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Evangelizar es luchar contra el mal. PARA ORAR y VIVIR LA PALABRA. CONTEMPLACION ACCIÓN. ORACION. MEDITACION. LECTURA. Hija, tu FE te ha sanado. PREPARACION. AMBIENTACIÓN.
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Evangelizar es luchar contra el mal
PARA ORAR y VIVIR LA PALABRA CONTEMPLACION ACCIÓN ORACION MEDITACION LECTURA Hija, tu FE te ha sanado PREPARACION
AMBIENTACIÓN El lazo más fuerte que nos une a los que nos hemos congregado en esta Asamblea es la fe en Jesús resucitado, presente entre nosotros misteriosamente. Se dice vulgarmente que la fe hace milagros. Más aún si se trata de la fe de una comunidad reunida en Asamblea. Hoy nos convoca el Señor para tomar conciencia de los males de todo orden que aquejan a la humanidad.
Y nosotros, apoyados en el Señor resucitado, queremos poner nuestra aportación para ese milagro de la victoria sobre la muerte, la enfermedad y el pecado. El mejor modo de hacerlo es reconocernos pecadores, y a partir de esta reconciliación mutua, comprometernos en una seria lucha contra el pecado.
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO PREPARACION
Espíritu Santo, ven. Necesitamos tu presencia vivificadora para disponernos a escuchar la Palabra. Necesitamos tu asistencia que nos capacite para acoger esa Palabra en el corazón. Espíritu de esperanza, de fe en las promesas, de paciencia y de vigilia, haznos dóciles para hacer lo que nos pide la Palabra. Amén.
¿QUÉ DICE el texto? LECTURA
primera lectura: Sb.1,13-15;2, 23-24 «Dios creó al hombre incorruptible»
Este texto es un caso, muy a la mano, donde la sabiduría del Antiguo Testamento anticipa la revelación de Cristo. Esta sabiduría nos dice: Dios es un don de vida y no de muerte. Y si la muerte y sus manifestaciones amenazan a la humanidad, es debido al pecado y maldad del hombre. «Dios no hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes». Esta lectura se completa con el Evangelio de hoy donde vemos al Dios del Nuevo Testamento, manifestado en Jesús de Nazaret, que nos devuelve la vida, que vence a la muerte.
Esta primera lectura es una reflexión concisa sobre la muerte, realizada por un judío que vive en la diáspora griega, fiel a las enseñanzas del Génesis. Dios crea el hombre a su imagen y lo hace destinado a la vida. La muerte es algo accidental, que al hombre le viene de fuera, por el pecado. El autor ve, como buen israelita, una relación estrecha entre muerte física y muerte moral o pecado. Hay que decir que la vida muere definitivamente cuando la asfixiamos en los límites egoístas del para-nosotros. Tenemos el ejemplo de Jesús, que vivió respondiendo a la llamada del Padre. Este venció a la muerte.
SALMO RESPOPNSORIAL: Sal. 30(29) «Te ensalzaré, Señor, porque me has librado»
El salmo 30(29) está organizado de esta manera: a) acción de gracias (vv. 2-6); b) exposición del caso con sus circunstancias (vv. 7-8); c) súplica (vv. 9-11) y d) liberación y acción de gracias (vv. 12-13). Es un salmo de acción de gracias por la liberación de un peligro de muerte. Es como un canto a la vida después de haber llegado a gustar ya el amargo sabor de la muerte.
Estar aún con vida, sentirse de nuevo vivo física o espiritualmente después de un experiencia de muerte, es como resucitar. Y es precisamente este contraste entre la vida y la muerte lo que hace que el salmo se convierta en un prisma de colores distintos y enfrentados que constituyen la esencia de la vida humana. El P. Alonso Schökel parece recrearse en destacar estos contrastes: cólera y favor, atardecer y amanecer, llanto y júbilo, luto y danza, sayal y vestido de fiesta, silencio y canto.
