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Naturaleza. Finalidad. Tareas. Formas. Mensaje. Catequesis.
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Naturaleza. Finalidad. Tareas. Formas. Mensaje. Catequesis
Objetivo generalQUE EL CATEQUISTA CONOZCA LOS DIFERENTES CRITERIOS DE LA FORMACIÓN CATEQUETICA PARA QUE PUEDA DISCERNIR CON FE Y EVALUAR CON MADUREZ EL SERVICIO QUE PRESTA EN SU IGLESIA COMO CRISTIANO Y COMO EDUCADOR DE LA FE.
OBJETIVOS ESPECIFICOS que el catequista descubra y viva su propia vocación y misión dentro del papel que desempeña en la catequesis para que se sienta satisfecho en toda su dimensión humana y espiritual. que el catequista al reconocer su compromiso primordial como cristiano se preocupe por preparar los medios didácticos para que pueda responder a su tarea fundamental de educador en la fe.
La naturaleza de la catequesis expresada en los documentos de la iglesia, exigen una catequesis como proceso o itinerario: “La catequesis es una forma de la acción eclesial que trata de llevar a la madurez de fe tanto a las comunidades como a los individuos”. Para lograr la madurez, es necesario seguir un itinerario que acompañe las diferentes etapas de la vida del creyente.
“La catequesis es un proceso dinámico, gradual y permanente de la educación de la fe”. La autentica catequesis es siempre una iniciación ordenada y sistemática a la revelación que Dios mismo a hecho al hombre en Jesucristo.
La catequesis es una acción esencialmente eclesial. El verdadero sujeto de la catequesis es la Iglesia que, como continuadora de la misión de Jesucristo Maestro y animada por el Espíritu Santo ha sido enviada para ser maestra de la fe. Por ello, la Iglesia, imitando a la madre del Señor, conserva fielmente el Evangelio en su corazón, lo anuncia, lo celebra, lo vive y lo transmite en la catequesis a todos aquellos que han decidido seguir a Jesucristo.
La iglesia, al transmitir la fe y la vida nueva actúa como madre de los hombres, que engendra a unos hijos concebidos por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios. Precisamente “porque es madre, es también la educadora de la fe” ; es madre y maestra, al mismo tiempo.
Por la catequesis alimenta a sus hijos con su propia fe y los inserta, como miembros , a la familia eclesial. Como buena madre, les ofrece el Evangelio en toda su autenticidad y pureza, que les ha dado, al mismo tiempo, como alimento adaptado, culturalmente enriquecido y como respuesta a las aspiraciones más profundas del corazón humano.
“El fin definitivo de la catequesis es poner a uno no solo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo”
Toda la acción evangelizadora busca favorecer la comunión con Jesucristo. A partir de la conversión inicial de una persona al Señor, suscitada por el Espíritu Santo mediante el primer anuncio, la catequesis se propone fundamentar y hacer madurar esta primera adhesión. Se trata, entonces, de ayudar al recién convertido a “conocer mejor a ese Jesús en cuyas manos se ha puesto: conocer su misterio, el Reino de Dios que anuncia, las exigencias y promesas contenidas en su mensaje evangélico, los senderos que él ha trazado a quien quiera seguirle. El Bautismo, sacramento por el que nos configuramos con Cristo, sostiene con su gracia este trabajo de la catequesis.
La peculiaridad de la catequesis, distinta del anuncio primero del Evangelio que ha suscitado la conversión, persigue el doble objetivo de hacer madurar Toda la acción evangelizadora busca favorecer la comunión con Jesucristo. A partir de la conversión inicial de una persona al Señor, suscitada por el Espíritu Santo mediante el primer anuncio, la catequesis se propone fundamentar y hacer madurar esta primera adhesión. Se trata, entonces, de
ayudar al recién convertido a “conocer mejor a ese Jesús en cuyas manos se ha puesto: conocer su misterio, el Reino de Dios que anuncia, las exigencias y promesas contenidas en su mensaje evangélico, los senderos que él ha trazado a quien quiera seguirle. El Bautismo, sacramento por el que nos configuramos con Cristo, sostiene con su gracia este trabajo de la catequesis.
la fe inicial y de educar al verdadero discípulo por medio de un acontecimiento más profundo y sistemático de la persona y del mensaje de Jesucristo. la finalidad especifica de la catequesis “consiste en hacer crecer , a nivel de conocimiento y de vida, el germen de la fe”. solo se llevará a cabo este crecimiento si va acompañado por medio de un proceso de educación.
