezDe nuestro hermano Antonio se podrán decir o contar muchas cosas… Unos acudirán a anécdotas ocurridas mientras fue Diputado de Caridad durante los últimos años de su vida (y eso cuando lo lograron, porque era de las personas que se resistían a la tentación de tener un cargo); anécdotas como las que pueden contar los que a primeros de los noventa formaron el Grupo Joven y le ayudaron a llevar a los mayores impedidos de la Hermandad a visitar a sus imágenes al menos una vez al año, o incluso a sus compañeros de Junta de Gobierno quienes le oían decir que a él lo que le interesaba era el dinero que tendría para los pobres. Otros le recordarán por verle entrar en San Juan de la Palma los sábados por la mañana después de comprar el pan en la panadería de Joaquín camino de su piso de Aposentadores, o porque alguien entró en medio de una misa gritando contra la iglesia y terminó llorando de agradecimiento después de intercambiar algunas palabras. Sin embargo, todos llegamos a la misma conclusión: el amor que siempre tuvo a Nuestra Señora de la Amargura y a su Hermandad. Su nieto Antonio
Dña. Cristina González Sánchez.Quienes probablemente mejor la conocieron dentro de l Hermandad fueron sus compañeras de costura, con las que se reunía en San Juan de la Palma todos los martes sobre las cinco de la tarde; compañeras, algunas de las cuales también compartieron con Cristina la emoción de ser una de las Camareras de la Virgen. Incluso se puede decir que supieron bien del amor que le tenía a la Hermandad quienes la veían cada Domingo de Ramos hasta casi la media noche en su silla de la Avenida esperando a que apareciesen Nuestro Padre Jesús del Silencio y María Santísima de la Amargura. También el resto de hermanos que la veían los sábados después de la misa de ocho en el bar tomando “un refresco y una tapita”, como nos decía ella, o cada año en la cruz de mayo. Pero los que siempre supimos lo que la hermandad de la Amargura significaba para ella fuimos nosotros, su familia, quienes estamos muy agradecidos a nuestros hermanos por las muestras de cariño que durante los dos años de su enfermedad pusieron de manifiesto no dejándola sola en ningún momento.Su nieto Pedro
FERNANDO MORÁN MARTÍNacido en la calle Bustos Tavera, se vinculó pronto a la hermandad,, haciéndose hermano en febrero de 1921 y saliendo ese mismo año por primera vez de nazareno en la cofradía. A partir de entonces, vivió muy de cerca la hermandad, ocupando durante las décadas de los cincuenta y sesenta cargos como los de prioste, fiscal y consiliario en distintas Juntas de Gobierno.Los Domingos d e Ramos, como nazareno ocupó casi todos los puestos de la Cofradía, aunque prefería su canastilla de diputado del último tramo de Virgen, disfrutándola muchos años. Participó en todos los grandes acontecimientos y actividades entrañables de la Hermandad, como la Coronación, los cultos, los traslados de las imágenes, el Corpus, la tómbola en la Plaza de San Juan de la Palma, la caseta de la Hermandad en la Feria y las tertulias cofrades en el bar del barrio con “los amigos de San Juan”.En los últimos años, a pesar de sus problemas de visión, acudía a la Hermandad cada vez que pudo, casi siempre acompañado por su “lazarillo”.Unió a toda su familia y a muchos amigos a la devoción de su Cristo del Silencio y de su Virgen de la Amargura, a los que dedicó toda su vida de cofrade. Su nieto José Luis Cano
