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Las cartas católicas. Las cartas católicas. La carta a los Hebreos. Lo que en el siglo segundo se llamó Carta a los hebreos, atribuyéndosela a Pablo, sigue siendo un enigma en lo que respecta a su verdadero origen, autor y destinatario.
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La carta a los Hebreos Lo que en el siglo segundo se llamó Carta a los hebreos, atribuyéndosela a Pablo, sigue siendo un enigma en lo que respecta a su verdadero origen, autor y destinatario. El escrito no tiene forma de carta, sino de un pequeño tratado teológico o quizás de sermón para ser leído en el culto. Su autor, un judeo-cristiano, se revela como muy erudito en cuestiones bíblicas y emplea una argumentación de tipo rabínico con gusto por la simbología y la alegría. Quizá fuera discípulo de Pablo, como propone la tradición más antigua. Se diría que los destinatarios fueron unos sacerdotes judíos que al convertirse al cristianismo se sentían como extraños en su patria y añoraban con cierta tristeza el esplendor del templo de Jerusalén. Lo cierto es que este misterioso libro es una magnífica síntesis de la fe cristiana, apoyada en Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, quien nos abre las puertas del culto celestial a quienes hoy peregrinamos en el mundo. Con Cristo se consuma la nueva Alianza, ya que, al ofrecer su sangre por la salvación de todos, su ofrenda, única y definitiva, nos liberó de los pecados y grabó en nuestros corazones la nueva Ley. Imitando, pues, el ejemplo de fe de nuestros mayores, acerquémonos con confianza al trono de Cristo, en quien encontraremos un sacerdote compasivo.
Estructura de la «carta.: 1. Jesús, Hijo de Dios y hermano de los hombres, superior a los ángeles (1,1 - 2,18). 2. Jesús, sumo sacerdote (3,1 - 5,10). 3. El sacerdocio de Cristo, superior y eficaz (5,11 - 10,39). 4. Fe y vida cristiana (11,1 - 13,25). Leer la Carta a los hebreos es sentir que la fe es confianza y paz.
Resumiendo: Fecha: probablemente hacia el año 90. Autor y destinatarios: en otro tiempo atribuida a Pablo, esta carta no tiene nada de paulina. El autor es claramente un cristiano completamente separado del judaísmo que se dirige a cristianos también apartados del judaísmo. Carta o sermón: más que una verdadera carta, uno se da cuenta rápidamente de que se trata de un sermón, al que se le une una carta de acompañamiento (cap. 13) La carta a los Hebreos es un texto difícil. Seguiremos una guía de lectura para leerla paso a paso.
La carta a los Hebreos desempeña un papel importante en el Nuevo Testamerto, ya que ilustra la posición progresivamente separada del judaísmo tomada por la Iglesia. En efecto, trata de demostrar la superioridad de la nueva alianza sobre la antigua y exhorta, por tanto, a mantenerse firme en la fe cristiana. 1. La superioridad de la revelación cristiana • Cristo es superior a los profetas (1,1-3). • Cristo es superior a los ángeles(1,3-2,18): Cristo es superior a los ángeles, que han dado la Ley a Moisés, pues domina sobre ellos (1,1-14) y ha sido exaltado al rango de sumo sacerdote (2,5-18). • Cristo es superior a Moisés(3,1-6): mientras que Moisés es el siervo de Dios, Jesús es su Hijo. • La nueva alianza en Jesús es superior a la antigua (8,6-13).
