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Te invito a conocerme. Héroes de la independencia. Miguel Hidalgo y Costilla. 1753-1811.
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Héroes de la independencia
Miguel Hidalgo y Costilla 1753-1811
Me llaman el Padre de la Patria, inicie la Independencia de México. Fui el segundo hijo de Don Cristóbal Hidalgo y Costilla y de Doña Ana María de Gallaga. Nací el 8 de mayo en la hacienda de Corralejo, jurisdicción de Pénjamo, Guanajuato. Mis primeros años los pasé en la misma hacienda de Corralejo, de la cual mi padre era administrador, después me fui a estudiar a Valladolid (Morelia), en el Colegio de San Nicolás.
Era domingo, y más temprano de lo acostumbrado, llamé a misa en la parroquia; comenzaba la lucha por la Independencia. El mismo día 16 salí de Dolores. Marché a San Miguel el Grande, y al anochecer entramos en la población. Allí se nos unió el Regimiento de la Reina, y en el camino TAMBIÉN SE NOS unió una multitud de gente del campo, principalmente indios, armados con flechas, palos, hondas e instrumentos de labranza. Al pasar por Atotonilco, encontré una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, la hice suspender del asta de una lanza, y aquel fue el estandarte del ejército. El 22 de septiembre, con asistencia del Ayuntamiento de Celaya, fuÍ nombrado general y quedé investido del mando supremo del ejército, que ya sumaba 50 mil hombres.
JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ 1773-1829
Soy hija de Juan José Ortiz y Manuela Girón, quedé muy niña, bajo el amparo de una hermana. Nací el 19 de abril de 1773 en la ciudad de México. Fui educada en el Colegio de las Vizcaínas, de donde salí en 1791. Me casé en secreto con Miguel Domínguez, quien sería corregidor de Querétaro. La boda se celebró en el Sagrario Metropolitano de la ciudad de México el 24 de enero de 1793. "La Corregidora" es el nombre con el cual la historia me inmortalizó. Mi participación en la insurgencia fue definitiva. Como yo era la esposa del corregidor, era un seguro enlace entre los futuros insurgentes que tenía la ciudad de Querétaro el centro de conspiración y a quienes yo informaba de todo lo que convenía a la causa. Induje a mi esposo a participar en la conjura. Cuando los conspiradores fueron denunciados mi esposo el corregidor se vio obligado a iniciar una averiguación formal y ordenar el cateo de la casa donde se guardaba el material de guerra. Al marchar para realizar estas diligencias, me encerró, pero ésta logró enviar noticia de lo ocurrido a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y los Aldama.
Iniciado el movimiento insurgente, fui denunciada por el capitán Arias, me encerraron en el convento de Santa Clara y después fui llevada a la ciudad de México, donde se me recluyó en el convento de Santa Teresa. Por encontrarme embarazada, mi prisión fue benigna al principio, pero después se me trasladó al convento de Santa Catarina de Sena, donde permanecí durante tres años. Ya consumada la Independencia e instalado el Imperio de Iturbide, rechacé el nombramiento de dama de honor de la emperatriz. Tampoco acepté ninguna recompensa por los servicios a la insurgencia. Mi muerte fue en la ciudad de México. Mis restos se depositaron en el convento de Santa Catalina de Sena y después se llevaron a Querétaro. El Congreso de ese Estado me declaró Benemérita. Una estatua mia se encuentra en la plaza que lleva mi nombre en la ciudad de México.
LEONA VICARIO 1789-1842
Me llaman heroína de la Independencia, nací en la ciudad de México. Quede huérfana muy niña, al cuidado de un tío, Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, abogado en cuyo despacho trabajaba Andrés Quintana Roo. Al estallar la Guerra de Independencia, me dedique a informar a los insurgentes de todos los movimientos que podían interesarles y que ocurrían en la capital. También, con mis bienes, ayudé a la causa libertaria. Intenté persuadir a los mejores armeros vizcaínos para que se unieran a los partidarios de la Independencia. Por ello, y al negarme a descubrir a los cómplices, se me aprisionó en el convento de Belén de las Mochas. Logré escapar ayudada por los coroneles Antonio Vázquez Aldarna y Luis Alconedo. Disfrazada, llegué hasta Oaxaca, donde se encontraba el caudillo José María Morelos. Acompañé al Ejército Insurgente, que poco después sufrió varias derrotas, por lo que pasé grandes penalidades. Mis bienes fueron confiscados. Además de mis esfuerzos personales, había yo contribuido a la lucha con más de ochenta mil pesos, se me otorgó, como recompensa, la hacienda de Ocotepec, en los llanos de Apam; el acto se decretó por el Congreso en 1822. En los mismos días de la lucha me casé con Andrés Quintana Roo. Mi muerte ocurrió en mi ciudad natal.