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para ver nueva página haga. CLIC. con el mouse. ORAR en 4ta Semana de Resurrección 2009. [ Del domingo 3 al sábado 9 de Mayo ]. Sean Buenos; es decir: Muy Buenos. Sean Buenos; es decir: Muy Buenos. PRESENTACIÓN.
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para ver nueva página haga CLIC con el mouse ORAR en 4ta Semana de Resurrección 2009 [ Del domingo 3 al sábado 9 de Mayo ] Sean Buenos; es decir: Muy Buenos Sean Buenos; es decir: Muy Buenos
PRESENTACIÓN Para este 4to. domingo de resurrección, la Liturgia nos ofrece un pasaje bíblico que profundiza en la personalidad del pastor bueno, del amigo bueno, del consejero bueno. Un poco antes de este pasaje bíblico nos ha dicho Jesús (Juan 10,10) “Yo he venido para dar la vida a todos y para que la tengan en abundancia”. Por eso, aunque Jesús se sirve de la figura del pastoreo, no se queda ahí, sino que ahonda en la dinámica humana que genera vida. En forma muy directa, a través de unas frases bien precisas, este evangelio tipifica la actitud del hombre y mujer buenos. Estas frases son: “Da su vida”; “no huir ante el peligro o reto”; “le importan las ovejas”; “conoce y es conocido”; “llama a los que no son de su círculo y lo escuchan”. Pero en su sencillez, estas frases, también describen la actitud del hombre o mujer que actúan de forma contraria al buen pastor. “Dar la vida”. Esto sólo puede brotar de dentro, de la generosidad que se tiene. Quien lleva en su alma esta generosidad no se detiene por agradecimiento alguno o por el qué dirán. Ni siquiera le importa si le piden o no esta generosidad suya. La da sin más. “No huir”. Esto es lo propio de los que se fían de Dios. A veces, el que no huye parece temerario. Qué grande el hombre y la mujer que afrontan los retos, los problemas y hasta las crisis con magnanimidad de ánimo. [ ]
[ Continúa la PRESENTACIÓN ] “Que nos importe la gente”. Parece ser la actitud más urgente y necesaria en nuestra familia, en el trabajo, en la calle y en la iglesia. ¿Qué significa esto de que la gente me importe? ¿Será tan sólo el convencionalismo del debido saludo, del acercamiento rutinario, del respeto dispensado por formalidad? De ninguna manera. Me importa la gente si me ubico desde la realidad misma de las personas. Si salgo de mis pareceres, etc. “Conocer y ser conocido”. Esto suena hermoso, suena a amistad y confianza ofrecidas desinteresadamente. Vivimos en un mundo en el que necesitamos conocernos. Para el cristiano, conocer no tiene nada que ver con lo que entiende el mundo por conocimiento de las personas, sino con el amor a fondo, con el querer sin esperar nada a cambio, y con la apuesta en el otro. Así conoció Cristo Jesús. “Llamar a los que no son de los míos”. Esta es precisamente la novedad cristiana. Porque reunirse, compartir, estar a gusto con los que son de los míos es algo que nos toca hacer. Y es muy bueno y necesario, pero ahí no radica la gracia divina. Pero cuando me encuentro y camino junto con los que me son ajenos, distantes y adversos, he ahí la gracia del que se siente libre, del que ha salido de sí mismo, o como diría Jesús: “se ha nacido de arriba, del Espíritu”. Que nuestro Padre del cielo nos enseñe a recuperar la vida cuando la hayamos dado sin preguntar en beneficio de quién, sino por la pura respuesta generosa de quien se sabe pecador perdonado y resucitado en el pastor de la vida que es Jesús nuestro Señor. [ ]
Paso Preparatorio: "Leo la Palabra de Dios" Evangelio de JUAN (10, 11-18) En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. En cambio, el asalariado, que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se lanza sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor porque conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y Yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil. A ellas también las llamaré y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño y un solo pastor. El Padre me ama porque Yo mismo doy mi vida, y la volveré a tomar. Nadie me quita la vida; sino que Yo la doy porque quiero. En mis manos está entregarla y recuperarla. Este es el mandato que he recibido de mi Padre. Palabra de Dios. [ ]
1er. Paso: Al iniciar la Oración me pregunto: ¿ A qué vengo ? Vengo a experimentar que puedo ser bueno como Jesús Al final, rezo el Padrenuestro, saboreando cada palabra. [ ]
2do. Paso: Pacificación Me sereno para esta cita con Dios. Me acomodo con una postura que implique todo mi ser. Al ritmo de la respiración doy lugar al silencio. ( Una y otra vez repito este ejercicio ) [ ]
ORAR en 4ta Semana de Resurrección 3er. Paso: Oración Preparatoria Señor, que todas mis intenciones, acciones y procesos interiores, estén totalmente ordenados a cumplir tu Voluntad. NOTA: La oración preparatoria me ayuda a experimentar libertad de apegos. La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mí. 4to. Paso: Composición del Lugar 1°) Centro mi pensamiento y afecto en el contenido de la oración. 2°) Revivo lo que relata la Palabra de Dios. 3°) Me ubico dentro de la escena como si presente me hallara. 4°) Dejo que la Palabra irradie su luz sobre mí. NOTA: Este paso merece hacerlo con esmero. Le dedico 10 minutos. [ Sigo adelante ]
