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La Natividad del Señor. Misa de la noche. ORATORIO DE NAVIDAD de J.S Bach. La música que escuchamos corresponde al Nº19 (9’20): “Duerme, dulce Niño”. Lectura primera Is 9,1-6
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La Natividad del Señor Misa de la noche ORATORIO DE NAVIDAD de J.S Bach. La música que escuchamos corresponde al Nº19 (9’20): “Duerme, dulce Niño”
Lectura primera Is 9,1-6 El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en su presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada de sangre serán combustible, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz. Para dilatar el principado con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor lo realizará
SALMO 95 Hoy nos ha nacido un Salvador:el Mesías, el Señor. Cantad al Señor un cántico nuevo, que toda la tierra cante al Señor. Cantad al Señor, bendecid su nombre.
Hoy nos ha nacido un Salvador:el Mesías, el Señor. Proclamad día tras día su salvación. Publicad su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.
Hoy nos ha nacido un Salvador:el Mesías, el Señor. Que se alegren los cielos y se regocije la tierra, que resuene el mar y cuanto lo llena, que exulten los campos con todos sus frutos, que griten de júbilo los árboles del bosque.
Hoy nos ha nacido un Salvador:el Mesías, el Señor. Ante el Señor que ya llega, gobernará el mundo con justicia, a las nacionescon fidelidad.
Segunda lectura Tt 2,11-14 11 Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, 12 que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, 13 aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo; 14 el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda impiedad y purificar para sí un pueblo que fuese suyo, dedicado a las buenas obras.
Lucas 2, 1-14 1 Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. 2 Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. 3 Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. 4 Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, 5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. 6 Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, 7 y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. 8 Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. 9 Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. 10 El ángel les dijo: « No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: 11 os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; 12 y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. » 13 Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: 14 « Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama » Belén. Cueva del parto