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A continuación va a tener acceso a conocimientos y técnicas para manejar situaciones de hostilidad.El beneficio que obtenga dependerá de su capacidad para aplicarlos.Podría ser conveniente la supervisión de un profesional para llevar a cabo un entrenamiento y ayudarle a resolver las dudas que surjan.Puede dirigirse a nuestro Servicio Terapéutico.psicotel@psicotel.com
INTRODUCCIÓN Titulamos este módulo mediante las palabras violencia, agresividad y hostilidad, con la intención de abarcar de forma global el tema que nos ocupa y de llamar su atención a la hora de definir y utilizar estos términos. De los tres, el que oímos con más asiduidad es el de violencia. El término “violencia” ha sido adoptado por los medios de comunicación como etiqueta preferida para definir estos comportamientos. Al referirnos a una película cuyo contenido muestra asesinatos, violaciones,
luchas, etc, no la nombramos como película agresiva o de hostilidades sino como película violenta o de violencia. Este tipo de cine, dicho sea de paso, abunda. Y las noticias que oímos todos los días hablan de disturbios violentos, de la violencia terrorista, de la violencia en el hogar. Probablemente la preferencia de los medios por este término responda a su contundencia sonora, a su capacidad para ayudarnos a imaginar inmediatamente una, hipotética o real, situación extrema.
En el diccionario encontramos: VIOLENCIA: f. Cualidad de violento/ 2.Acción y efecto de violentar o violentarse./ 3.Acción violenta o contra el natural modo de proceder. VIOLENTO, TA: Adj.. Que está fuera de su natural estado, situación o modo./ 2. Que obra con ímpetu y fuerza./ 3. Que se hace bruscamente, con ímpetu e intensidad extraordinarias.
Los estudiosos del tema que nos ocupa no han utilizado, en su gran mayoría, el término “violencia” para nombrar sus trabajos, han preferido utilizar agresividad y conducta agresiva. El DRAE define: AGRESIVIDAD: f. acometividad ACOMETIVIDAD: f. Propensión a acometer, atacar, embestir. AGRESIVO, VA: Dícese de la persona o animal que obra o tiende a obrar con agresividad./ 2. Propenso a faltar el respeto, a ofender o a provocar a los demás./ 3. Que implica provocación y ataque.
Obsérvese la diferencia entre estas definiciones relativas a la agresividad y las anteriormente citadas de violencia. Mientras la violencia se entiende como una conducta que sobrepasa los límites del estado natural e implica una intensidad fuera de lo normal. La agresividad se define como una tendencia a acometer, a atacar, que son comportamientos naturales y necesarios para casi todas las especies, e incluso para el ser humano en algunas circunstancias. Más adelante hablaremos más acerca de la agresividad.
Otro término que vamos a presentar es el de hostilidad, que ha sido utilizado por psicólogos en sus trabajos sobre comunicación interpersonal, con el objetivo de separarse de la connotación innatista que tradicionalmente tuvo el concepto de agresividad y de aprovechar los matices global y social del concepto de hostilidad. Que se define así en el diccionario: Hostilidad: f. Cualidad de hostil. 2. Acción hostil. 3. Agresión armada de un pueblo, ejército o tropa. Hostil: Adj.. Contrario, enemigo.
Hostilizar: tr. Agredir a enemigos. 2. Atacar, agredir, molestar a alguien aun levemente, pero con insistencia. Una vez expuestos los conceptos que giran en torno al tema que nos ocupa, veamos ahora, brevemente, lo que, a lo largo de la historia se ha estudiado sobre la Agresividad.