5to. Paso: Petición Señor, ayúdame a sentir como Tú, a actuar como Tú y a vivir como Tú. [ ]
6to. Paso: MATERIA DE LA ORACIÓN Para Contemplar la Resurrección, Ignacio propone 5 aspectos dinámicos. Así, el que contempla, se implica a fondo en la centralidad del Evangelio y de la Vida. Después de VER, OIR y SENTIR, se pasa a CONSIDERAR los EFECTOS Verdaderos y de Santidad, fruto de la Resurrección. Estos EFECTOS son de sanidad espiritual y tienen que ver con el itinerario creyente que ayuda a consolidar una persona: *que ame más a Dios; *que tenga más fe, más esperanza y más caridad para con los demás; *que adore mejor a Dios «en espíritu y en verdad»; *que acepte más de corazón las tinieblas de la existencia y de la muerte; y *que sea más consciente de su libertad y actué en consecuencia. Después ver, oír, sentir, y de considerar los Efectos de la Resurrección, pasamos a MIRAR el OFICIO de CONSOLAR que el Señor TRAE. Lo cual concreta la Verdad y Santidad de los Efectos de la Resurrección. [ ]
6.1) Primero: CAPTAR el modo de actuación de Jesús Jesús dice: Yo soy el buen pastor. Doy la vida por las ovejas; las conozco y me conocen; llamo también a las que no son de mi grupo y vienen. No puedo ser como un asalariado a quien sólo le interesa cumplir con el jornal del trabajo, y huye cuando se aproxima el peligro. Todas las ovejas me interesan. Reflexiono para sacar provecho. [ ]
6.2) Segundo: EXPERIMENTAR la disponibilidad de Jesús Jesús dice: Yo vivo del amor del Padre; por eso Yo mismo doy mi vida. Nadie me quita la vida, sino que la doy porque quiero. Sólo así recupero mi vida. Este es el mandato de mi Padre. Reflexiono para sacar provecho. [ ]
6.3) Tercero: CONSIDERAR Considerar cómo la Divinidad, que parecía esconderse en la pasión, aparece y se manifiesta ahora tan espléndida en la resurrección, por sus verdaderos y santísimos EFECTOS. Reflexiono para sacar provecho. [ ]
6.4) Cuarto: Gustar Internamente los EFECTOS del Pastor Resucitado Los efectos que evidencian al Resucitado y a los resucitados de hoy son: 1) Dar la vida aunque nadie nos la pida. 2) No huir ni esquivar por grande o fuerte que sean los retos y dificultades. 3) La importancia que damos a toda y a todas las personas con las que nos topamos a diario. 4) Conocer y ser conocido, es decir, ofrecer confianza desinteresada. 5) Aprender a estar a gusto con los demás, incluso con los que me adversan. Reflexiono para sacar provecho. [ ]
7mo. Paso: Coloquio SEAN BUENOS Por tanto, les digo: Sean buenos: El cristiano y la cristiana debe ser ciertamente el hombre y la mujer de la santidad, de la fe, de la esperanza, de la alegría, de la palabra, del silencio, del dolor. Pero debe, sobre todo, ser bueno: debe ser el hombre y la mujer del amor … Buenos en su rostro, que deberá ser distendido, sereno y sonriente; buenos en su mirada, una mirada que primero sorprende y luego atrae. Buena, divinamente buena, fue siempre la mirada de Jesús … Buenos en su forma de escuchar. De este modo experimentarán, una y otra vez, la paciencia, el amor, la atención y la aceptación de eventuales llamadas. Sean buenos en sus manos: Manos que dan, que ayudan, que enjugan las lágrimas, que estrechan la mano del pobre y del enfermo para infundir valor, que abrazan al adversario y le inducen al acuerdo, que escriben una hermosa carta a quien sufre, sobre todo si sufre por nuestra culpa; manos que saben pedir con humildad para uno mismo y para quienes lo necesitan, que saben servir a los enfermos, que saben hacer los trabajos más humildes. Buenos en el hablar y en el juzgar. Sean buenos, si son jóvenes, con los ancianos; y, si son ancianos, sean buenos con los jóvenes. Sean contemplativos en la acción: Mirando a Jesús -para ser "imagen de Él"- sean, en este mundo y en esta Iglesia, contemplativos en la acción; transformen su actividad ministerial en un medio de unión con Dios. Estén siempre abiertos y atentos a cualquier gesto de Dios Padre y de todos sus hijos, que son hermanos nuestros. Sean santos: El santo encuentra mil formas, … para llegar a tiempo allá donde la necesidad es urgente; el santo es audaz, ingenioso y moderno; el santo no espera a que vengan de lo alto las disposiciones y las innovaciones; el santo supera los obstáculos y, si es necesario, quema las viejas estructuras superándolas … Pero siempre con el amor de Dios y en la absoluta fidelidad a la Iglesia a la que servimos humildemente porque la amamos apasionadamente. (Cf. Pedro Arrupe) [ ]
8vo. Paso: Cierre de la Oración Para centrar la experiencia vivida en la Oración, respondo en forma sencilla las siguientes interrogantes: 1°) ¿Qué pasó en mí durante esta Oración? 2°) ¿A través de cuales señales me habló Dios? 3°) ¿Qué quiero cambiar en mi vida? 4°) ¿Qué me distrajo en la Oración? 5°) ¿Qué se quedó grabado en mí? [ Termino con la oración siguiente ]
Termino la Oración con la siguiente ofrenda: Toma Señor y recibe toda mi libertad mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a ti, Señor, lo devuelvo. Todo es tuyo. Dispón de mí según tu voluntad. Dame tu amor y gracia que ésta me basta. Amén.