La finalidad de la catequesis se realiza a través de diversas tareas, mutuamente implicadas. Para actualizarlas, la catequesis se inspirará ciertamente en el modo en que Jesucristo forma a sus discípulos: les daba a conocer las diferentes dimensiones del Reino de Dios (Mt 13, 11), les enseña a orar (Lc 11, 2), les inculca las actitudes evangélicas (Mt 11, 29) y les inicia en la misión (Lc 10, 1).
Las tareas de la catequesis corresponden a la educación de las diferentes dimensiones de la fe, ya que la catequesis es una formación cristiana integral, “abierta a todas las esferas de la vida cristiana”. En virtud de su misma dinámica interna, la fe pide ser conocida, celebrada, vivida y hecha oración. La catequesis debe cultivar cada una de estas dimensiones.
Pero la fe se vive en la comunidad cristiana y se anuncia en la misión: es una fe compartida y anunciada. Y estas dimensiones deben ser cultivadas por la catequesis. “La formación catequética ilumina y robustece la fe, alimenta la vida según el espíritu de Cristo , lleva a una consiente y activa participación del misterio litúrgico y alimenta la acción apostólica”.
Propiciar el conocimiento de la fe. El que se ha encontrado con Cristo desea conocerle lo más posible y conocer el designio del Padre que él reveló. El amor a una persona lleva a conocerla cada vez más. La catequesis debe conducir a la comprensión paulatina de toda la verdad del designio divino. Las tareas fundamentales de la catequesis son:
La educación litúrgica. La iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles cristianos a aquella participación plena, consiente y activa que exige la naturaleza de la liturgia misma y de la dignidad de su sacerdocio bautismal. Por ello, la catequesis, además de propiciar el conocimiento del significado de la liturgia y de los sacramentos, ha de educar “para la oración, la acción de gracias, la penitencia, la plegaria confiada, el sentido comunitario, la captación recta del significado de los símbolos...” ya que todo ello es necesario para que exista una verdadera vida litúrgica.
La formación moral. La conversión a Jesucristo implica caminar en su seguimiento. La catequesis debe inculcar en los discípulos las actitudes propias del maestro. Cuando Jesús sube al monte a enseñar las bienaventuranzas hace referencia a una formación moral, tan necesaria para la vida de la sociedad y el mundo de hoy.
Enseñar a orar. La comunión con Jesucristo lleva a los discípulos a asumir el carácter orante y contemplativo que tuvo el maestro. Aprender a orar con Jesús es orar con los mismos sentimientos con que se dirigía al Padre: adoración, alabanza, acción de gracias, confianza filial, suplica, admiración por su gloria. Estos sentimientos quedan reflejados en la oración del Padre Nuestro, modelo de toda oración cristiana. La catequesis debe conducir al catequizando para que llegue a comprender el dialogo frecuente que debe existir entre él y su Padre que esta en los cielos.
Otras tareas relevantes de la catequesis son : la iniciación y la educación para la vida comunitaria y para la misión. La catequesis capacita al cristiano para vivir en comunidad y para participar activamente en la vida y misión de la iglesia. El concilio Vaticano II señala a los pastores la necesidad de “cultivar debidamente el espíritu de comunidad” y a los catecúmenos la de “aprender a cooperar eficazmente en la evangelización y edificación de la iglesia” . La vida cristiana en comunidad no se improvisa y hay que educarla con cuidado estimulando a los catequizandos con actitudes fraternas hacia los miembros de otras iglesias y comunidades eclesiales. AG 14d
La vida cristiana en comunidad no se improvisa y hay que educarla con cuidado estimulando a los catequizandos con actitudes fraternas hacia los miembros de otras iglesias y comunidades eclesiales.
