E N D
2. Dios siempre está obrando a nuestro alrededor.
Dios busca una relación de amor continua, real y personal con nosotros.
Dios nos invita a unirnos a Él en su obra.
Dios habla por su Espíritu a través de:
La Biblia,
La oración,
La iglesia, y
Las circunstancias,
para revelar su persona, sus propósitos y sus caminos.
Después que habla:
Dios espera respuesta de su pueblo.
Dios revela su persona, sus propósitos y sus caminos. Siete realidades de la experiencia con Dios
3. La invitación que Dios nos hace para trabajar con Él, siempre nos llevará a una crisis de convicciones que demandará de nosotros fe y acción.
Necesitamos realizar ajustes importantes en nuestra vida para poder unirnos a Dios en lo que Él está haciendo.
Llegaremos a conocer a Dios por experiencias en nuestro trato con Él, a medida que le obedecemos cuando Él lleve a cabo su obra a través nuestro.
4. TEXTO CLAVE:
“Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
Efesios 4:15, 16
5. Ya hemos visto los recursos que Dios ha puesto en nuestras manos, para que podamos mantener una relación de amor genuina con Él, ya hemos visto como Dios utiliza al Espíritu Santo como agente revelador y como intercesor ante el Padre para que nuestras oraciones sean hechas conforme a la voluntad de Dios y por tanto sean oídas y contestadas.
También hemos visto como Dios, de manera especial, utiliza estos medios para que nosotros podamos saber sus planes y propósitos. Ahora veremos cómo Dios también utiliza a su iglesia, todos sus hijos, para mostrarnos cuál es el plan que debemos seguir y cuál es el propósitos que debemos alcanzar. INTRODUCCIÓN:
6. I) EL CUERPO DE CRISTO
Todos los creyentes, que son parte del cuerpo de Cristo, tienen que saber que para cumplir con los propósitos de Dios tenemos que actuar en plena armonía y concertación. Dios dio a nuestro cuerpo diferentes partes y diferentes sentidos. Cuando cada parte cumple la función que le corresponde, todo el cuerpo funciona debidamente.
7. Las diferentes partes de un cuerpo no actúan a espaldas de las necesidades del cuerpo, ni pasan por alto algún conflicto entre los sentidos, ni deciden prestar atención a un sentido ignorando los demás. Vivir ignorando los demás miembros del cuerpo es sumamente peligroso. La iglesia de Cristo funciona bien cuando todos los miembros pueden compartir aquello que perciben que Dios quiere que la Iglesia sea y haga.
8. Los miembros de una iglesia no pueden conocer plenamente la voluntad de Dios para sus vidas en el cuerpo si están separados o aislados del cuerpo. Una iglesia también necesita oír el consejo completo de Dios a través de sus miembros. Recién entonces puede proceder en confianza y en unidad a hacer la voluntad de Dios.
9.
Hermanos, la iglesia es un cuerpo. ¡Es el cuerpo de Cristo! Y nosotros somos parte de esos miembros. Somos ovejas de su prado. El es la cabeza y el buen pastor que dirige cada miembro y al cuerpo en general como Él quiere, para por medio de Él cumplir sus propósitos. Jesucristo está presente como cabeza de la iglesia local Efesios 4:15, y cada miembro ha sido puesto en el cuerpo según el beneplácito de Dios, 1 Corintios 12:7.
10. Entendamos que no estamos en el cuerpo para actuar independientemente, ni tampoco para ejecutar nuestra planificación individual, sino para seguir el plan redentor de Dios. Recordemos que Dios creó la iglesia como su agente reconciliador en la tierra, como nos dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:20 - “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”.
11. Muchos cristianos piensan y actúan como si no tuviesen que darle cuentas a Dios, ni darle cuenta a la iglesia de lo que hace. Dios coloca cada miembro en una iglesia:
Para que se integre en ese cuerpo.
Para que pueda cumplir la función para la cual ha sido colocado y diseñado.
Para obedecer a la cabeza que es Cristo y su Palabra.
Para que cumpla con los propósitos de Cristo.
Para que ande conciente del deseo de Dios de glorificarse a través de su cuerpo, en la medida que este cuerpo busca la santidad en el temor de Dios.
12.
Todo el cuerpo ha sido ensamblado por el Padre. Por esto todos los miembros están facultados y capacitados por el Espíritu Santo para funcionar en el lugar del cuerpo donde el Padre los colocó. De esta manera, el cuerpo funciona para edificarse y consolidarse en la cabeza, hasta que cada miembro llegue a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, Efesios 4:13.
13. Dios nos hizo interdependientes para que nos necesitamos mutuamente. Por esto cuando un miembro se debilita los otros en el cuerpo pueden ayudar a que este se fortalezca en su debilidad. Por tanto, lo que Dios está haciendo en y a través de su cuerpo es fundamental y cada miembro debe asegurarse que, en su posición, está respondiendo al propósito divino.
