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Oración para vivir este adviento

¿Sigues dormido en la vida? ¿Qué te impide vivir la vida al 100%? Haz una lista de aquellas cosas que en ocasiones te impiden acoger al otro, aquello que te adormece, te dificulta entregarte a los otros y hacerlo como Dios hace… sin medida.

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Oración para vivir este adviento

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Presentation Transcript


  1. ¿Sigues dormido en la vida? ¿Qué te impide vivir la vida al 100%? Haz una lista de aquellas cosas que en ocasiones te impiden acoger al otro, aquello que te adormece, te dificulta entregarte a los otros y hacerlo como Dios hace… sin medida.

  2. “Mirad, vigilad, pues no sabéis cuando es el momento…no sea que venga y os encuentre dormidos…¡Velad!” Mc 13, 33-37

  3. No es fácil estar atentos y despiertos. Es mejor, muchas veces, permanecer dormidos, sin preocupaciones, sin compromisos… pero Dios te pide que, al igual que Él te mantengas en vela. Señor, que no deje pasar la vida sin entregarme a los demás día a día.

  4. Es un buen momento para darte de alta; no dejes pasar la oportunidad de hablar con el corazón a los otros y dejarte de tonterías…¡vivamos a tope! Por eso, ¡date de alta en tu vida! Y no permitas que sean otros los que la vivan por ti.

  5. Oración para vivir este adviento Señor, este adviento quiero escucharte, también en aquellos que me rodean, pero no siempre mi línea estaba disponible, sino con sobrecarga, caída o fuera de cobertura. Ayúdame a contemplar los signos que me dejas. Ayúdame a saber y aprender a verte en las más pequeñas cosas y en los más pequeños gestos. Enséñame, Señor, a navegar en alta mar, como navega el marinero confiando en las estrellas…, sabiendo que al final estarás tú, saliendo a nuestro encuentro. Dame, Señor, la capacidad de movilizar mi vida, a comprometerme, porque una vida parada no conduce a nada. Y todo, Señor, porque te haces pequeño, te entregas en pequeño, para que podamos comprender la grandeza de la pequeñez, y el tremendo regalo de la pequeñez de tu grandeza.

  6. ¡Prepara tu vida! Y un primer paso es allanarla. Endereza toda injusticia e iguala toda desigualdad que encuentres a tu paso.

  7. “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos…dad el fruto que pide la conversión.” Mc 3, 1-12

  8. Preparar el camino, allanar el sendero de nuestra vida, supone acoger al otro tal y como es y tratarlo dignamente, rompiendo toda desigualdad. ¿ eres capaz de acoger así? Señor, haz que pueda allanar mi vida para acoger al otro y si no puedo, allana Tú mi corazón.

  9. No se lleva acoger, dejar espacio a los otros. ¡bastante tengo yo con mis cosas, como para ocuparme de los demás! Sin embargo, ha llegado el momento de movilizar tu vida. ¿ por qué no te dices de vez en cuando: quiero dejar espacio al otro y dedicarle tiempo?

  10. Ven Señor a mi vida, ven y sálvame: de mi pereza, de mis excusas para cuando no hago las cosas bien. De mi sordera a tu palabra, de mis salidas de tono, de mis luchas por quedar por encima de los demás, de mi comodidad, de mi falta de comprensión hacia los otros, de mi superficialidad, de mi egoísmo. Ayúdame a estar en vela y a dejarme transformar por el Evangelio.

  11. No es fácil sentir la alegría… pero tampoco se puede ir toda la vida con la cara larga, como si los problemas nos vencieran. ¿Te atreverías a hacer una pequeña lista de aquello que te agobia y te quita la sonrisa de la cara? Y después de hacerla… ¿te atreverías a poner a su lado motivos para la esperanza” en cada una de esas situaciones?

  12. “Id y anunciad lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los inválidos andan, los sordos oyen y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia” Mt 11, 2-11

  13. Dios libera…¿ te has sentido alguna vez doblado por el peso de los problemas? Como en el Evangelio, Tú también eres un pobre al que se anuncia la salvación. Siéntete amado y liberado. Alegra esa cara y pide a Dios que te haga ver la bondad que hay en tu vida y en el mundo.

  14. Hazte transmisor de esperanza en este mundo al que le sobra diversión y le falta alegría. Sonríe a quien siempre quiere cortar el rollo a los demás, ayuda para que la alegría pueda estar en la vida de los otros.

  15. Jesús, ayúdanos a ver la bondad que hay en nosotros y a nuestro alrededor Que seamos capaces de ponernos en marcha, cuando descubramos que algo podemos hacer para alegrar la vida de los demás. Que seamos capaces de ser mensajeros de alegría y esperanza, provocando la paz y bienestar, allí donde estemos y a quien nos acerquemos.

  16. Dios se ha hecho en Jesús Dios-con-nosotros. …y tú… ¿estás dispuesto a que Dios descoloque tus planes? ¿Te atreves a dejar espacio a los otros y a Dios en tu vida?

  17. “Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. María contestó: - Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Lc. 1,26-38

  18. Decir sí, a la primera, es improbable en nosotros….normalmente nos esperamos y esperamos. Pero nosotros, también somos elegidos por Dios…él ha soñado con nosotros como con María, preparando para ella una nueva vida… emocionante, arriesgada. ¿ estás dispuesto a que Dios descoloque tus planes?

  19. Señor, me cuesta arriesgar en la vida. Prefiero lo de siempre, mis cosas, también mis personas… ¿Por qué no me echas una mano? Derriba mis miedos y hazme decir Sí. Sí a tu vida, a tus planes a tu sueño sobre mí.

  20. María, tú que eres mujer de respuesta rápida, que escuchas a Dios y le das tu sí, haznos estar atentos a ese Padre nuestro, que habla en el susurro y gusta de hacer peticiones inesperadas. Enséñanos el secreto de tu disponibilidad y de tu entrega, para que podamos, como Tú, engendrar en nuestra vida el Reino de tu hijo Jesús. Enséñanos a decir sí.

  21. La vida, compartida, es + Y lo es, es +, porque sólo compartiendo nuestra vida podemos llegar a encontrar y descubrir su verdadero sentido. ¿Te habías parado a pensar que a medida que nos sentimos más llenos de los otros vamos vaciando más nuestra vida? Es como si fuéramos más personas, más nosotros, cuando abrimos nuestro corazón a los otros. Curioso, ¿verdad? Pues este Adviento te proponemos compartir la vida, porque Dios ha compartido la nuestra. Sí, Dios quiso darse más, y lo hizo experimentando nuestra vida, desde dentro. Por eso nuestra vida también es más: más cercana, más humana, más llena de Dios... Compartir la vida es +... ¿te vas a perder la oportunidad de vivir lo que Dios ha querido que vivas? No te cortes. Hazlo. Escúchale, contempla, navega en tu interior y descubrirás las razones de una entrega sin medida que, al final, movilizará tu vida.

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