MANUEL GONZÁLEZ-SERNA MARTINEZ¿Cómo vivía mi padre la Hermandad? Yo diría que vivía para ella.Manuel González-Serna (1928-1989) Cúmulo de recuerdos, sonrisas, vivencias y momentos revolotean mi cabeza al pensar….Recuerdo cómo toda la familia rodeábamos la mesa cada 25 de Diciembre presidida por aquel cuadro de la Virgen pintado a mano (hoy heredado por su nieto, costalero del Cristo). Si grande era el cuadro, más aún su jubilo de sentirla allí entre nosotros.Recuerdo los escudos bordados en sus camisas y bañadores, sus gemelos, sus paseos cada tarde al templo para hacer vida de hermandad.Cómo olvidar su ilusión cada Domingo de Ramos desde que muy tempranito se acercaba a la iglesia para ver a su Virgen y compartir con el resto de hermanos lo bonito de este día, hasta que volvía satisfecho a casa después de haber realizado su Estación de Penitencia. Allí celebramos la magia de nuestro Domingo de Ramos hasta bien entrada la madrugada.Tuvo la suerte de llevar a su Virgen casi de la mano paseando por Sevilla, ya que fue manigueta y el honor de ser Camarero del Cristo. ¡Ahí es “ná” !Desde allá arriba se sentirá orgulloso porque actualmente somos 44 familiares los que seguimos su tradición cada Domingo de Ramos de principio a fin y nos seguimos reuniendo sin que falte aquel cuadro. Hijos, nietos, nietas y yo, su hija, le llevamos en cada Estación de Penitencia.Otro momento inolvidable es el de la caída de sus lágrimas cuando a sones de “Amarguras” y lleno de orgullo me llevaba de su brazo camino del altar. Puedo decir con seguridad que está descansando en paz ya que vivió entregado a sus dos familias: la de sangre y la de la Hermandad.Dejó entre nosotros su legado qua fervorosamente cumplimos y en su lápida, junto a su nombre no falta el escudo de la Hermandad y junto a su alma está su túnica blanca con la que quiso caminar al cielo…. Y en el cielo junto a él Nuestros Titulares. Su hija Mª del Carmen González-Serna.
ALFREDO ESTRADA DE LA ROZAAbogado y procurador de los tribunales, nace en Sevilla el 26 de abril de 1900 en los aledaños de la Plaza de la Encarnación.Contrae matrimonio el 20 de mayo de 1928 en la iglesia de San Juan de la Palma con Dña. Enriqueta Aguilar Carrasquilla; de esta unión nacen seis hijos: Alfredo(+), Manuel, José, Enriqueta, Carlos y Mª de la Esperanza, todos ellos hermanos de esta Hermandad desde su nacimiento.Don Alfredo, como se le conoció en la Hermandad, figura en el libro 3º de actas de Cabildo General de Elecciones celebrado el día 3 de mayo de 1908 como Diputado de Insignias.La Hermandad certificó que el referido hermano ha venido sirviendo ininterrumpidamente desde aquella fecha, desempeñando distintos cargos en las Juntas de Gobiernos hasta el día 9 de julio de 1968 que ostentaba el cargo de Primer Vice-Teniente Hermano Mayor, que dejó de pertenecer a la misma por voluntad propia.D. Alfredo en todos estos años tomó parte entre otras cosas con D. Manuel Bermudo de la compra en Carmona del retablo del altar mayor dónde se venera a Nuestra Santísima Madre de la Amargura.Formó parte de la Comisión para entrevistarse con el Eminentísimo y Reverendísimo Cardenal Segura para la Coronación Canónica de la Santísima Virgen, tomando con la Junta del año 1954 parte activa de la Coronación.En el Cabildo de Oficiales del 26 de septiembre del año 1968 fue nombrado Fiscal de Honor del paso de la Santísima Virgen.Don Alfredo fallece en Sevilla el día 17 de febrero de 1977 coincidiendo con la Función Principal de Instituto, dejando un legado de amor, entrega y servicio a su Hermandad en sus hijos el ejemplo y amor a Nuestro Padre Jesús del Silencio y a Nuestra Santísima Virgen de la Amargura. Su hija María Esperanza Estrada.
