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ORANDO CON EL CANTAR DE LOS CANTARES - 3. Creado por: Lilly Medina. lilly_marie@bellsouth.net. http://lillymedina.autorcatolico.org. ¡Ahy amigo! No tengo la musa que inspira la prosa, porque el Amor que inspira su interior se ha fugado, dejándome en la noche oscura.
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ORANDO CON EL CANTAR DE LOS CANTARES - 3 Creado por: Lilly Medina lilly_marie@bellsouth.net http://lillymedina.autorcatolico.org
¡Ahy amigo! No tengo la musa que inspira la prosa, porque el Amor que inspira su interior se ha fugado, dejándome en la noche oscura.
De noche caminaba por calles y plazas, buscaba al amor de mi alma, lo buscaba y lo buscaba pero no lo encontraba…
Pregunté a los Centinelas que rondan por la ciudad: ¿Han visto al amor de mi alma? ¡Aquel que amo y quien me ama, el que ilumina mi interior!
Mi alma vaga por el desierto…. Y por mas incienso que ofrezco a mi Señor, la Mirra cubre éste cuerpo muerto y su exótico aroma me embriaga, dejándome el alma sin fuerza.
Pasan los dias y caen las horas en un pozo sin final, ya no hay tiempo para empezar, solo para recapacitar. Entonces….. ¡Qué importan los peligros nocturnos y la afanosa búsqueda para encontrar el amor que ilumina mi interior!
¡Hasta que me encontré con el Amor de mi alma! Venía caminando distraído, como quien pasara inadvertido. Siguiendo mis huellas como cualquier desconocido. Lo abracé y no lo solté pues no me queda tiempo qué perder.
Está de fiesta mi corazón, porque el Rey se dejó encontrar con la Corona que le ciñó su Madre.
"EL AMOR Ilumina Su interior." (Cantar 3, 10) St. Brendan
“El Rey se ha hecho un palanquin con maderas del Líbano, de plata sus columnas, de oro su respaldo, de púrpura su asiento.” (Cantar 3, 9)
Y me rodeó de ángeles. De valientes soldados del Reino de Dios. Adiestrados guerreros que empuñan la espada para librar batallas en las nocturnas emboscadas.
¡Mi corazón está de fiesta! "El Amor Ilumina su interior." (Cantar 3, 10) St. Brendan
“No despierten ni desvelen al amor hasta que a él le plazca”. (Cantar 3, 5)
No me mueve, mi Dios, para querete el cielo que me tienes prometido.Ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. F i n Tú me mueves, Señor, muéveme el verte Clavado en una cruz y escarnecido; Amén Muéveme ver tu cuerpo tan herido, Muéveme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que, aunque no hubiera cielo, yo te amara, Y, aunque no hubiera infierno te temiera. No me tienes que dar porque te quiera; pues, aunque cuanto espero no esperara,lo mismo que te quiero te quisiera. (Fray Miguel de Guevara)