La catequesis esta abierta, igualmente, al dinamismo misionero. Se trata de capacitar a los discípulos de Jesucristo para estar presentes, en cuanto cristianos, en la sociedad, en la vida profesional, cultural y social. Se les preparará para cooperar en los diferentes servicios de la iglesia, según la vocación de cada uno. Este compromiso brota de los sacramentos de la iniciación cristiana y del carácter secular de la vocación.
Las actitudes evangélicas que Jesús son las que la catequesis debe adoptar: buscar a la oveja perdida; anunciar y sanar al mismo tiempo; presentarse pobres; saber asumir el rechazo y la persecución ; poner la confianza en el Padre y en el apoyo del Espíritu Santo ; no esperar otro premio que la dicha de trabajar por el Reino.
Todas las tareas son necesarias para la maduración de la vida cristiana, por lo que hay que cultivar todas sus dimensiones: el conocimiento de la fe, la vida litúrgica, la formación moral, la oración. La pertenencia comunitaria, el espíritu misionero. Si la catequesis descuidara alguna de ellas, la fe cristiana no alcanzaría todo su crecimiento.
La catequesis adopta necesariamente varias formas según las circunstancias y las necesidades del caso. En los países tradicionalmente cristianos la catequesis se presenta a manera de enseñanza religiosa que se imparte a los niños y adolescentes en el ámbito escolar o fuera de él. Hay allí ordinariamente organizaciones para catequizar a los adultos o catecumenados para los que se preparan a recibir el bautismo, o para los que -aún ya bautizados- carecen de la debida iniciación cristiana. Lo cierto es que la situación real en que se encuentra un gran número de fieles, pide alguna forma de evangelización antes de la catequesis.
En las Iglesias recién establecidas se le da especial importancia a la evangelización en el sentido estricto, y se organiza el catecumenado para los que se inician en la fe y se preparan para recibir el bautismo. En pocas palabras, la labor catequística toma formas y estructuras muy diversas: sistemáticas y ocasionales; organizadas y espontáneas, etc.
“Recuerden los pastores el deber que les incumbe de promover y asegurar la ilustración de la vida cristiana por la palabra de Dios, de acuerdo con la edad y las circunstancias”, de tal manera que todos, así el individuo como la comunidad, puedan ser promovidos teniendo en cuenta el estado espiritual en que se encuentran.
Recuerden también que la catequesis de adultos, como dirigida a hombres capaces de una adhesión plenamente responsable, debe considerarse como la forma de catequesis principal a la cual deben encaminarse todas las otras formas, siempre necesarias. Procuren de igual manera, atendiendo a las normas del Conc. Vat. II, "que se restablezca o se adapte mejor la instrucción de los catecúmenos adultos"
En la actividad pastoral, la catequesis es una forma de acción eclesial que trata de llevar a la madurez de la fe tanto a las comunidades como a los individuos. Para cualquier hombre cuya alma se abra al mensaje evangélico, la catequesis es el medio más apto para captar el plan de Dios en su propia vida y descubrir el significado último de la existencia y de la historia, de suerte que tanto la vida de los individuos como la de la sociedad se ilumine con la luz del Reino de Dios, se adapte a sus exigencias y pueda conocer el misterio de la Iglesia como la comunidad de los que creen en el Evangelio. Todos estos aspectos determinan las tareas específicas de la catequesis.
La catequesis tiene los siguientes objetivos: ayudar a los hombres a hacer realidad esta comunión con Dios y proponer el mensaje cristiano de manera que aparezca como garantía del valor supremo de la vida humana. Esto supone que la catequesis tendrá siempre presente las legítimas aspiraciones del hombre así como el progreso y la realización de los valores que ellas involucran.
CRISTO. La Palabra de Dios encarnada en Jesús de Nazaret, Hijo de María Virgen, es la Palabra del Padre, que habla al mundo por medio de su Espíritu. Jesús anuncia y revela que Dios no es un ser distante e indiferente, sino que es el Padre que esta en medio de sus criaturas, actuando con su amor y poder. Este mensaje que nos trae Jesús acerca de su Padre es un aspecto fundamental en la catequesis, ya que es uno de los pilares de nuestra fe. El cristocentrismo de la catequesis, conduce a la confesión de la fe en Dios, por eso toda la catequesis esta referida a Él.