2. La superioridad del culto cristiano • Jesús es el sumo sacerdote por excelencia(4,14-7,13): Jesús, igual que Melquisedec, ha sido elevado al rango de sumo sacerdote, pero le supera, pues, en lugar de gozar de esta dignidad transitoriamente, es sumo sacerdote para siempre. • El sacrificio de Jesús supera el del Templo(8,1-10,18): Jesús es todo a la vez: el sumo sacerdote, la víctima (puesto que es sacrificado), el sacrificio y el Templo. Su sacrificio prevalece sobre el del Templo: es el sumo sacerdote por excelencia, ofrece no la sangre del macho cabrío, sino su propia sangre, el tabernáculo de los judíos no era más que la copia terrena del santuario celestial donde se lleva a cabo su ofrenda a Dios, y, sobre todo, el sacrificio erístico no debe ser renovado, sino que es válido una vez para siempre. 3. La necesidad de la fe cristiana. En numerosas citas, el autor insiste en la fe en Jesús, que debe ser la consecuencia necesaria de la excelencia del sacrificio: indica la necesidad de convertirse en el «pequeño resto» que continúa creyendo en Dios (3,7-4,13); la importancia de no vacilar en la fe, pues no habrá remisión para los que abandonen a Jesús (5,11-6,20); la exigencia de una vida de perseverancia a imitación de Jesús y de una conducta en consecuencia (10,19-13 ,25).
La carta de Santiago • Santiago, «el hermano del Señor», a cuyo cargo quedó la Iglesia de Jerusalén, era un cristiano conservador y de gran influencia entre los judeo-cristianos debido a su parentesco con Jesús. Murió mártir en el año 62 a manos de los judíos. La tradición le atribuye unánimemente esta carta que, por lo tanto, habría sido escrita entre los años 50 y 60. • Sin embargo, algunos sostienen que el autor es alguien posterior a las cartas de Pablo, ya que parece que aclara el concepto paulino de que sólo la fe nos salva, haciendo ver que esta fe incluye las buenas obras. • Se dirige a las «doce tribus dispersas entre las naciones», es decir, a toda la Iglesia, nuevo Israel. • El mensaje de la carta está muy enraizado en las enseñanzas del Antiguo Testamento e insiste en dos puntos de permanente actualidad: • La auténtica religión - o piedad - se traduce en el amor fraterno y el cumplimiento de la palabra de Dios. • Por lo tanto, no hay peor pecado que el de los ricos que explotan a los pobres. Todos los hombres tienen la misma dignidad y no se puede, bajo ningún pretexto, hacer distinción de personas. • Conclusión: quien diga tener fe y no practique las obras de la justicia y del amor, es un mentiroso.
Estructura de la carta: • 1. Conducta en las pruebas y tentaciones (1,1-15). • 2. La verdadera religiosidad (1,19 - 2,13). • 3. Fe con obras (2,14-26). • 4. La verdadera sabiduría (3,1-18). • 5. El pecado de ambición (4,1 - 5,6). • 6. Consejos varios (5,7-20). • Leer la Carta de Santiago es terminar con una religión clasista.
Resumiendo: Fecha: probablemente hacia el año 80 o algo después. Autor y destinatarios: tradicionalmente atribuida a Santiago, «hermano del Señor», esta carta sin duda es tardía (finales del siglo I - comienzos del II). Carta o sermón: más que de una verdadera carta, inmediatamente nos damos cuenta de que se trata de un sermón, como lo prueban las numerosas alusiones a la audición. La carta de Santiago fue escrita sin duda por un cristiano de origen judío. Junto con el evangelio de Mateo, nos ofrece un bosquejo de las ideas de la tendencia llamada a veces «judeocristianismo», que desapareció a partir de los siglos II-III.
LOS GRANDES TEMAS DE SANTIAGO 1. La crítica de las desviaciones de las Iglesias paulinas.La carta critica varios aspectos de una Iglesia que reconoce los defectos que Pablo ya criticaba. En efecto, se trata de una Iglesia inclinada hacia los ricos: igual que la Iglesia paulina de Corinto, la comunidad que Santiago reprueba ha concedido un gran lugar a los ricos, que oprimen a los pobres (2,1-9). Se trata después de una Iglesia que parece haber dado prioridad a la fe, descuidando las buenas acciones (las «obras»), lo que conduce a excesos. Santiago critica aquí una caricatura del paulinismo, que, a partir de una fórmula sacada de su contexto, «la fe prima sobre las obras», conduce a una especie de abandono. Se trata de una Iglesia desorganizada en la que la enseñanza se lleva a cabo de cualquier forma: contrariamente a la costumbre de la sinagoga, y sin duda según las prácticas que el propio Pablo condena en 1 Corintios (pero que debieron de persistir), los miembros de esta Iglesia enseñan cuando se sienten inspirados, lo que conduce a desviaciones que Santiago proscribe. 2. El retorno al judaísmo. Santiago responde a estos extravíos recordando principios de origen judío. Propone ante todo una concepción de la fe procedente del judaísmo: la define recordando la creencia en el monoteísmo (2,19), la del Shemá Israel (Deuteronomio 6,4). Y contrariamente a Pablo, que insistía en la salvación obtenida mediante la fe, Santiago recuerda la importancia de la Ley,y en particular la práctica de lo que él llama el «mandamiento real»: amar al prójimo como a sí mismo. Sin el actuar, sin las obras de la Ley, la fe está muerta (2,14-26).