RAFAEL MONTAÑO DE LA BASTIDAAgente Comercial Colegiado y Perito Mercantil empleado en la fábrica de González Montes. Se casó con Dolores Segura Agustino y no tuvieron descendencia.El primer cargo que ocupó en la Junta de Gobierno fue el de Mayordomo. Muy amigo de Juan Manuel Rodríguez Ojeda fue uno de los que impulsó la ejecución de un nuevo palio y manto para la Santísima Virgen y quién hizo las gestiones de venta a la Hermandad del Desconsuelo de Jerez de la Frontera. El primer ingreso para la ejecución del nuevo conjunto fue por su cuenta, aportando 50000 pesetas. El palio se estrenó en el año 1927.En el año 1931 pasó a ser Hermano Mayor de la Corporación.Vivió muy de cerca los acontecimientos revolucionarios del año 1936 y fue él quien informó a la Hermandad de la posibilidad de altercados en la zona al ser informado en el desaparecido bar de Juanito Díaz por un supuesto comunista. Por aquel entonces, estaban en la Junta de Gobierno D. José Ortiz (Mayordomo), Manolito “el granuja” (prioste), Carlos González Campos (Consiliario) y Manuel Ortiz Muñoz, los cuáles, no dudaron en retirar las imágenes del culto y esconderlas en un lugar seguro.Falleció en el año 1937 a causa de una septicemia producida por una infección rectal siendo Hermano Mayor Manuel Bermudo Barreda.Su nieto Juan Bulnes
ISAÍAS PRADOS PAREJO. Nació el 13 de septiembre de 1920 Sevilla. Hijo de José Prados Vera y Pilar Parejo Aguilar, era el sexto hijo del mencionado matrimonio <Mª Teresa (1.905) Rosario (1906) Angel Mª (1.909) Mariano S.J. (1.911) y José Mª (1.915)>, todos ellos fallecidos. Sacó plaza en las oposiciones de Judicatura en 1.945, tomando posesión ese mismo año de su primer destino en Medina Sidonia (Cádiz). Casado con Mª del Carmen Ruiz Pérez en 1.947, tuvo tres hijos : Angel Mª (1.949) Laura (1.950) y Fco. Javier (1.955) y ocho nietos (Eduardo, Angel Manuel, Gonzalo, Ignacio, Lola, Alvaro, Carmen y María). Fue incorporado a la Hermandad desde su nacimiento, habiendo fallecido el 12 de octubre de 1.994 con el nº 5 de su orden. Perteneció a la Junta de Gobierno durante un mandato, a finales de la década de los cincuenta del siglo XX, ocupando el Oficio de Primer Promotor Sacramental, bajo la presidencia de D. Manuel Bermudo Barrera. En ese mandato se realizó la obra de la soleria y techumbre de la iglesia, así como del Altar Mayor, incorporándose la Virgen al mismo. Deja como nazarenos habituales a sus dos hijos varones, cuatro nietos y una nieta. Su nieta Lola Prados
FRANCISCO GUTIÉRREZ MÁRQUEZ Nacido en Sevilla el 30 de agosto de 1923. Ingresa como hermano el 1 de abril de 1939, presentado por D. Luís Viera. Casado con Soledad Carrasquilla Martín, hermana también de la corporación desde marzo de 1977 y camarera de la Stma Virgen (1986-89) Sus hijos, Francisco, que ocupó el cargo de Consiliario 4ª en la Junta que presidía Miguel A. Bermudo de la Rosa en 1979 y Enrique, actual Tte Hermano Mayor, son hermanos desde 1969 y 1974 respectivamente. En el año 1977 accede al cargo de Diputado Mayor de Gobierno en la Junta presidida por Miguel A. Bermudo de la Rosa, repitiendo en 1978 y 1979, ya que entonces se convocaban elecciones todos los años y se renovaba 1/3 de la Junta. Coincide durante estos años, el XXV aniversario de la Coronación Canónica de nuestra Titular y su traslado a la S.I.C. Ya en los años 80 repite cargo en la nueva Junta de Gobierno, presidida por Nicolás Carretero Luque, elegida en octubre de 1980. En 1982 el Cabildo de Oficiales le propone ocupar, además del de Diputado Mayor, el cargo de Mayordomo 2º por dimisión de José A. Álvarez Sánchez, hasta el mes de septiembre en que se nombraría a Manuel Fernández Barreda. En 1989 vuelve a ocupar cargo, esta vez de Consiliario 3º en una nueva Junta presidida por Nicolás Carretero Luque, repitiendo en 1992 como Fiscal 2º. Fallece el 23 de diciembre de 2002, ostentando el número 58 como hermano de nuestra hermandad. Su hijo Enrique Gutiérrez Carrasquilla
