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He decidido hacer deporte… lo tengo claro, le he dado vueltas al tema de perder peso y si, ¡estoy por la labor de hacer ejercicio!
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He decidido hacer deporte… lo tengo claro, le he dado vueltas al tema de perder peso y si, ¡estoy por la labor de hacer ejercicio! Bueno, realmente el detonante ha sido la revisión médica de empresa. La doctora después de un análisis menos exhaustivo de lo que yo querría, me dijo: “Tienes un Indice de Masa Corporal de 29%”, que pensaba mientras lo decía: “Qué bonito eufemismo para decirme: ¿tú para ponerte el cinturón utilizas un boomerang, no?”.
Después de relatarme las múltiples dolencias y enfermedades que podría padecer en poco tiempo: diabetes, colesterol, lumbago… isquemias. Qué yo pensaba, “¿ese “isquemias” no era el brasileño que quería fichar el Madrid este verano para la banda derecha?”. En serio, ya asustado entre tanta palabra acabada en –itis y viendo que el fin de mis días podía estar más próximo de lo que yo creía (empiezas a ver la luz, y las diapositivas de la primera comunión, el primer beso, cuando tuve 1000 visitas en mi perfil de Tuenti…). En fin, que visto lo visto, he decidido ponerme las pilas y hacer algo de deporte.
Lo primero, es la ropa deportiva. Esa ropa que de pequeño no te quitabas ni por asomo y que ahora lleva cogiendo polvo en los cajones ocultos del armario años y años. Lo dicho, echas cuentas de la ropa deportiva que tenías y que molaba muchísimo, y rebuscas en los cajones.
Empiezas a encontrar cositas: Ese “meyba” cortito azul del Barça, la camiseta de las SpiceGirls que regalaban con la Vale, el chándal con brillo rosa y azul marino del equipo de futbito… en fin, ¡cosas que molaban!. Y no sólo que molaban, sino que molaban cuando aún te veías los pies y de eso hace ya muuuuuucho tiempo. El caso es que por mucho que quieras, la ropa aún no entra a rosca y lo que antes te hacía lucir las piernas de Cristiano Ronaldo, ahora te hace mostrar los abdominales de Falete.
Luego viene el momento las superzapatillas de hacer deporte, o momento Devorolor. Devorolor porque las zapatillas son con el sudor como las magdalenas con la leche. Que te las quitas y dices: “Macho yo de aquí saco para hacerme un Quiminova”. Pues eso, que tiras de tus pedazo de Reebokclassic blancas que te compraste hace años para “ir de sport” con tus vaqueritos en plan pijete informal los domingos por la tarde, y que ahora tienen más el aspecto de las que utilizó el Vaquilla en su última huida.
Los calcetines son otra guerra. Y aquí hay que distinguir: 1- Los ejecutivos no valen. Pero no sólo es que no valgan porque tu chavala este harta de recordarte que blanco y negro sólo para trajes de noche; sino porque alas 2 horas descubrirás cómo esos calcetines “ejecutivos”, realmente tienen el mismo sistema que los torniquetes que utilizaron en la tarde de Linares con Manolete.
2- Los calcetines blancos con raquetas NO MOLAN. Vale, serán de deporte y todo lo que tú quieras, pero NO MOLAN. Insisto, dame las excusas que quieras: ¡No es que juego al tenis con ellos y como tienen raquetas!: Ah entonces ¿EdurnePasabán que se tiene que poner el Tibet entero en los suyos? ¡No es que me pongo el chándal largo y no se ven!: ¿Qué no se ven tio? Si pareces Michael Jackson en el videoclip de Thriller. ¡No es que me los bajo y así no se ven las raquetas!: Vale no se ven tio, pero pareces una poligonera con las calcetas en los tobillos. Que sólo te faltan las coletas con trenzas rosas y verdes, setenta piercings en la oreja derecha y un Hyundai Coupe tuneado a todo volumen.
Superados los problemas de la parte inferior del cuerpo y sabiendo que “un hombre se viste de los pies a la cabeza”, ahora llega el momentazo camiseta. ¡LA CAMISETA DE PROPAGANDA. ESA GRAN AMIGA! Esa camiseta que siempre encuentras arrugada al fondo del cajón de las camisetas… esa denostada prenda que no te pones debajo de los jerseys bonitos “porque se ve la publicidad”…. esa sufridora prenda que sabe asumir su papel de secundaria, y que sólo es utilizada en época invernal para llevar bajo las camisas como “prenda interior”.