1ª carta de Pedro • Pedro está en Roma hacia el año 62, en compañía de Marcos y Silvano, y redacta por medio de este último su única carta, dirigida a los cristianos de Asia Menor, que estaban pasando un período de pruebas y dificultades ante las calumnias y la oposición de los paganos. • Es un hermosísimo escrito, que, amén de fortalecer a los cristianos en las pruebas, los afianza en su fe de bautizados como nuevo pueblo de Dios, nación santa y sacerdotal. • En otras palabras: es una catequesis bautismal que afirma el papel redentor de Cristo y la necesidad de vivir en la santidad. • Estructura de la carta: • 1. El nacimiento de un pueblo santo (1,1 - 2,10). • 2. El testimonio cristiano (2,11 - 4,19). • 3. Recomendaciones (5,1-14). • Leer la Carta de Pedro es tomar conciencia de nuestro bautismo.
Resumiendo: Fecha: después de la caída del templo, entre los años 80-90. Autor y destinatarios: esta carta, en otro tiempo atribuida a Pedro, no tiene nada de petrina. La primera carta de Pedro no es de la mano del apóstol por varias razones: • La carta está escrita en buen griego, cosa bastante extraña en un pescador galileo. • Está dirigida a comunidades cristianas que parecen no haber existido en tiempos de Pedro, Bitinia y el Ponto, Capadocia. • Está dirigida a cristianos que no saben nada del judaísmo (cf. 1,14.18; 4,3). • Refleja una oposición al poder romano que no existía cuando vivía Pedro.
Esta carta se lee poco, y es una lástima, pues, junto a algunas enseñanzas que no tienen más que un valor histórico, es' enormemente adecuada a la situación actual de la Iglesia. Pedro se dirige a los cristianos dispersos por el mundo (en diáspora); ya no forman un grupo nacional o étnico, sino una vasta fraternidad a través del mundo (5,9), unidos por una misma fe y un comportamiento social y moral que debe contrastar con los de sus contemporáneos. 1. La parte doctrinal(1,1-2,10) desarrolla algunos grandes temas de la Escritura que permiten vivir una situación difícil: el Éxodo, el Siervo sufriente de Isaías, que se ofrece para la salvación de todos, la piedra rechazada por los constructores y de la que Dios ha hecho la piedra angular, imagen de Jesús rechazado por su pueblo pero exaltado por Dios y sobre el que los cristianos, igual que piedras vivas, construyen un edificio espiritual. 2. La segunda parte de esta catequesis bautismalextrae algunas consecuencias prácticas que se pueden resumir en la necesidad de tener una buena conducta entre los no creyentes. Y la definición que Pedro da del testimonio es magnífica (3,15). Este nuevo pueblo de Dios nace como diáspora, es llamado desde el seno de las naciones, donde vive sin dejar de pertenecer nunca a él. Pueblo en peregrinación, su fin es proclamar mediante su alabanza y su conducta las hazañas de «Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable » (2,9).
2ª carta de Pedro • La insistencia del autor en rubricar que es Pedro, el mismo que estuvo en la transfiguración y el que escribió la primera carta, nos hace sospechar que se trata de un cristiano anónimo, que se apoyó en la autoridad del apóstol para refrendar sus palabras. • Por otra parte el autor ya conoce las cartas de Pablo, por lo que se supone, teniendo en cuenta el estilo y la temática (cierta desilusión porque Jesús no ha venido por segunda vez), que la carta fue redactada hacia la mitad del siglo segundo, siendo así el libro más tardío del Nuevo Testamento. • El tema central gira en torno a la parusía (segunda venida de Cristo): se explica que Jesús aún no haya venido para dar más tiempo a la conversión. El autor se apoya en la Carta de Judas, parte de la cual transcribe casi textualmente (ver introducción a dicha carta). • Estructura de la carta: • 1. Responder a la llamada de Dios (1,1-21). • 2. Falsas doctrinas y corrupción (2,1-22). • 3. Segunda venida del Señor (3,1-18). • Leer la Segunda carta de Pedro es aprender • a descubrir el valor del tiempo presente.
Carta de Judas El autor se presenta como Judas, el hermano de Santiago, pariente de Jesús. Pero el tema tratado y el estilo evidencian que la carta es de mediados del siglo segundo. Se trata de un escrito ocasional para combatir las ideas de unos pseudo-cristianos llamados «gnóstícos», los cuales afirmaban que eran personas muy espirituales y por encima de las normas mondes, por lo que llevaban una vida sexualmente desenfrenada. Su orgullo los hacía creer que vivían muy unidos con Dios, a pesar de que negaban que Jesús fuese el Mesías. Su posición era consecuencia del dualismo, pues separaban de forma radical el cuerpo y el alma, afirmando que Dios sólo se ocupaba de lo espiritual, quedando el cuerpo al arbitrio del hombre. La lectura de esta carta (como también la de la segunda de Pedro) nos puede confundir un poco, pues el autor apoya su argumentación en libros pseudo-inspirados (apócrifos) como La ascensión de Moisés (v 9) y el Apocalipsis de Henoc (vv 14-15).Tengamos en cuenta que por esa época todavía la Iglesia no había establecido cuáles eran los escritos inspirados pertenecientes al Nuevo Testamento. Lo más valedero de esta carta es el punto de partida: el hombre es una unidad total y todo él debe ser santo. Esta carta nos sirve de ejemplo de cómo la lectura de la Biblia supone siempre una actitud crítica: saber distinguir cuál es el mensaje de fe y qué cosas son, en cambio, elaboraciones de la cultura de la época. Leer la Carta de Judas es aprender a discernir.
Carta de Judas y 2ª carta de Pedro Estas dos cartas, bastante mal conocidas, están relacionadas: 2 Pedro es una reescritura amplificadora de Judas, y las dos cartas combaten «falsas enseñanzas». La carta de Judases atribuida al «hermano de Santiago» (lo que haría de él un hermano de Jesús), pero data sin duda de una época posterior. Da la impresión de que los apóstoles han desaparecido desde hace mucho tiempo (Judas 17-18). Podría datar de los años 80-100. La 2ª carta de Pedrono es ciertamente del apóstol: hace alusión a las cartas de Pablo como parte de las «Escrituras» (2 Pedro 3,16), indicio de un comienzo de creación del canon. Da testimonio de una época en la que apenas se cree en la inminencia del regreso de Jesús (3,3-10), reescribe la carta de Judas. Su estilo, adornado y literario, es muy diferente de 1 Pedro. Se la considera como el último escrito canónico del cristianismo; podría datar de los años 120.