José Prados Vera JOSÉ PRADOS VERA nació en Sevilla el año 1.868. Hijo de Angel Prados Sánchez-Tirado y de Teresa Vera Mena. Enviudado su padre, contrajo nuevas nupcias con Adela White, de la que nació su único hermano varón: Isaías. Este ultimo falleció en 1.960 con el nº 3 de orden de la Hermandad. Casado con Mª Pilar Parejo Aguilar, tuvo seis hijos: Mª Teresa, Mª Rosario, Angel Mª, Mariano del Pilar (S.J.), José Mª e Isaías y veinticuatro nietos. Era funcionario de Obras Públicas y llevó durante años la representación de una conocida cerería que llegó a servir el mismo año a todas las cofradías de Sevilla, excepto la de la Amargura. A su fallecimiento el día 13 de Febrero de 1.952, ostentaba el nº 1 del orden de la Hermandad desde hacía una década. Formó parte de la Junta de Gobierno en diversas ocasiones, teniendo una especial intervención en dos hechos históricos: el primero de ellos, el Domingo de Ramos del año 1.893, cuando al incendiarse el paso de la Virgen, subió al mismo, vestido de nazareno, para ayudar a sofocarlo; el segundo al liderar el cambio de estilo de la Cofradía que paso de ser de las hoy llamadas cofradías de barrio a que se le conociera como “El Silencio Blanco”. Deja al día de hoy como habituales del cortejo de nazarenos a nietos y biznietos. Su nieto Francisco Javier Prados Ruiz
Tomás Fernández Galván POR TOMÁS FERNÁNDEZ JAÉN, SU HIJO Mi padre, que esta en el cielo. Muchas veces me he preguntado si describir cómo era un hombre es la narración de los datos biográficos, su pensamiento, sus hechos, logros y fracasos, o como decían los romanos, es la trascendencia que tuvo su vida para las demás personas que le conocieron y vivieron con él. Mi padre era un hombre sencillo, de pensamiento sencillo , de vida sencilla. No por esto menos importante, no por esto menos trascendente. En el mundo de hoy donde a los hombre se les valoran por el nivel de sus éxitos económicos, por el nivel de prestigio o de poder , él era humilde, constante, previsible, inmutable. Mi padre era la Hermandad de la Amargura y la Hermandad era mi padre, Su vida giro alrededor de la familia, de su trabajo y de su Amargura. Serio, cabal, íntegro, servicial, católico. Desde su puesto de trabajo defendía la acción publica de calidad, honesta del servicio sanitario del padrón municipal para los necesitados. Tenia amigos de izquierdas y de derechas, pero eso si ”buenos”, coherentes con sus pensamientos y honestos en sus actos. Mi padre nació en el barrio de San Juan de la Palma/ Santa Catalina en la calle Gerona n° 36. En el inicio del invierno, un día del 21 de diciembre de 1928. El primer registro que hay de su existencia fue en la Hermandad de la Amargura y después en el registro civil. Su educación fue en el colegio de San Francisco de Paula, por vicisitudes de la vida se hizo Practicante (ATS, DUE, Enfermero) y carnicero del Mercado de la Encarnación. Perteneció por oposición al Ayuntamiento de Sevilla, durante muchos años trabajó en la casa de Socorro de Nervión y en la situada en Jesús del Gran Poder. Gran amigo de la Orden del Carmelo(Los carmelitas del Buen Suceso) donde iba casi a diario y donde se enriqueció de la amistad de muchos frailes, en especial de su mejor amigo PP Ismael al que llamó en el lecho de su muerte. La vida de mi padre se contrapone a las vidas vacías sin valores, sin amores, sin lealtad como el ritmo lento, pausado, sereno, e inmaculado de la procesión de la cofradía de la Amargura se contrapone al ritmo paranoico, vacío y psicótico de la vida actual. Siempre tuvo a la Amargura en su corazón. Falleció de forma sencilla, como no podía ser de otra forma, cuando regresaba de la misa de la Hermandad, y esperaba a su mujer Encarna y a su nieta Rocío a las que habla llamado para tomar una “cervecita” para celebrar los aprobados de su nieto Antoñete. Fue el ultimo cirio de la Hermandad.