Con todos estos contrastes, derivados del eje fundamental «vida - muerte» podemos construir nuestra propia existencia. En positivo, cuando nos apoyamos en Dios. En negativo, cuando sólo nos apoyamos en nosotros mismos. «El tema fundamental de la muerte y de la vida, la noche y la mañana, el desconcierto y la confianza, el luto y la fiesta, permiten transportar este salmo al momento culminante de estas oposiciones, cuando la muerte llega al extremo de su audacia y la vida al extremo de su exaltación: en la muerte y Resurrección de Cristo. El cristiano, que vive en Cristo, participa con Él de este luto y fiesta, que forman el ciclo litúrgico y la sustancia de nuestra vida en Cristo». (P. Alonso Schökel)
SEGUNDa lectura: 2Co. 8,7-9.13-15 «Distínganse también ahora por su generosidad»
Sabemos que las comunidades cristianas de Judea, sobre todo la de Jerusalén, pasaban por una situación angustiosa, de penuria material. Pablo organiza colectas en diversas Iglesias con la idea de comunicar los dones recibidos del Señor. Para comprender el alcance de esta nivelación que propone San Pablo a los corintios es necesario conocer las circunstancias del momento. En la Iglesia de entonces habían surgido grandes dificultades entre los cristianos de origen judío y los de origen pagano.
Esta colecta es un signo de comunión eclesial que trata de deshacer las diferencias existentes entre ellos. Además, la igualdad a que alude San Pablo tiende a nivelar las diferencias sociales partiendo de una comunicación en el plano de la fe. Los cristianos de Jerusalén, pobres en lo material, no se han reservado para sí los bienes de la salvación sino que han querido compartirlos. Así los cristianos de origen pagano deben comunicar sus bienes materiales.
Pablo se apoya en el ejemplo de Cristo en su Encarnación. De este modo un cristiano comprometido en la lucha por una más justa distribución de los bienes, prolonga la encarnación de Cristo, es un signo de salvación. Es necesario que los cristianos estemos presentes en el combate contra de la injusticia en todas sus formas, que son otras tantas expresiones del mal.
Quedémonos con una de las frases de San Pablo: «Jesús por nosotros se hizo pobre, a pesar de que El era rico, para que pudiéramos hacernos ricos por su pobreza». Esto significa que la pobreza no es un valor en sí misma. En el cristianismo es una condición para servir a los demás y enriquecer a los demás.
EVANGELIO: Mc. 5, 21-43 «La niña no está muerta... está dormida»
EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGUN SAN MARCOS R/. Gloria a Ti, Señor. Dos sanaciones de mujeres (Mt. 9,18-26; Lc. 8,40-56) 21 Jesús atravesó, de nuevo [en barca], a la otra orilla, y se reunió junto a él un gran gentío. Estando a la orilla del lago, 22 llega un jefe de la sinagoga llamado Jairo, y al verlo se postra a sus pies 23 y le suplica insistentemente:
–Mi hijita está agonizando. Ven y pon las manos sobre ella para que sane y conserve la vida. 24 Se fue con él. Le seguía un gran gentío que lo apretaba por todos lados. 25 Había una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias; 26 había sufrido mucho en manos de médicos, se había gastado su fortuna sin mejorar, y al contrario había empeorado. 27 Oyendo hablar de Jesús, se mezcló en el gentío, y por detrás le tocó el manto.
–Mi hijita está agonizando. Ven y pon las manos sobre ella para que sane y conserve la vida. 24 Se fue con él. Le seguía un gran gentío que lo apretaba por todos lados. 25 Había una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias; 26 había sufrido mucho en manos de médicos, se había gastado su fortuna sin mejorar, y al contrario había empeorado. 27 Oyendo hablar de Jesús, se mezcló en el gentío, y por detrás le tocó el manto.
28 Porque pensaba: Con sólo tocar su manto, quedaré sana. 29 Al instante desapareció la hemorragia, y sintió en su cuerpo que había quedado sana. 30 Jesús, consciente de que una fuerza había salido de él, se volvió entre la gente y preguntó: –¿Quién me ha tocado el manto? 31 Los discípulos le decían: –Ves que la gente te está apretujando, y preguntas ¿quién te ha tocado? 32 Él miraba alrededor para descubrir quién lo había tocado.
33 La mujer, asustada y temblando, porque sabía lo que le había pasado, se acercó, se postró ante él y le confesó toda la verdad. 34 Él le dijo: –Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz y sigue sana de tu dolencia. 35 Aún estaba hablando cuando llegan los enviados del jefe de la sinagoga para decirle: –Tu hija ha muerto. No sigas molestando al Maestro.
