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B asta una simple lectura de este Salmo para advertir que ha sido compuesto con elementos tomados de otros himnos litúrgicos, en especial, de los Salmos 113. 1; 115. 4-8; 136. 17-22. A pesar de esto, forma un conjunto orgánico, que se caracteriza por la ordenada distribución de sus partes.
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Basta una simple lectura de este Salmo para advertir que ha sido compuesto con elementos tomados de otros himnos litúrgicos, en especial, de los Salmos 113. 1; 115. 4-8; 136. 17-22. A pesar de esto, forma un conjunto orgánico, que se caracteriza por la ordenada distribución de sus partes. Después de una exhortación a la alabanza (vs. 1-4), se exalta el poder de Dios, manifestado en las obras de la creación (vs. 5-7) y en la liberación de su Pueblo (vs. 8-14). Luego viene una profesión de fe en el único Dios, en abierta polémica contra las creencias del paganismo. Por último, se exhorta a todo el Pueblo a bendecir al Señor “que habita en Jerusalén” (vs. 19-21).
Alabad el nombre del Señor,alabadlo, siervos del Señor,que estáis en la casa del Señor,en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,tañed para su nombre, que es amable.Porque él se escogió a Jacob,a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,nuestro dueño más que todos los dioses.El Señor todo lo que quiere lo hace:en el cielo y en la tierra,en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,con los relámpagos desata la lluvia,suelta los vientos de sus silos.
El hirió a los primogénitos de Egipto,desde los hombres hasta los animales.Envió signos y prodigios-en medio de ti, Egipto-contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos,mató a reyes poderosos:a Sijón, rey de los amorreos,a Hog, rey de Basán,a todos los reyes de Canaán.Y dió su tierra en heredad,en heredad a Israel, su pueblo.
Señor, tu nombre es eterno;Señor, tu recuerdo de edad en edad.Porque el Señor gobierna a su puebloy se compadece de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata,hechura de manos humanas:tienen boca y no hablan,tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen,no aliento en sus bocas.Sean lo mismo los que lo hacen,cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al Señor;casa de Aarón, bendice al Señor;casa de Leví, bendice al Señor;fieles del Señor, bendecid al Señor.
HOG Y SIJON Nombres en la historia de Israel —que es mi propia historia—: Hog y Sijón. Los reyes que no dejaban pasar a Israel. Gigantes entre los hombres, engreídos en su poder y en su despecho, que les hizo negar el paso a los israelitas aun cuando éstos prometieron no tocar sus viñedos ni beber de sus pozos. Obstáculos en el camino hacia la tierra prometida. Y Dios los allanó por completo. El Señor no permitirá que nada ni nadie trate de parar la marcha decidida de su pueblo hacia su destino. Israel recordará esos nombres extranjeros y los convertirá en símbolo y muestra del rescate divino frente a ingentes obstáculos, en leyenda para sus anales y verso sonoro en sus salmos de acción de gracias por la ayuda y la victoria. Obstáculos en el camino de la tierra prometida. Hog y Sijón. También yo los recuerdo. También a mí han querido cortarme el paso. Peligros que he encontrado, desengaños que he sufrido, momentos en que parecía que todo se había acabado, equivocaciones que parecían destruir toda posibilidad de ir adelante. El camino ascendente de mi alma quedó cerrado más de una vez por obstáculos que parecían imponer el fin del avance. Sin embargo, esos obstáculos insuperables fueron superados, el camino quedó despejado y el viaje prosiguió. Una mano poderosa abría el camino una y otra vez, renovaba las esperanzas y daba ánimos. También yo tengo leyendas y nombres en mis memorias privadas y en mi historia secreta. No volverán a intimidarme los obstáculos, por impresionantes que sean. Mientras me acuerde de Sijón y de Hog, tendré libre el camino hasta el final.
El recuerdo de tus maravillas, Señor, fortalece nuestra fe y nos impulsa a la acción de gracias; acuérdate de nosotros, tú que nos has creado y nos has redimido; acuérdate de nosotros, que somos el templo y la casa edificada por tu Hijo, para que podamos bendecirte de edad en edad, como Dios vivo y verdadero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.