INTRODUCCIÓN A estas alturas, parece increíble que hasta 1976, con la aparición del ensayo titulado “ La naturaleza de la agresividad humana” de Ashley Montagu; los seres humanos eran inevitablemente asesinos y, por su herencia animal, genética e instintivamente agresivos y no podían ser de otro modo. Autores tan importantes como Konrad Lorenz, Desmond Morris o Niko Timbergen defendieron estas tesis. Morris, con su “Zoo humano” en 1969,
hace muy poco tiempo. Montagu argumentó la tesis contraria: “ que ninguna conducta humana específica está genéticamente determinada; que los seres humanos son capaces de cualquier tipo de conducta, incluyendo la conducta agresiva e incluyendo también la bondad, la crueldad, la sensibilidad, el egoísmo, la nobleza, la cobardía y la travesura; la conducta agresiva no es sino una conducta entre otras muchas, y cualquier explicación del comportamiento humano ha de explicar todo el
comportamiento, no sólo un tipo; y que el tipo de conducta que despliega un ser humano en cualquier circunstancia no está determinado por sus genes-aunque haya por supuesto alguna contribución genética-, sino básicamente por la experiencia vivida en interacción con esos genes.” La explicación de la conducta humana “ no se encuentra en supuestos instintos humanos, que tenderían a empujar a todos los hombres y mujeres en una” misma “dirección, sino que depende principalmente de las experiencias de sus vidas enteras, que varían ampliamente de una
persona a otra... El factor cultural es claramente más importante que el genético.” Recientemente, con la presentación mundial del genoma humano, los científicos vinieron a ratificar esta tesis. Destacando las diferencias ínfimas existentes entre los humanos, e incluso entre humanos y animales. Pero si la agresividad humana depende de la experiencia, de la interacción con el entorno, ¿cómo se explica la agresividad?, ¿cómo se aprenden, se mantienen y se extinguen las conductas agresivas?, ¿Cuál es su causa?
Dollard y Miller a principios de la década de los cuarenta, expusieron su teoría llamada “Frustración-Agresión”. Entendían la agresión como una consecuencia evitable de la frustración. Bandura y Walters definieron la frustración como la demora del refuerzo. Estos mismos autores publicaron el trabajo más importante sobre el aprendizaje de conductas agresivas mediante la imitación.
EL APRENDIZAJE POR IMITACIÓN En su libro “Aprendizaje social y desarrollo de la personalidad” de 1963, explican el papel de la imitación en el aprendizaje. En primer lugar, la imitación es capaz de transmitir pautas de respuesta que previamente no formaban parte del repertorio del observador. Es decir, los comportamientos pueden adquirirse mediante imitación. En segundo lugar, puede desinhibir o inhibir respuestas que se encuentran en el repertorio del observador cuando las muestra el modelo.
Es decir, observar modelos mostrando conductas aumenta o disminuye la probabilidad de que el observador las reproduzca si las tiene en su repertorio. Veremos cómo en la diapositiva siguiente. En tercer y último lugar, la observación de un modelo puede provocar la imitación de las mismas conductas que muestra, aunque éstassean completamente nuevas. Es decir, observar modelos puede actuar de disparadero de conductas no incluidas previamente en el repertorio, sin necesidad de aprendizaje previo.
También estudiaron la influencia de las consecuencias que tiene la respuesta del modelo. Comprobando que las consecuencias de la conducta del modelo, según su naturaleza, pueden tener efectos inhibitorios o desinhibitorios. Resumamos brevemente sus conclusiones: 1. La observación de modelos cuyas conductas son recompensadas aumenta la probabilidad de que el observador las reproduzca. Por ejemplo, cuando un adolescente observa que el camello de su barrio es una persona rodeada de amigos que le adulan, chicas
guapas y dinero, aumenta la probabilidad de que el adolescente imite la conducta del camello. 2. Aunque este reforzamiento(recompensa) no se produzca de forma inmediata y observable por el sujeto, es suficiente con que el modelo haya acumulado gratificaciones durante su vida, es decir que sea un modelo con prestigio. Aunque un niño vea a su futbolista preferido siendo expulsado por insultar al árbitro o agredir a un contrario, el prestigio que este modelo tiene puede provocar la imitación de esas conductas.
3. La observación de conductas castigadas disminuye la probabilidad pero instaura el miedo. S. M. Berger en 1962 demostró que cuando se castiga a un modelo en presencia de un observador, éste tiene reacciones condicionadas de miedo. El miedo, además, puede actuar como detonante de conductas agresivas desproporcionadas. El castigo excesivo o mal administrado provoca indefensión y frustración, que predisponen a la agresión.
Por último hablaremos de la influencia de las características del observador. 1. Las características del observador son el resultado de su historia de reforzamiento. 2. Sonmáspropensas a imitar las personas que han recibido insuficientes recompensas, las personas cuyas conductas de emulación han sido reforzadas, las que creen tener atributos comunes con el modelo y las que están sometidas a situaciones de estrés.
Después de revisar los trabajos de Bandura y Walters sobre la imitación puede parecer que estamos expuestos e indefensos ante tanto modelo agresivo como hay. Pero no sólo aprendemos por imitación, también lo hacemos de otros modos.