36 Jesús, escuchando lo que hablaban, dijo al jefe de la sinagoga: –No temas, basta que tengas fe. 37 No permitió que lo acompañase nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan. 38 Llegan a casa del jefe de la sinagoga, ve el alboroto y a los que lloraban y gritaban sin parar. 39 Entra y les dice: –¿A qué viene este alboroto y esos llantos? La muchacha no está muerta, sino dormida. 40 Se reían de él. Pero él, echando afuera a todos, tomó al padre, a la madre y a sus compañeros y entró adonde estaba la muchacha.
36 Jesús, escuchando lo que hablaban, dijo al jefe de la sinagoga: –No temas, basta que tengas fe. 37 No permitió que lo acompañase nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan. 38 Llegan a casa del jefe de la sinagoga, ve el alboroto y a los que lloraban y gritaban sin parar. 39 Entra y les dice: –¿A qué viene este alboroto y esos llantos? La muchacha no está muerta, sino dormida. 40 Se reían de él. Pero él, echando afuera a todos, tomó al padre, a la madre y a sus compañeros y entró adonde estaba la muchacha.
36 Jesús, escuchando lo que hablaban, dijo al jefe de la sinagoga: –No temas, basta que tengas fe. 37 No permitió que lo acompañase nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan. 38 Llegan a casa del jefe de la sinagoga, ve el alboroto y a los que lloraban y gritaban sin parar. 39 Entra y les dice: –¿A qué viene este alboroto y esos llantos? La muchacha no está muerta, sino dormida. 40 Se reían de él. Pero él, echando afuera a todos, tomó al padre, a la madre y a sus compañeros y entró adonde estaba la muchacha.
36 Jesús, escuchando lo que hablaban, dijo al jefe de la sinagoga: –No temas, basta que tengas fe. 37 No permitió que lo acompañase nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan. 38 Llegan a casa del jefe de la sinagoga, ve el alboroto y a los que lloraban y gritaban sin parar. 39 Entra y les dice: –¿A qué viene este alboroto y esos llantos? La muchacha no está muerta, sino dormida. 40 Se reían de él. Pero él, echando afuera a todos, tomó al padre, a la madre y a sus compañeros y entró adonde estaba la muchacha.
41 Agarrando a la muchacha de la mano, le dice: Talithaqum –que significa: Chiquilla, te lo digo a ti, ¡levántate!–. 42 Al instante la muchacha se levantó y se puso a caminar –tenía doce años–. Ellos quedaron fuera de sí del asombro. 43 Entonces les encargó encarecidamente que nadie lo supiese. Después dijo que le dieran de comer. Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.
Re-leamos el texto para interiorizarlo a) Organización del texto para ayudar a su lectura: Mc. 5,21-24: El punto de partida: Jairo pierde la hija. Jesús va con él, la gente lo sigueMc. 5,25-26: La situación de la mujer que sufre de una hemorragia irregular Mc. 5,27-28: El razonamiento de la mujer ante JesúsMc. 5,29: La mujer consigue su intento y queda curadaMc. 5,30-32: La reacción de Jesús y los discípulosMc. 5,33-34: La conversación entre Jesús y la mujer curada por la feMc. 5,35-36: La conversación entre Jesús y JairoMc. 5,37-40: La llegada a la casa de Jairo y la reacción de la genteMc. 5,41-43: La resurrección de la niña
b) Desarrollo del texto: Mc. 5, 21-24: El punto de partida: Jairo pierde la hija. Jesús va con él y la gente lo sigue. La gente se une a Jesús que ha llegado de la otra orilla. Jairo, jefe de la sinagoga, pide ayuda para su hija que se está muriendo. Jesús va con él y la gente lo acompaña, empujándolo por todas partes porque todos quieren estar cerca de Jesús cuando vaya a realizar el milagro.
Y éste es el punto de partida de los dos episodios que siguen; la curación de la mujer que padece hace ya doce años a causa de una hemorragia y la resurrección de la niña de doce años. Mc. 5, 25-26: La situación de la mujer que sufre a causa de una hemorragia irregular. ¡Doce años de hemorragia! Por esto, esta mujer vivía marginada, porque en aquel tiempo la sangre convertía a la persona impura y a quien la tocara. Marcos dice que la mujer había gastado toda su fortuna con los médicos, pero en vez de mejorar había empeorado. ¡Situación sin solución!