Eusebio Pérez Romero Nació el 8 de Septiembre de 1897, en Montenegro de Cameros, provincia de Soria. En 1909, con tan solo doce años de edad, intentando, buscar un futuro mejor marchó a Argentina, instalándose, como la mayoría de los emigrantes de aquella época, en la ciudad de Buenos Aires, pensando que allí tendría mejores oportunidades. Trabajó en diverso oficios, hasta que se le presentó la oportunidad de entrar como aprendiz de dependiente, en unos grandes almacenes, pero en una sucursal que abrirían en los territorios del sur de la Pampa, en tierras que se estaban colonizando, gracias al trazado de la línea de ferrocarril hasta Tierra de Fuego. En esa aldea de colonos, convivió con indios nómadas de la Pampa, y con Gauchos, que venían al pueblo para provisionarse, siendo años muy duros; pero poco a poco, gracias a su esfuerzo, fue ascendiendo en la empresa, hasta acabar como apoderado en la central de Buenos Aires. En 1924, acogiéndose a un Decreto de Amnistía, que dictó el General Primo de Rivera, para los que figuraban como prófugos, al no haberse presentado en su momento, para hacer el Servicio Militar, por estar fuera del país, volviendo a España, y quedándose a vivir en Sevilla, donde se había trasladado su familia. En Sevilla, empieza a trabajar en el negocio de maderas, que regentaba su tío Hilario Romero, pero al fallecer éste a los pocos meses, tuvo que hacerse cargo del mismo negocio, que mantuvo hasta su fallecimiento. Al llegar a Sevilla, empezó a tener contacto con la Hermandad de la Amargura, a través de su amigo Rafael Montaño, miembro de la junta y persona muy destacada en la Hermandad, pero no ingresa en la misma hasta Diciembre de 1931. Desde esa fecha estuvo estrechamente vinculado con la Hermandad. Se casó ante el altar de la Santísima Virgen, el 8 de Septiembre de 1935, con Esperanza Jimeno Núñez del Prado. En su taller se fabricó el cajón, donde se guardó la Virgen de la Amargura, en los años de la República, y otros muchos trabajos de madera y carpintería, como fueron por ejemplo, las escaleras y armazón que se montaron para la Coronación de la Virgen en la Catedral. Ocupó diversos cargos en la Junta de Gobierno, y estuvo siempre al servicio de la Hermandad, llegando en algunos momentos a hipotecar su patrimonio personal, para cubrir las necesidades de la misma, aunque siempre quiso estar en un segundo plano, pues tuvo como lema el dicho evangélico de “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha “. Tenía tres obsesiones, su familia, su Hermandad de la Amargura y sus amigos, de los que disfrutaba a diario en la tertulia que mantenían en la Punta del Diamante, y dos aficiones los toros (Pepe Luis Vázquez), y el futbol (Sevillista de siempre, a su muerte tenía el número tres del club). Amigo de sus amigos, siempre ayudaba a todo aquel que se le acercaba para pedirle un favor. Supo inculcar a sus hijos, su cariño por la Hermandad y sus amantísimos Titulares, dejando en su familia, un profundo fervor amargurista. Fue un hombre sencillo, honrado, trabajador, y por encima de todo una buena persona. Falleció el 1 de Octubre 1983, a los 86 años de edad.
