CENTRO EDITH STEIN

1. CENTRO EDITH STEIN Sesión 4 – 12 Noviembre 2009 “Zum ProblemderEinfühlung”

2. La expresión corporal y sus alcances en la metodología onto-fenomenlógica: su relevancia para la pregunta por la mujer

3. Introducción Si bien la comprensión de la expresión corporal representa un eje transversal en todo el estudio Sobre el problema de la empatía de Edith Stein, es tratada explícitamente en el capítulo III,

4. donde la autora responde a la pregunta: ¿Qué es el cuerpo vivo -Leib-y cómo se constituye “mi cuerpo vivo”?

5. Parte principal El análisis de los aspectos más relevantes, tanto metódicos como de contenido, de la expresión corporal y su relevancia para la pregunta por la mujer, integra:

6. 1. Punto de partida metódico, la realidad existente y su percepción:

7. Se trata de precisar la distinción entre el “cuerpo físico” y el “cuerpo vivo”, la percepción externa e interna. Luego se trata de buscar la respuesta de la autora a la pregunta:

8. 2. ¿Qué es el cuerpo vivo y cómo se constituye “mi cuerpo vivo”?:

9. Nos está dado y posee el “punto cero de la orientación”, en el cual el cuerpo vivo está como un todo y que no permite la fusión de aspectos subjetivos y objetivos, ya que “el fenómeno permanece fenómeno”. De ahí que se precisa:

10. 3. El fenómeno de la expresión:

11. Se trata de un fenómeno nuevo en sus respectivos constituens, tanto estáticos como de movilidad. Como cuarto aspecto se analiza:

12. 4. La transición al individuo ajeno:

13. A partir de la cooriginariedady el punto cero de orientación, en exacta correspondencia con el análisis del yo propio. Finalmente se aclara el aspecto decisivo:

14. 5. El cuerpo vivo ajeno como portador del fenómeno de la expresióny la importancia de la empatía:

15. “En el caso del comprender, este vivenciar no es originario sino empatizado. Sin embargo, hay que distinguir aquí entre la expresión verbal y la expresión corporal. La comprensión de la expresión corporal se constituye sobre la aprehensión del cuerpo vivo ajeno,

16. que ya está comprendido como cuerpo vivo de un yo. Yo me transfiero dentro del cuerpo vivo ajeno, realizo la vivencia que con el semblante correspondiente me estaba dada ya como vacía y vivencio cómo ella termina en aquella expresión”. …

17. “Una expresión la entiendo, mientras que una sensación sólo puedo traérmela a dato. Así, mediante el fenómeno de la expresión, soy introducido en los entramados de sentido de lo psíquico y con ello adquiero, a la vez, un medio importante para la corrección de los actos de empatía”.

18. Conclusión 1. Resulta decisivo el punto de partida metódico a partir de la “realidad dada”: A diferencia del cuerpo físico-Körper- el cuerpo vivo-Leib- constituido inseparablemente por el yo, que siente, piensa,

19. y quiere, es comprendido sólo en la unidad de la percepción externa e interna, a diferencia del cuerpo físico, captado primordialmente por la percepción externa, tanto en lo que se refiere al reposo cuanto al movimiento de esta unidad. …

20. Pues, el “cuerpo vivo no sólo está integrado en mi mundo fenoménico, sino es por su parte centro de tal mundo fenoménico, se encuentra frente a él y entra en intercambio con él”. …

21. Esto vale tanto para la corporalidad propia como ajena, ambas analizadas en estricta correlación y unidas por la empatía en cuanto “puente”.

22. Conclusión… 2. La expresión del cuerpo vivo emerge en interrelación, tanto con los sentimientos como con la voluntad, desde la conciencia, “esa región insuprimible del ser”, donde “se encuentran las…

23. sensaciones como una especificación de la categoría superior”, “vivencia”, en cuanto subjetiva compenetrada por la objetiva, ya que la conciencia siempre es conciencia de… en una originariedad dada,

24. que se constituye co-dada cuando entra en juego el yo ajeno. La empatía une ambas originariedades en la novedad de una expresión corporal de la co-originariedad.

25. Conclusión… 3. A través de la expresión constitutiva de la corporalidad viva se plasma la Gemütsart de cada tipo humano, que más allá de comprenderse como temperamento,

26. evoca la última profundidad de cada ser humano, que Edith Stein designará “alma del alma” y en relación con la cual la autora definirá lo femenino y la especificidad de la mujer en obras posteriores.

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