Mc. 5, 27-28: El razonamiento de la mujer ante Jesús Ella había sentido hablar de Jesús. Nace en ella una nueva esperanza. Se dijo entre sí: «Si consigo tan sólo tocar su manto, seré curada». La doctrina de la época decía: «Si toco su manto, quedaré impuro» ¡La mujer piensa exactamente lo contrario! Este signo demuestra mucho valor. Signo también de que la mujer no estaba completamente de acuerdo con lo que las autoridades enseñaban. La mujer se mete en medio de la gente que apretujaba a Jesús por todas partes, y casi sin ser vista, toca a Jesús.
Mc. 5, 29: La mujer consigue su intento y queda curada Precisamente en aquel momento advierte que su cuerpo ha quedado curado. Hasta hoy en Palestina, en una curva del camino cerca del lago de Galilea, vecino a Cafarnaún, se lee sobre una piedra esta inscripción: «¡Aquí, en este lugar, la mujer considerada impura, pero llena de fe, tocó a Jesús y curó!».
Mc. 5, 30-32: La reacción de Jesús y de los discípulos También Jesús siente que ha salido de Él una fuerza: «¿Quién me ha tocado?». Los discípulos reaccionan: «Tú estás viendo que la gente te estrecha por todas partes y preguntas ¿quién me ha tocado?» He aquí de nuevo un pequeño desacuerdo entre Jesús y los discípulos. Jesús poseía una sensibilidad que no era percibida por los discípulos. Estos reaccionan como todos y no entienden la reacción distinta de Jesús. Pero Jesús no renuncia y sigue preguntando.
Mc. 5, 33-34: La conversación entre Jesús y la mujer curada por la fe La mujer percibió que había sido descubierta. Fue un momento difícil y peligroso. Pues, según la creencia de la época, una persona impura que, como aquella mujer, se metía en medio de una multitud, contaminaba a todo el mundo a través del toque. Y hacía que todos se volvieran impuros ante Dios (Lv.15,19-30). Por esto, como castigo, podría ser apedreada. Pero la mujer tuvo el valor de asumir lo que hacía.
«Atemorizada y temblorosa» cayó a los pies de Jesús y contó toda su verdad. Jesús dice la palabra final: «Hija, tu fe te ha salvado e te ha salvado; ¡vete en paz y queda curada de tu enfermedad!»: (a) Bellas palabras, muy humanas. Con la palabra «hija» Jesús acoge a la mujer en la nueva familia, en la comunidad, que se formaba a su alrededor. (b) Aquello que ella pensaba aconteció de hecho. (c) Jesús reconoce que sin la fe de aquella mujer, él no hubiera podido hacer el milagro.
Mc. 5, 35-36: La conversación entre Jesús y Jairo En este momento el personal de la casa de Jairo informa que la niña había muerto. No hacía falta ya molestarle a Jesús. Para ellos, la muerte era la gran barrera. ¡Jesús no conseguirá ir más allá de la muerte! Jesús escucha, mira hacia Jairo y aplica lo que acababa de presenciar, a saber que la fe es capaz de realizar lo que persona cree. Y dice:«No temas. ¡Basta que tengas fe!»
Mc. 5, 37-40: La llegada de Jesús a la casa de Jairo y la reacción de la gente Jesús solo permite a tres discípulos el que vayan con él. Viendo el alboroto de los que lloran por la muerte de la niña, dice: «La muchacha no ha muerto, sino dormida!».La gente se rió. La gente sabe distinguir cuando una persona está dormida o cuando está muerta. Es la risa de Abrahán y de Sara, es decir, de los que no consiguen creer que para Dios nada es imposible (Gn. 17,17; 18,12-14; Lc. 1,37).
También para ellos, la muerte era una barrera que nadie podía superar. Las palabras de Jesús tienen un significado más profundo. La situación de las comunidades perseguidas del tiempo de Marcos parecía una situación de muerte. Ellas tenían que oír: «¡No es muerte! ¡Ustedes están dormidos! ¡Despiértense!». Jesús no da importancia a la risa y entra en la habitación donde está la niña, solamente él, los tres discípulos y los padres de la niña.