EL APRENDIZAJE INSTRUMENTAL La acción directa de las contingencias de reforzamiento sobre nuestras respuestas agresivas juega un papel fundamental. Es decir, el modo en como nuestras figuras de referencia premian, explican o castigan nuestras conductas agresivas es lo que más determina que se vayan a reproducir o no en el futuro.
Los sucesos que operan directamente sobre el aprendizaje fueron explicados por B.F. Skinner en su teoría del Condicionamiento Operante o Aprendizaje Instrumental. Estos sucesos se llaman operantes, son las consecuencias que siguen al comportamiento. Los refuerzos y los castigos. Los haberes y los débitos. En resumen, puede decirse que toda conducta que trae beneficio se aprende. Tiene más información sobre Skinner en La importancia de lo psicológico, léalo en el Aula de Psicotel.
Vivir en un determinado entorno cultural, el estatus socio-económico de nuestros padres, crecer en el campo o en la ciudad, nuestras experiencias de hostilidad en la escuela, van conformando un entorno de reforzamiento que moldea nuestra forma de comportarnos. Por ejemplo, el niño que supera en fuerza a sus compañeros de clase aprende enseguida que ésta, es un método eficaz para lograr sus objetivos. Los adultos suelen reaccionar ante las agresiones castigando al niño por su mal comportamiento. Utilizando exclusivamente el castigo, lo que conseguimos es que el niño agresor comience a buscar maneras de seguir
utilizando el efectivo método, eludiendo el control del adulto. Esto ocurre porque el adulto olvida que debe reforzar las conductas alternativas a la no deseada, además de castigarla con justicia. Cuando hablamos de castigo, no estamos hablando de castigo físico por supuesto, el enfado del adulto constituye, en sí mismo, un castigo. No sólo ocurre esto, sino que además suele venir combinado con el reforzamiento de la conducta agresiva por otros adultos. Y la dualidad de mensajes es muy nociva para que el mensaje llegue. Pero cómo enseñar a nuestros hijos determinados comportamientos sería tema para otro curso.
Lo que queremos decir, es que las personas que muestran conductas agresivas, lo hacen porque, de algún modo, esos comportamientos son exitosos en una situación y momento determinados. Tenga en cuenta que estos comportamientos son finitos, es decir tiene una determinada duración en el tiempo, empiezan y acaban. Esto explica, por ejemplo, que incluso las personas que tienen dificultad de controlar sus impulsos agresivos son capaces de hacerlo en determinadas situaciones. No es raro el caso del marido/padre agresor que se convierte en inofensivo, sollozante y arrepentido ante un policía o un médico.
Desde los principios que acabamos de exponer es perfectamente explicable que un actor interprete una serie en la que reparte golpes a diestro y siniestro, si tenemos en cuenta el dinero y el éxito que dicho trabajo le reporta. Y no es extraño que gran número de adolescentes sigan esta serie porque el valor de la fuerza física es importante para el joven ya que refuerza su necesidad de autoafirmación, tan importante en esta etapa; porque en muchos entornos este valor goza de gran estima, no olvidemos la tradición del macho ibérico, por ejemplo.
Otro factor a tener en cuenta es la edad de la persona, ya que las circunstancias evolutivas que envuelven a niños, adolescentes y adultos, son biológica, psicológica y socialmente distintas. Los significados que los hechos reales tienen van cambiando a lo largo de nuestro desarrollo. Y debemos tenerlo en cuenta a la hora de afrontar situaciones de hostilidad. Es recomendable informarse sobre Psicología evolutiva. Si quiere que le orientemos, escríbanos.
En resumen, si tenemos que afrontar situaciones de hostilidad, a parte de conocer y aplicar los contenidos del último módulo, deberemos tener en cuenta: la historia de reforzamiento de nuestro contrario, los posibles refuerzos atractivos para él en el momento de la interacción, a fin de poder utilizarlos en una hipotética negociación; las normas que rigen la comunicación, aprender a leer en qué grado de tensión se encuentra la interacción y, quizás, aprender a controlar sus emociones.
CONCLUSIONES • Los comportamientos pueden adquirirse mediante imitación. • La observación de modelos cuyas conductas son recompensadas aumenta la probabilidad de que el observador las reproduzca. • Son más propensas a imitar las personas que han recibido insuficientes recompensas, las personas cuyas conductas de emulación han sido reforzadas, las que creen tener atributos comunes con el modelo y las que están sometidas a situaciones de estrés.
El modo en como nuestras figuras de referencia premian, explican o castigan nuestras conductas agresivas es lo que más determina que se vayan a reproducir o no en el futuro.