José María Carbonell Doblado Me piden que, si quiero, haga una semblanza de mi marido, José Mª Carbonell Doblado, fallecido el pasado 19 de agosto de 2011; y es un poco difícil hablar de una persona con la que has convivido prácticamente toda una vida con sus defectos y sus virtudes. Sin embargo, sí puedo hablar de lo que para él significó ser hermano de la Hermandad de la Amargura. Aunque no lo fue de nacimiento, sí lo fue tanto por matrimonio primero como por convicción después, además de entrar a formar parte de una familia, "los Prados", para la que sus Sagrados Titulares son el norte y guía en la vida y en la que se integró totalmente hasta el día de su fallecimiento. El Domingo de Ramos era tanto para él como para el resto de la familia un rito aprendido de años y de aquellos que nos precedieron. Los años en que pudo salir de nazareno fueron para él muy felices; y luego, cuando su maltrecha salud se lo impidió, cada año nos turnábamos para ir tanto a casa de su primo Javier como de su prima Consuelo para ver a sus hijos y yerno vestir la túnica que él ya no podía vestir, poner sobre ellos la medalla con la que harían su estación de penitencia y participar en el rezo de las oraciones por los que estábamos y por aquellos que ya se fueron. Nunca faltó, incluso este año en que ya estaba tan enfermo e hizo un gran esfuerzo para que esa costumbre no se rompiera, y aunque ya no está con nosotros, quiso quedarse, para siempre, con su Virgen de la Amargura. Sus cenizas están, como él quiso, a Sus pies. Mª del Pilar EguarasPrados
Juan Andrés Bulnes Segura (Sevilla, 30 de noviembre de 1.934 – Sevilla, 6 de Marzo de 2.011) Nacido en la fecha citada en la sevillana Calle de Jesús del Gran Poder nº 87 (antigua de Palmas nº 97),donde vivió toda su infancia y juventud. Hijo de D. Juan Bulnes Ullén, Comisario del por entonces Cuerpo Superior de Policía, y de Dña. Amalia Segura Agustino. Ingresa en la Hermandad en Febrero de 1.935 a los tres meses de edad de la mano de su abuelastro D. Rafael Montaño La Bastida, a la sazón por aquellas fechas Hermano Mayor de la Hermandad, al que quería y admiraba profundamente. Alumno del Colegio Jesuita de Villasís (posteriormente conocido como Colegio Portacoeli), era Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, Abogado y funcionario de la Excma. Diputación Provincial de Huelva, fijando su residencia en dicha capital andaluza en 1.959 por motivos laborales de su padre, encontrando con posterioridad en esta ciudad su desempeño laboral. En 1.970 contrae matrimonio en el colombino Monasterio de La Rábida, con la sevillana por entonces residente en Huelva, Dña. María Victoria Castillo Fernández a la que con el tiempo hizo hermana de la corporación, siendo hoy, a fecha de la presente semblanza una de la Camareras de Mª Santísima de la Amargura. De dicho matrimonio nacen dos hijos, Juan Andrés y María Amalia, siendo el varón hermano de la corporación desde el mismo día de su nacimiento. Estrechísimamente vinculado a la Hermandad siendo conocido por los hermanos de su generación con el cariñoso sobrenombre de “Juanito”, a pesar de su largo tiempo residiendo fuera de Sevilla, esto no fue en menoscabo de dicha vinculación, si no todo lo contrario. Inculcó sobremanera a su familia el enorme amor que sentía por la corporación y sus titulares, permitiéndole la cercanía de la capital onubense con nuestra ciudad acudir a cultos, cabildos y actos con regularidad, unas veces mayor y otras menor dependiendo de las circunstancias laborales y vitales. Tras su jubilación vuelve a fijar su residencia en Sevilla, volviendo a vivir en su querido barrio de San Lorenzo, con lo que su vinculación aumenta más si cabe siendo un asiduo de acto o culto de cualquier tipo que en la hermandad tuviera lugar. En los últimos años de su vida se traslada a la Plaza de la Encarnación, si cabe para estar más cerca de la Hermandad y de Ella, uno de los motores de su vida.