14. En el lugar del cuerpo donde veo a Dios obrando, yo como miembro debo hacer los ajustes necesarios para poner allí mi vida a su servicio. Dejando que Dios me utilice en cualquier manera que Él elija para completar su obra en cada miembro de su iglesia a través de mí. Colosenses 1:28, 4:3, 2 Tesalonicenses 3:1, Efesios 6:19.
15. Los hijos de Dios somos parte del cuerpo de Cristo y por tanto debemos conocer nuestros dones, debemos saber donde Dios el Padre nos ha puesto, para que conociendo nuestra función la podamos ejecutar en el cumplimiento de los propósitos divinos, pero fundamentalmente para que no nos hallemos haciendo la función de otro miembro o para que cuando el cuerpo espere que ejecutemos las acciones propias de nuestra función, sepamos como y cuando actuar. Recodemos que si todos queremos ser timón del barco lo hundiremos.
16. II) LA FUNCIÓN DEL CUERPO DE CRISTO
La iglesia como el cuerpo de Cristo es un organismo vivo, no una organización humana. Por esto cuando queremos ver la iglesia como algo hecho por los hombres, tenemos el problema de que siempre vamos a estar viendo defectos en ella, estaremos juzgando por todo y nos convertiremos en controladores espirituales.
17. Pero cuando vemos la iglesia como Cristo la ve, como un organismo vivo, pues es “su cuerpo”, entonces vamos a ver las oportunidades que podemos tener al ser ayudados a crecer y a participar en la ayuda de los demás miembros del cuerpo para que el cuerpo de Cristo siga viviendo, siga perfeccionándose, siga creciendo hasta la estatura de la plenitud de Cristo.
18. Sepamos una cosa, aunque nosotros no tengamos la visión correcta y aunque estemos criticando la iglesia sin misericordia, Cristo mantendrá vida en su iglesia, Él mismo dijo en Mateo 16:18b: “Y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Lo que quiso Jesús decir aquí es que aunque el diablo o cualquiera quiera destruirla, su cuerpo seguirá vivo por siempre, porque es su cuerpo. Déjeme hacerle una pregunta: ¿Cómo usted se siente cuando alguien critica algún miembro de su cuerpo?
19.
Cuando actuamos como un cuerpo y consideramos los demás miembros del cuerpo como lo que son, parte del cuerpo vivo de Cristo, tendremos la oportunidad de confirmar la voluntad de Dios, cualquiera que sea nuestra situación, ya que después de haber leído y orado, debemos tomar en cuenta el consejo de nuestros pastores y de los hermanos que están en el centro de la voluntad de Dios, Hechos 6:3; 13:1-3.
20. Fuera del cuerpo, e independientemente del cuerpo, nadie podrá conocer la voluntad de Dios para su relación con el cuerpo. Sin el ojo, la mano no sabe dónde tocar. Sin el oído, podrá ser que el cuerpo no sepa cuándo o cómo responder. Cada miembro necesita escuchar lo que dicen los otros miembros del cuerpo siempre y cuando los miembros que hablen sean espiritualmente capacitados para tal función.
21. Cuando actúo en armonía con la iglesia, dependo de otros para ayudarme a entender la voluntad de Dios, principalmente de tus pastores. Una sola persona no es la iglesia, permitamos que la iglesia nos ayude a conocer la voluntad de Dios. Dios estableció que la iglesia es SOBERANA, por lo que Dios hablará por su iglesia y por medio de los hombres que ha puesto para guiarla.
22. Debemos confiar que Dios nos proveerá consejo a través de otros creyentes que están comprometidos con el propósito de que el cuerpo funcione correctamente. Busquemos en ellos consejo antes de tomar decisiones importantes. No se crea que usted lo sabe todo. Escuche atentamente todo lo que la iglesia tenga que decir. Luego compare con lo que Dios le dice en la Biblia, ore, observe las circunstancias y confirme cuál es el mensaje de Dios para usted.
23.
Cuando Dios guía a una iglesia, Él habla a sus miembros y estos a su vez son guiados a compartir con los otros miembros del cuerpo. Cuando vemos que Dios revela en su Palabra las verdades espirituales que nos revela por su Espíritu, lleva a los creyentes a compartir esta revelación con los demás creyentes.
24. En 1 Tesalonicenses 4:18 se dice: “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras". Es de notar que este es el llamado de Dios a la iglesia. Fijémonos que no hay en las Escrituras ningún versículo donde el Señor envíe un mensaje a algún miembro de su cuerpo con el fin de traer desaliento. Por el contrario vemos que cuando la cabeza habla a algunos miembros, estos se disponían a prestar atención y escuchar lo que Dios revelaba y luego se disponía a transmitir a los demás todo el ánimo compartiendo el deseo de Dios.
25. Cuando vemos que Dios habla a un miembro de su cuerpo y este lo comparte con los demás, entonces todo el cuerpo debe tomar el ánimo por lo que estamos recibiendo y no tomar la actitud de desalentar al que está animado.
