Hacia una nueva concepción del desarrollo

1. Hacia una nueva concepción del desarrollo • Hasta que punto nos encontramos ante un fenómeno definitivamente irreversible, carente de solución positiva y abocado a una crisis permanente. • Pues no sorprende encontrar en el panorama científico interesado por esta problemática una cierta visión pesimista, inclinada a los análisis apocalípticos y a la formulación de conclusiones regidas por el escepticismo y la falta de perspectivas mínimamente alentadoras.

2. Hacia una nueva concepción del desarrollo • El modelo de crecimiento responsable del desarrollo­subdesarrollo constituye una realidad firme, que se ha consolidado a lo largo del tiempo en beneficio de los países industriales, al amparo de las ventajas derivadas de la dominación colonial y del control político, y también por el hecho de canalizar a su favor toda la serie de avances conseguidos en la época contemporánea en campos tan fundamentales como la investigación científico­técnica, la modernización del transporte y la expansión a gran escala de los intercambios comerciales.

3. Hacia una nueva concepción del desarrollo • En suma, podemos admitir que en gran parte la intensificación de los desequilibrios actuales obedece a un aprovechamiento selectivo y a la vez muy rígidamente controlado de las posibilidades existentes en el momento actual. • Todo ello genera un fuerte condicionamiento global, que mediatiza las alternativas al subdesarrollo cuando estas se plantean en este tipo de relaciones, ya que su mantenimiento tiende a paralizar el dinamismo de los propios factores de desarrollo que disponen los países dependientes.

4. Hacia una nueva concepción del desarrollo • La necesidad de elaborar una nueva estrategia concebida en dos direcciones perfectamente compatibles: por un lado, racionalizar los flujos comerciales y financieros con: el exterior; y por otro, favorecer la puesta en práctica de sistemas de aprovechamiento específicos, orientados a privilegiar la autosuficiencia nacional como un vehículo de financiación del desarrollo.

5. Hacia una nueva concepción del desarrollo • Se plantea, en efecto, la conveniencia de redefinir la función de las importaciones de capital, tras haber analizado los mediocres resultados conseguidos de la ayuda extranjera y los inconvenientes de una vinculación excesiva a las firmas transnacionales. • Las demandas de ayuda exterior ocupen un lugar marginal, al tiempo que se insiste sobre la urgencia de una organización más justa de los flujos comerciales a través de acuerdos por productos o bien mediante la fijación de códigos de conducta que impriman una honestidad mayor en las formas de actuación de las empresas.

6. Hacia una nueva concepción del desarrollo • Relegada la inversión foránea a un segundo plano, las nuevas posiciones abogan, en cambio, por la movilización y el desarrollo de los recursos propios, como la única forma de neutralizar los efectos de un modelo proclive a la infrautilización del capital, de la tierra y del trabajo.

7. Solución Ejemplo • Ecodesarrollo, que toma como base las experiencias realizadas en este sentido en algunas regiones de China y Tanzania. Su objetivo fundamental consiste en la utilización óptima e integral del potencial ecológico, con el fin de satisfacer adecuadamente las necesidades alimenticias de la población, mediante el cultivo de las plantas mejor adaptadas al ecosistema y el empleo de técnicas simples, que aprovechen los recursos locales y eviten el endeudamiento económico y los perjuicios naturales derivados de la adquisición indiscriminada de sistemas importados.

8. Solución Ejemplo • Asimismo, es preciso corregir el alto grado de irracionalidad del sector industrial, despilfarrador de recursos y ajeno a la promoción real del espacio en que se instala. • En la India, se hace sobre el fomento de las tecnologías intermedias o la tentativa argelina de favorecer el dinamismo de las industrias industrializantes son pruebas elocuentes del afán por estimular una actividad transformadora proyectada al conjunto de la población y al mismo tiempo conectada con el sector agrario, con el que ha de mantener una relación indisociable.

9. Conclusión • En cualquier caso, estas prioridades sólo pueden ser planteadas en un proceso de cambio que modifique no sólo las pautas de comportamiento de la población sino también las propias estructuras administrativas y de poder, identificadas con la pervivencia de la dominación.

10. Conclusión • La necesaria descentralización de las decisiones, propiciadora además de una adecuada articulación del territorio, debe ir unida a la creación de un nuevo orden económico nacional, ya que, como señala Clairmont, «todo ataque lanzado contra el poder económico transnacional implica una puesta en entredicho de las relaciones de propiedad y del modo de distribución en el interior de cada país».