Las dos cartas condenan a los adversarios que comparten características semejantes, incluso aunque no es seguro que sean idénticos. Todos proceden del interior de la comunidad: pertenecen a la Iglesia (Judas 4) y participan en sus celebraciones (Judas 12; 2 Pedro 2,13). Todos niegan a Cristo: ya no creen en Cristo, y ya no creen que debe volver. Todos se comportan de manera criticable. Para reducir a la nada a sus opositores, las dos cartas hacen uso de textos tomados de los escritos apocalíptico s judíos. Ambas utilizan el Primer libro de Henoc (caps. 6 a 16), que narra la historia de ángeles pecadores castigados por Dios (Judas 6; 2 Pe 2,4), así como la Ascensión de Moisés, que narra una discusión entre el arcángel Miguel y el diablo (Judas 8-10; 2 Pe 2,10-11). Judas utiliza igualmente una profecía de Henoc (Judas 14-15 1Henoc 1,9). Estas referencias a libros escritos en medios judíos, pero que no entraron en el canon del Antiguo Testamento, dejan suponer que las comunidades destinatarias eran de origen judío y/o que los opositores con los que polemizaban se apoyaban en estas escrituras. Cuestión de conjunto: 2 Pedro Nos quedaremos de 2Pedro con su interpretación de la transfiguración (1,16-18) y su definición de la inspiración de las Escrituras (1,20-21), Leed los dos textos. Comparad la interpretación del autor y el relato de la transfiguración en Marcos.
Las cartas de Juan Nadie duda de que Juan, el autor del Evangelio, es también el autor sustancial de tres cartas, posiblemente redactadas por algunos discípulos de su escuela entre los años 90 y 110. Las dos primeras, mientras atacan las teorías de los gnósticos (ver introducción de la Carta a Judas), afirman que Jesús es el Mesías, Palabra viva de Dios, por medio del cual nos unimos a Dios. Creer en Cristo es caminar en la luz y conocer a Dios: mas sólo quien ama a su hermano conoce a Dios y es discípulo de Cristo. La primera nos da la mejor definición de Dios: • Dios es Amor», y por ese amor Cristo vino al mundo como ofrenda del Padre y por ese mismo amor hemos de vivir los cristianos. Estructura de la primera carta: 1. Caminar en la luz porque Dios es luz (1,1 - 2,29). (Camina en la luz quien vence al pecado y vive en el amor.) 2. Somos hijos de Dios: vivamos como hermanos (3,1 - 4,6). 3. El fundamento del amor cristiano: Dios es amor (4,7- 5,4). 4. El fundamento de la fe: Jesucristo (5,5-13). 5. Epílogo y síntesis final (5,14-21). Leer las Cartas de Juan es palpar la esencia del cristianismo.
Resumiendo: Autor y fecha: Las tres cartas «de Juan» tienen como autor declarado a un personaje que se llama a sí mismo «el anciano». Han sido redactadas entre el 90 y el 110 (siendo 3Jn la más reciente). Combaten a todos los adversarios, que «el anciano» llama «anticristos», que parecen haber creído en una forma de docetismo que predica que Dios no ha hecho más que revestirse con una apariencia humana. El estilo de las cartas de Juan: estas tres «cartas» (de hecho dos cartas y 1 Jn como una especie de poema) recurren a un estilo poético y a una serie de imágenes que se oponen: luz, verdad, vida junto al anciano, tinieblas, mentiras, muerte del lado de sus oponentes.
1Jn La comunidad conocía dificultades: hay divisiones (4,3), algunos cristianos no se aman (2,9; 4,20), se consideran sin pecado (1,10) o están tentados por el gnosticismo, pretendiendo alcanzar a Dios sólo por el conocimiento, sin preocuparse de la forma en que viven (2,4); otros han abandonado la comunidad y reniegan de Cristo (2,19.22). Para responder a ello, Juan apela a una doble experiencia: 1. Su experiencia de testigo (1,1-4). Leed estos versículos. No dice que haya visto, escuchado al Verbo, pero lo que ha visto del Verbo (palabras y gestos de hombre) le ha permitido, mediante la fe, ir al corazón del misterio de este hombre para reconocer en él al Hijo de Dios. 2. La experiencia de los cristianos (5,13). Apela a lo que han recibido en la catequesis bautismal y a lo que viven en su existencia cotidiana. Por la fe deben descubrir que han sido sembrados por la Palabra de Dios (2,14; 3,19), que han sido impregnados, como con aceite, por esta Palabra gracias al Espíritu (2,20.27). El tema fundamental que aparece sin cesar, como en una sinfonía, es: «Vosotros estáis en comunión con Dios». Pero esta mística tiene los pies en la tierra: esta comunión con Dios se debe ver por los frutos que produce. Es difícil encontrar una estructura, pero ¿es necesario encontrar una en un texto que se anuncia como una meditación?