Mc. 5, 41-43: La resurrección de la niña Jesús toma por la mano a la jovencita y le dice: «¡Talita kúmi!» Y ella se levanta. Gran conmoción. Jesús conserva la calma y pide que le den de comer a la niña. Ellos «se ríen» de Jesús pero lloran, impotentes y vencidos, ante la muerte... Jesús, en cambio,se ríe de la muerte y la vence por completo. ¡Curación de dos mujeres! Una tiene doce años de edad y la otra doce años con hemorragia, doce años de marginación.
La exclusión de la joven comienza a la edad de doce años, porque empiezan las menstruaciones. Comienza a morir. Jesús tiene un poder mayor y la resucita: «¡Levántate!».
¿QUÉ nos DICE el texto? meditación
Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración. a) ¿Cuál es el punto de este texto que más te gusta o que te ha emocionado más? ¿Por qué? b) ¿Cómo es el comportamiento de la mujer que ha tocado a Jesús? ¿Y qué es lo que le da la fuerza para tocar a Jesús? c) ¿Por qué los discípulos no entendían lo que sucedía entre Jesús y la gente? d) ¿Quién era Jairo? ¿Cómo se comporta Jesús con él, con su mujer y con su hija?
e) Una mujer es curada e integrada de nuevo a la convivencia de la comunidad. Una niña es levantada de su lecho de muerte. ¿Qué enseñan hoy estas dos acciones de Jesús para nuestra vida de familia y comunidad? f) ¿Cuál es el punto de este texto que más te ha gustado o el que más te ha llamado la atención? ¿Por qué? g) Una mujer fue curada e reintegrada en la convivencia de la comunidad. Una muchacha fue levantada de su lecho de muerte. ¿Qué nos enseña esta acción de Jesús para nuestra vida en familia y en comunidad, hoy?
Contexto de ayer y de hoy: a) A lo largo de las páginas de su evangelio, Marcos va aumentando las informaciones sobre la persona de Jesús. Hace ver cómo el misterio del Reino se refleja en el poder que Jesús ejercita a favor de los discípulos y de la gente, y sobre todo, a favor de los pobres y marginados. Al mismo tiempo, a medida en que este poder se manifiesta, aumenta en los discípulos la incapacidad de entender y queda siempre más claro que tienen que cambiar las ideas que tienen sobre el Mesías. De otro modo, la incomprensión crecerá y corren el peligro de alejarse de Jesús.
b) Hacia el año 70 dC, época en la que Marcos escribe su evangelio, existía gran tensión en las comunidades cristianas entre los judíos convertidos y los paganos convertidos. Algunos judíos, sobre todo aquéllos que habían pertenecido al grupo de los fariseos, continuaban fieles a la observancia de las normas de la pureza de su cultura milenaria y, por esto, tenían dificultad de vivir con los paganos convertidos, porque pensaban que éstos vivían en la impureza. Por esto, la narración de los dos milagros de Jesús a favor de dos mujeres era de gran ayuda para superar los viejos tabúes
Al servicio de dignificar a la mujer Este evangelio tiene dos partes, a pesar de que ambas partes se refieren al mismo tema: Jesús comunicando vida a dos personas, dos mujeres, como signo de su preocupación porque las personas pudiesen tener vida en todas sus formas; como signo también, de la vida de gracia y eternidad, que nos vino a traer a través de su propia muerte y resurrección. El primer milagro es sanar a una mujer enferma. El sanar a alguien es darle parte de su vida perdida. Por eso servir al enfermo es siempre un acto de compasión, y expresión de amor y de imitación de Cristo.
De hecho, los servicios y trabajos de caridad, son diversas formas de traerle vida a la gente. (físicamente, socialmente, culturalmente en su calidad de vida, y demás). El segundo milagroes sorprendente: es la resurrección de una niña muerta. En este caso Jesús entrega vida temporal en su plenitud. La semejanza con la resurrección del alma, a una nueva vida de gracia, a través de la conversión, es muy fuerte. De hecho, cada conversión del pecado, cada aceptación de la gracia de Dios es una resurrección. Es, sin duda, un milagro espiritual.