Medalla de los 50º años de pertenencia a la Hermandad y Placa de los 75º años, no ostentó cargos de responsabilidad en la misma, sin embargo fue entre otras cosas, miembro de la Comisión de Redacción de las nuevas Reglas de la Hermandad aprobadas en 1.998 y Camarero de Ntro. Padre Jesús del Silencio (2.005-2.008). Formó como candidato a Fiscal 1º en la candidatura a las elecciones a Junta de Gobierno del año 2.000 como parte de la candidatura que encabezaba N.H.D. Miguel Ángel Bermudo Valero. Llevaba a gala haberse vestido de nazareno 51 años ininterrumpidos desde que hizo su primera Estación de Penitencia en 1.949 a los 14 años de edad (edad por entonces mínima para realizarla según reglas) hasta el año 2.001 en el que un grave percance de salud sucedido el verano anterior, le impidió realizarla. Fue durante muchos años última pareja de cirios del cuerpo de nazarenos del Paso de Palio, posteriormente durante más de 10 años bocina del mismo cuerpo de nazarenos. En el año 2.009 volvió a vestir la túnica de nazareno después de 8 años sin hacerlo para, muy menoscabado físicamente, cumplir su ilusión de acompañar a Mª Santísima de la Amargura asido a la manigueta de su palio. Profesaba gran admiración por ambas cuadrillas de costaleros de nuestra hermandad, siendo gran valedor de las mismas, teniendo gran relación con ambos capataces, en especial con Alejandro Ollero con quien le unía gran amistad. Fallece en el año 2.011 en la fecha citada supra, mientras por curiosos avatares del destino se celebraba en San Juan de la Palma la Función Principal de Instituto de ese año, ostentando a su muerte el número 16 de orden de antigüedad en la corporación. Creo que cualquier palabra que en esta semblanza le dedicase a mi padre para describir lo que para él significaba su Hermandad de la Amargura y nuestros titulares, sería bastante más que insuficiente, ya que la misma formaba parte tanto de su identidad como de la de su familia. Podría decir que en cuanto a su pertenencia a la corporación la palabra orgullo se queda muy corta, se le insuflaba el ánimo y la satisfacción le embargaba cuando hablaba de ella y sin menospreciar a las demás de la ciudad, no encontraba comparación con ninguna otra. Buena prueba de ello a modo de anécdota es que siempre portaba cuando la prenda lo permitía y dando igual la ocasión la encomienda de la Hermandad en la solapa, como sello de identidad. Con respecto a nuestros titulares, y en especial nuestra Virgen de la Amargura, era algo más que devoción, sin temor a equivocarme, el referente de su Fe y el alimento de su espíritu. Su hijo, Juan Andrés.
Fernando Peinado Nuestro hermano Fernando Peinado Merchante nació el 3 de marzo de 1932, justo al día siguiente de fallecer quien con el tiempo sería venerada como Santa Ángela de la Cruz. Hijo de Nieves Merchante Pardo y de Fernando Peinado Cámpora, es precisamente el padre y abuelo de quien estas líneas escribe el que nada más nacer lo inscribe en la nómina de nuestra Hermandad a la que dedicó tantos y tantos días de su larga vida y en la que tanto disfrutó con sus hermanos. Aunque tenía otras devociones, especialmente la de la Virgen de la Alegría, de cuya hermandad llegó a ser su hermano mayor, es en la de San Juan de la Palma donde vivió su fe según la venían profesando y seguro que la profesarán por los siglos los hermanos de la Amargura. Siempre al servicio de su Hermandad, ocupó en diversas Juntas de Gobierno los oficios de Teniente de Hermano Mayor, Promotor Sacramental, Prioste y Diputado Mayor de Gobierno. En las numerosas horas que dedicó al desempeño de los referidos cargos, siempre, siempre, buscó lo mejor para la Hermandad. Siempre, en cualquier foro, se mostró orgulloso de ser Cofrade de la Amargura. Son numerosas las anécdotas que tengo en el recuerdo contadas por mi padre. Así narraba cómo en una ocasión se improvisó una peana de nuestra Bendita Madre, compuesta por cajas de vino, o cómo pretendiendo determinado hermano con título real ocupar cierto puesto en la Cofradía sin tener la debida antigüedad, amablemente lo acompañó a la sección que le correspondía bastante más cercano a la Cruz de Guía que a la presidencia de la Hermandad; o en fin como en otro Domingo de Ramos se atrevió a exornar el palio de María Santísima de la Amargura con camelias en lugar de los clásicos claveles blancos. Igualmente son muchas las vivencias tenidas con mi padre durante los años en los que serví a la Hermandad como el mayor entre sus hermanos. Tengo que contener la emoción cada vez que recuerdo que el corazón de la Virgen latió junto con su corazón y con el mío, cuando los entonces priostes José María Pedernal y Jesús Mejías, tuvieron el bonito detalle de darle a mi padre y a mí el honor de trasladar a Nuestra Madre a los pies del paso de palio. El tiempo también deparó que durante varias Estaciones de Penitencia fuera él quien ocupara de todos los nazarenos de la familia Peinado el último lugar en la Cofradía como maniguetero de su Virgen. Si bien es cierto que el abuelo, Fernando Peinado Cámpora, inculcó a su hijos y nietos la devoción al Santísimo Sacramento y a Nuestro Padre Jesús del Silencio, y así lo vivió y nos lo transmitió nuestro padre, no es menos cierto que éste perdía pié con su Virgen. De sus últimas palabras con lucidez nunca se me olvidará cómo visionando una película del cincuenta aniversario de la Coronación Canónica me decía que la Virgen, nuestra Virgen, iba preciosa. Termino esta semblanza recordando ese estado, que es común a tantos y tantos hermanos, que observaba en nuestro padre cuando contemplaba a su Virgen, cuando se hablaba de Ella. A Fernando Peinado Merchante le brillaban los ojos de alegría, de emoción, sí, le brillaban, se le cambiaba la expresión de la cara, tal vez por estar por unos momentos en la Gloria, cuando veía a María Santísima de la Amargura.
Termino esta semblanza recordando ese estado, que es común a tantos y tantos hermanos, que observaba en nuestro padre cuando contemplaba a su Virgen, cuando se hablaba de Ella. A Fernando Peinado Merchante le brillaban los ojos de alegría, de emoción, sí, le brillaban, se le cambiaba la expresión de la cara, tal vez por estar por unos momentos en la Gloria, cuando veía a María Santísima de la Amargura. Espero padre que desde el Cielo, al que te fuiste asido el pañuelo de la Virgen entre tu mano y la mía, sigas velando por los hijos que te dio nuestra bendita madre Eloisa, y por sus nietos y por Amalia; y que al igual que hiciste durante tu vida sepamos disfrutar de tantos y tantos buenos momentos en la Hermandad y vivir la Fe en la misma. Como no se me da bien esto de escribir, prefiero finalizar tomando prestada la postrera poesía de mi hermano Carlos dedicada a nuestro padre: Huérfana queda ya la manigueta, de la anual caricia de tu mano, la plata que labrara Cayetano para el dolor más hermoso de la tierra. No ha llamado Alejandro, Te ha llamado Ella, Te ha cubierto con su manto de Rodríguez Ojeda, y le ha dicho a San Juan que te llevara en sus brazos, para disfrutar para siempre del Domingo de Ramos. Fernando Peinado Sánchez-Lamadrid
José Luis Pueyo López Cachorrista hasta la médula, pero eterno consorte en San Juan de la Palma. Pepe Pueyo, como le conocían casi todos, no fue un gran comunicador ni amigo de mostrar abiertamente sus emociones, pero sus amores, sus devociones y sus sentimientos ( su corazón era claramente verdiblanco, desde los campos de tercera división), se mantuvieron inalterables durante toda su vida, y los ojos se le nublaban frecuentemente por ellos aunque a él no le gustara reconocerlo. Hombre serio, trabajador y austero para con él mismo y con su forma de vida, su vinculación con esta Hermandad vino de la mano de nuestra madre. Por ella se hizo hermano y por ella participaba a diario en sus cultos y actividades. Lógico era entonces que a los pies de nuestra Virgen, que ya lo era suya también…aunque tuviera a Triana en su corazón, se encontrara con la muerte en una tarde del mes de junio de 2012, y que descanse allí para siempre. Sufrió solo lo justo en ese trance, gracias a Dios. Así tenía que ser porque fue……UN HOMBRE BUENO. SPO