Esto debe ocurrir:
Cuando tenemos conversaciones personales o nos visitamos.
Cuando nos reunimos a orar.
Cuando tenemos cultos.
Cuando tenemos asambleas.
Cuando tenemos estudios bíblicos.
Cuando tenemos reuniones de cualquier tipo, en la escuela, en la universidad, etc.
Dispongámonos a transmitir aliento y no desaliento cuando compartimos con la iglesia de Cristo.
26. III) EL PROPÓSITO DEL CUERPO DE CRISTO Efesios 4:15, 16
El texto a continuación nos dice: “…sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
27.
Los que formamos parte del cuerpo de Cristo tenemos que entender que nuestro propósito primordial es seguir juntos LA VERDAD EN AMOR. Recordemos que la verdad es una persona y esa persona es Jesucristo. No importa lo que sienta un miembro en particular o lo que alguno pueda interpretar, el verdadero miembro, sigue LA VERDAD EN AMOR.
28. Los creyentes genuinos nunca pueden decir: “Hasta aquí llegó mi conocimiento”. Pues ese día estamos limitando la persona de Cristo quien desea revelarnos cada día algo más de su persona. No seamos como Marta y María que no pensaron en la manera en que Jesús deseaba revelarse más profundamente a ellas a través de la muerte de Lázaro.
29. Debemos hacernos aquí algunas preguntas.
¿Estamos siguiendo la verdad en amor?
¿Estamos haciendo el esfuerzo de seguir a nuestro Señor Jesucristo, quien es la única verdad?
¿Estamos obedeciendo su Palabra en el amor verdadero del Señor aunque la Palabra vaya en contra de nuestros intereses u opiniones?
¿Estamos dándole al Señor la honra que Él merece haciendo prevalecer su verdad?
30.
El propósito de Dios en la iglesia es que su cuerpo crezca. Dios no desea que el cuerpo de su hijo Jesucristo permanezca estático. Hemos dicho que la iglesia no es una organización sino un organismo vivo y como tal tiene que crecer y crecer hasta la estatura de la plenitud de Jesucristo quien es su cabeza.
31. A esto es que nos llama el texto citado. Si esto es así ¿cómo podemos pensar que la iglesia pueda tener una cabeza grande y por ende un cuerpo pequeño por causa de un estorbo en su crecimiento? No, mis hermanos, Dios no puede concebir esto. Además de que es necesario aclarar que Dios no está hablando aquí de un crecimiento numérico o de un crecimiento intelectual, sino de un crecimiento espiritual que traiga acciones y reacciones espirituales
32. Los cristianos tenemos que saber que para Dios no es importante lo que podamos crecer en lo intelectual o en lo numérico, sino lo que podamos crecer en Cristo, quien es nuestra cabeza. A Dios lo que le interesa es que la iglesia actúe como lo que es, que actúe como el cuerpo de aquel a quien debemos obedecer y que crezcamos en todo lo que a Él le place.
33.
Otro detalle particular e importante para Dios en cuanto a propósito se refiere, es la edificación del cuerpo. Por esto el apóstol Pablo nos llama a que todo lo que hagamos en el cuerpo debe ser para edificación, 1 Corintios 14:12, 26; Romanos 14:19 y 15:2 nos ratifican esta verdad. Pues todo lo que Dios ha dado a la iglesia debe ser para edificarla.
34. Es maravilloso ver en las Escrituras el énfasis que Dios le da a la edificación de la iglesia de Cristo. Dios quiere que edifiquemos, no que la destruyamos. Cada día como Iglesia tenemos que orar al Señor para que preserve su Iglesia, porque sabemos que el diablo no quiere que nos edifiquemos, sino ver la iglesia de Cristo en el Hades, aunque Cristo haya dicho que las Puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
35. Ya el apóstol Pablo también lo advirtió en Hechos 20:28-31. Por esto esta edificación tiene necesariamente que hacerse en amor, como vemos que nos dice el apóstol en esta conclusión. Un crecimiento espiritual sin amor no es crecimiento, no es edificación, sino destrucción. El amor es el vínculo perfecto de la iglesia de Cristo, es el elemento unificador de los creyentes en el cuerpo de Cristo y por esto tenemos que abogar.
36. Amados hermanos, estamos todos de acuerdo, entonces, de que la iglesia de Cristo es un organismo vivo y como tal tiene que crecer.
Este crecimiento es un crecimiento espiritual en el cual todos los miembros del cuerpo tienen que poner de su parte para crecer en armonía y hacerlo sobre la base del amor de Cristo, quien es nuestra cabeza y a quien tenemos que seguir en actitudes santas y edificantes para su iglesia.
Hermano, si lo que vas hacer o vas a decir, no edifica, entonces no lo hagas, ni lo digas, porque estás pecando delante de Dios y tu cabeza que es CRISTO, no admite que destruyas sino que construyas en amor.
AMÉN CONCLUSIÓN: