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LA MITOLOGÍA CLÁSICA SEGÚN WATERHOUSE. Laura Martínez Baleriola. John William Waterhouse nace en Roma en 1849, hijo de padres ingleses. Su creación pictórica podría encuadrarse dentro de la corriente Prerrafaelita, aunque según algunos autores estaría más próximo al Romanticismo Victoriano.
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LA MITOLOGÍA CLÁSICA SEGÚN WATERHOUSE Laura Martínez Baleriola
John William Waterhouse nace en Roma en 1849, hijo de padres ingleses. Su creación pictórica podría encuadrarse dentro de la corriente Prerrafaelita, aunque según algunos autores estaría más próximo al Romanticismo Victoriano. En su obra encontramos una clara predilección por la temática clásica, pues muchas de sus creaciones están inspiradas en la mitología y la literatura grecolatinas. Waterhouse muere en Londres en 1917, dejándonos una exquisita producción pictórica, cuyo estilo podríamos definir como distinguido, soñador, misterioso e imbuido de romanticismo.
CIRCE OFRECIENDO LA COPA A ULISES Circe era una maga muy poderosa que habitaba la isla de Eea. La primera mención que se conoce de Circe es en la Odisea de Homero. Odiseo llega a la isla de la hechicera en su largo periplo, y ésta convierte a sus compañeros en cerdos por la acción de un brebaje. El cuadro de Waterhouse recoge el momento en que Circe ofrece el filtro mágico a Odiseo, quien gracias a una planta proporcionada por Hermes consigue librarse de sus efectos y liberar a sus compañeros, tras lo cual permanece un año entero en brazos de la hechicera.
ULISES Y LAS SIRENAS Otra de las aventuras de Odiseo es la de las Sirenas, unos seres maléficos mitad mujer mitad ave. Vivían en una isla, e hipnotizaban a los navegantes que pasaban con el fin de devorarlos. Pero Odiseo, como siempre, sale airoso gracias a su ingenio: pone cera en los oídos de sus compañeros para que no oigan a las Sirenas, y les pide que lo aten al mástil de la nave para poder deleitarse con su canto sin peligro.
PENÉLOPE Y LOS PRETENDIENTES Mientras Odiseo vagaba por los mares, su esposa Penélope lo esperaba pacientemente en Ítaca. A pesar de los requerimientos de los galanes de los alrededores, que ocupaban su palacio y consumían su hacienda, Penélope permaneció siempre fiel. Les puso como excusa que antes de volver a casarse debía tejer un sudario para su suegro Laertes, pero por la noche destejía lo que había tejido durante el día, para hacer tiempo hasta que regresara Odiseo.
HILAS Y LAS NINFAS Hilas era uno de los Argonautas, los héroes que emprendieron una expedición a bordo de la nave Argo en busca del vellocino de oro. Además era amante de Heracles, otro de los Argonautas. Antes de llegar a su destino, los héroes atracaron en la isla de Quíos e Hilas se dispuso a buscar una fuente donde recoger agua. En la fuente que encontró había unas ninfas (náyades) que lo hechizaron con su seductora mirada. Hilas desapareció bajo las aguas y no volvería jamás.
ARIADNA Ariadna era hija de Minos, rey de Creta. Se enamoró del héroe Teseo, a quien ayudó a derrotar al Minotauro, tras lo cual ambos huyeron de Creta. En su huida atracaron en la isla de Naxos. Ariadna se quedó dormida y Teseo se marchó sin ella. El leopardo que aparece en el cuadro simboliza a Dioniso, quien se enamora de Ariadna y la hace su esposa.
NINFAS ENCONTRANDO LA CABEZA DE ORFEO Orfeo es protagonista de una bella pero triste historia: se casó con la ninfa Eurídice, pero ésta murió y Orfeo decidió bajar al mismísimo Infierno a buscar a su amada. Hades y Perséfone le dieron permiso para llevársela, pero con una condición: él debía caminar delante de ella, y no debía mirar atrás hasta haber alcanzado la superficie. Pero Orfeo no cumplió el trato, y Eurídice se sumergió para siempre en el Hades. Poco después Orfeo fue despedazado por las Ménades. El cuadro de Waterhouse recoge el momento en que unas ninfas se encuentran la cabeza de Orfeo flotando en el río.
ECO Y NARCISO Eco era una ninfa de los montes (oréade) a quien Hera privó de la voz por ser cómplice de Zeus en sus infidelidades; sólo era capaz de repetir las últimas palabras de los demás (eco). Eco se enamoró de un hermosísimo joven llamado Narciso, pero éste la rechazó. Como castigo Némesis, la diosa de la venganza, hizo que Narciso viera su reflejo en un río, quedando locamente prendado de su bella imagen, hasta tal punto que jamás se movió de allí. Cuando murió, brotó la hermosa flor homónima.