Y es que, tú sabes bien que llevar camiseta debajo de las camisas y jerseys está totalmente desfasado. Lo sabes. Pero, ¿quién se acuerda del aspecto estético cuando entre legañas y tiritera, te levantas a las 7 de la mañana? Pasas de tu aspecto y tiras a por lo práctico. Además sabes que lo peor que te puede pasar es que camino del instituto tengas un accidente y que te vea la médica de urgencias …que seguro que estaría buenísima y que además de atenderte pensaba tomar un café contigo… perdonad, veo demasiado Hospital Central
Bueno que si, que te pones tus zapatillas, tus calcetines de deporte y tu camiseta de propaganda multiusos. Ahora una chica avispada diría ¿y el pantalón?. Directamente los hombres pasamos del pantalón, no nos miramos si nos hace bolsa, si está corto por detrás de una pierna, si no pega con esto o con lo otro… Incluso seríamos capaces de salir a correr en calzoncillos.
¿Os reís mujeres del mundo? Preguntadle a vuestros amigos si después de una noche de fiesta con los colegas en verano, no ha acabado en calzoncillos en una piscina. Y cuando digo piscina digo… la fuente del Melia. ------------ ----------- ------------- ------------ ------- Otra guerra sería la de “los complementos deportivos”. El origen masculino del deporte provoca que haya pocos complementos deportivos y que lógicamente, los hayan diseñado hombres con escaso gusto estético. Véanse la muñequera y la cinta para el pelo (quien lo tenga).
Empecemos por la muñequera. ¡¡¡Monstruo!!!, muñequera ¿pa qué?. Si no arrancas a sudar. Si aunque arranques a sudar no importa que tu mano se impregne de sudor porque no llevas nada en ella. Si además te vas secando el sudor en la camiseta. ¿pa qué, monstruo?. De todos, muy fea no se ve. Pero ¿y la cinta? Vale tio, antes sujetaba una tupida melenita ochentera, pero… si ahora no sabes dónde acaba tu cara y empieza tu calva. Si peinarse a raya es humedecerte los lados de la cabeza.
En fin, que preparado para salir a correr y viendo donde c… me iba a meter las llaves de casa para que no se me cayeran mientras corría por el barrio, llegó mi chavala. No habló. Parpadeó y en sólo 3 milésimas de segundo y sin que se cerrase la puerta de casa dijo 4 palabras: TIRA PADENTRO ANDA, TIRA. Al llegar al espejo del cuarto te encuentras la respuesta. Así no puedes ir a ningún lado. Lo mejor de todo es que tu chavala se sienta contigo en la cama y te dice, como haciéndote un favor: ¡Este sábado vamos de compras y te compras ropa de deporte nueva, ¿vale?!
Supongo que las mujeres que estáis escuchando esta historia esperáis que cuente la dulce jornada de sábado de compras. Cómo en una bonita tarde disfruté con mi chavala de compras, saliendo de las tiendas en poco rato y comprando lo estrictamente necesario. ¡¡¡Qué c… sois!!! ¡¡¡Os gusta vernos sufrir!!! ¡Disfrutáis! ¿verdad? El Cosmopolitan os alecciona para eso con artículos como: “Potencia los bíceps de tu chico llevándolo de compras y portando tus bolsas”.
En fin, el sábado pasó y mi fiebre por el deporte también, o al menos por el que yo tenga que practicar durante un tiempo. Ahora me diréis que no tengo palabra y que pronto moriré por culpa de tener 3 Ronald McDonald´s metidos en mis venas y una cintura que tiene 3 paradas de metro, pero sinceramente, y pensándolo mejor imagino una muerte dulce, aplastado por cajas de Donuts blancos de los que se repiten, cubierto por cientos de polvorones y ahogado en batidos de chocolate. Puestos a pensar me veo en un “cielo” con gordos ilustres como Homer Simpson, Peter Griffin… allí disfrutaré placenteramente de mis kilos de más por toda la eternidad… BUENAS NOCHES