1Jn En vuestra lectura podéis estar atentos particularmente a algunos aspectos: • Los actores: el Padre, Jesús, el Espíritu, el autor y su comunidad, los creyentes, los que se apartan ... ¿Cómo son presentados? ¿Cuál es su papel? ¿Con qué motivos son asociados? • Los motivos principales. Señalad las palabras y las expresiones que se repiten; tratad de reagrupar las que van juntas y anotad lo que estas relaciones aportan al vocabulario de base, por ejemplo: amor, amar, conocer, comunión, permanecer en, pecado, diablo, «mundo», espíritu del mal, anticristo, luz/tinieblas, vida/muerte, justicia ...
Análisis gramatical:1 Jn (Jn 1,1-5) 1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han tocado nuestras manos acerca de la palabra de la vida 2 -pues la vida se manifestó y nosotros la hemos visto y damos testimonio, y os anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó-, 3 lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. 4 Os escribo estas cosas para que vuestro gozo sea completo. 5 Éste es el mensaje que le oímos y os anunciamos: Dios es luz y no hay en él tiniebla alguna. Estemos atentos a los tiempos de los verbos: En primer lugar, el imperfecto, que sugiere un proceso inscrito en una duración indefinida: el verbo «ser» describe la acción del Verbo de vida, que se resume de alguna manera en ser por toda la eternidad. En un momento preciso, el Verbo de vida hace irrupción en la temporalidad gracias al pretérito perfecto (en griego, el aoristo) del verbo «aparecen ». En esta misma época, el «nosotros» entra en contacto con él, como lo expresan los verbos de percepción «contemplar» y «tocar». El pretérito perfecto marca perfectamente que esta aparición y estas percepciones no duran. Por el contrario, como lo indica el presente, otros verbos de percepción atribuidos al «nosotros» continúan su efecto en el presente: «escuchar » y «ven>.Vemos el contraste entre verbos de una percepción precisa, que no duran más que un tiempo, y verbos de percepción simples cuyo efecto perdura.
Análisis gramatical:1 Jn (Jn 1,1-5) La consecuencia de estas percepciones en el presente se traduce gracias a los verbos del testimonio: verbo general: «testimoniar»; verbo que caracteriza el testimonio oral: «proclamar»; verbo que caracteriza el testimonio escrito: «escribir»; y la expresión que denota la recepción del testimonio: «estar en comunión». Gracias a esta construcción gramatical precisa, toda la vida de la Iglesia puede ser resumida aquí: la fe en un Verbo de Vida (Cristo) que existía desde toda la eternidad, la encarnación y la experiencia de los apóstoles, la presencia continua de Cristo en la Iglesia y, finalmente, la vida de la Iglesia, que es un testimonio en el presente. LAS OTRAS DOS CARTAS 2 Juan. Dirigida a una «Dama elegida» y a sus hijos (2 Jn 1), que sin duda son figura de una comunidad particular, esta breve carta representa la vertiente eclesiológica de la estrategia del «anciano». Retornando su exhortación a seguir los mandamientos y a practicar la caridad, el anciano exhorta a permanecer en la comunión y no recibir a fautores de disturbios. 3 Juan. Breve misiva dirigida a un cierto Gayo, probablemente el jefe de una comunidad. 3Jn exhorta a que se permanezca fiel al anciano y a que se desconfíe de Diotrefes, que se opone a él.
ORACIÓN FINAL 1 Pedro 2, 21b-24Cristo padeció por nosotros,dejándonos un ejemplopara que sigamos sus huellas.El no cometió pecadoni encontraron engaño en su boca;cuando lo insultaban,no devolvía el insulto;en su pasión no profería amenazas;al contrario,se ponía en manos del que juzga justamente.Cargado con nuestros pecados, subió al leño,para que, muertos al pecado,vivamos para la justicia.Sus heridas nos han curado.