140 likes | 511 Views
La Sagrada Eucaristía. 3. La Última Cena. Jesús quiso celebrar la Pascua con sus discípulos. La Pascua era la fiesta más importante de los judíos. Todos iban a Jerusalén para celebrarla con sus familiares y amigos. Jesús mandó que prepararan todo lo necesario para poder celebrar la Pascua.
E N D
La Sagrada Eucaristía 3. La Última Cena
Jesús quiso celebrar la Pascua con sus discípulos La Pascua era la fiesta más importante de los judíos. Todos iban a Jerusalén para celebrarla con sus familiares y amigos.
Jesús mandó que prepararan todo lo necesario para poder celebrar la Pascua Debían preparar el cordero y sacrificarlo en el Templo. Además, eran imprescindibles el pan sin fermentar, el vino con un poco de agua, las hierbas amargas… Todo como Dios les indicó en Egipto y venían celebrando los judíos para recordar la salvación de la esclavitud y la Alianza que hicieron en el desierto con Dios.
Que os améis unos a otros como yo os he amado Antes de cenar, Jesús se ciñó una toalla y limpió los pies de cada uno. Así nos quiso enseñar cómo debíamos servirnos y querernos los cristianos: cómo Él nos amó.
Jesús instituye la Eucaristía Jesús tomó el pan, lo bendijo, dio gracias a su Padre, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y comed: esto es mi cuerpo. Después tomó el cáliz con el vino y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y bebed de él: este es el cáliz de mi sangre.Cáliz significa copa.
Jesús hablaba de presencia real Jesús nos enseñaba: esto que tengo en mis manos, que antes era pan, ahora es mi Cuerpo y, del mismo modo, este cáliz que tengo en mis manos, que antes contenía vino, ahora contiene mi sangre.
La Eucaristía es el pan bajado del cielo Jesús nos alimenta con su Cuerpo y nos da vida sobrenatural. Cuando comemos alimentos, los asimilamos y los convertimos en parte de nuestro cuerpo, pero cuando comemos a Jesús, nos convertimos de modo misterioso -real, pero incomprensible para nosotros- en Él.
Jesús hace una Nueva Alianza El sacrificio del cordero sellaba la antigua alianza.Jesús –Cordero de Dios- enseña a los apóstoles que su Sangre, derramada en la Cruz, es la Sangre de la Nueva y definitiva Alianza de Dios con los hombres.
Tú, cuando asistas a la Santa Misa, no te conformes con “oír” o “estar” en Misa, procura vivirla, participar en ella, amar la Santa Misa. Para ello debes conocerla muy bien en todas sus partes. Ten en cuenta que amar la Misa es amar a Jesucristo. FIN