Por lo que significa que: • En el centro de la catequesis encontramos esencialmente una persona: La de Jesús de Nazaret , unigénito del Padre. En realidad la tarea fundamental de la catequesis es mostrar a Cristo. Todo lo demás gira alrededor de Él. Él es el primogénito de toda criatura y por lo que todo fue hecho.
Cristo esta en el centro de la historia de la salvación; a Él converge toda la historia salvífica. Es la clave, el centro y el fin de toda la historia humana. Cristo es el sentido último de la historia, el alfa y el omega. • El mensaje evangélico no proviene del hombre sino de la Palabra de Dios. Por eso lo que transmite la catequesis, es la enseñanza de Jesucristo: sus dichos y hechos que vino a manifestar a la humanidad entera.
La invitación del mensaje de Cristo, es una invitación a la conversión y a la aceptación de la llegada del Reino de Dios al mundo, por lo que la doctrina de Jesús no es una enseñanza vacía sino expresión viva que te llena de esperanza por estar reinando ya con Dios en el cielo. • La doctrina de Jesús no es para aprenderla de memoria , sino que es para iluminar la vida. Jesús entra en la historia para transformarla, “es la luz que resplandece en la oscuridad e ilumina a todo hombre
Iglesia. por designio divino, Jesucristo instituyó la iglesia sobre el fundamento de los apóstoles a quienes se les fue manifestado su plan: “como el padre me envía, a sí yo los envió a ustedes”. los apóstoles fueron llamados a caminar con él: “maestro, ¿dónde vives? vengan y lo verán. se fueron con él , vieron donde vivía y pasaron aquel día con él” escucharon sus enseñanzas, vieron su actitud para con los demás, fueron testigos de su obra: “no he venido a ser servido, sino ha servir “, de su entrega total en su muerte y de su triunfo en la resurrección.
así los apóstoles fueron educados progresivamente. después de la resurrección, les abrió la inteligencia para que comprendieran las escrituras (lc 24, 25) antes de subir al cielo, les da la misión de ir por todo el mundo para que hagan a todos los hombres discípulos suyos, bautizándolos en nombre de la trinidad y enseñándoles a poner por obra todo lo que les ha mandado. dejándoles el consuelo de su estar con ellos todos los días hasta el final de los tiempos(mt 28, 19-20)
Un pequeño grupo , como el grano de mostaza, que poco a poco fue germinando, y fue cultivado para su crecimiento llegando ha ser un gran árbol que acoge a toda clase de pájaros. Así el pequeño grupo de los discípulos de Jesús fue creciendo y “ cada día el Señor agregaba al grupo de los creyentes aquellos que aceptaban la salvación.
La naturaleza eclesial de la catequesis confiere un mensaje evangélico que transmite un intrínseco carácter eclesial. La catequesis ha de educar en la dimensión comunitaria de los creyentes tomando en cuenta la oración de Jesús: “Te pido que todos sean uno, lo mismo que lo somos Tú y Yo Padre. Para que el mundo crea que Tú me has enviado”. La naturaleza de la Iglesia es ser signo creíble de que la salvación nos ha llegado por Jesús. Solo responderá a ello si esta unida en el amor.
“La catequesis no es otra cosa que el proceso de transmisión del Evangelio tal como la comunidad cristiana lo ha recibido, lo comprende, lo celebra, lo vive y lo comunica”[ La Buena Nueva del Reino de Dios, incluye un mensaje de liberación.
La comunidad de los discípulos de Jesús, la iglesia, participa de la sensibilidad que Jesús tuvo. Con profundo dolor se fija en esos pueblos empeñados con el esfuerzo y en la lucha por superar todo aquello que les condena a quedar al margen de la vida: hambres, enfermedades, analfabetismo, injusticias. Todas las formas de pobreza, no solo económica sino cultural y religiosa que preocupan a la iglesia.
Dios nos ofrece el don de la salvación integral. solo tenemos que saber adoptar el modelo de vida que su Hijo jesúsnos vino a invitar a tomar. esta salvación integral inicia en esta vida, pero tiene su cabal cumplimiento en la plenitud del reino. es por lo que la catequesis se debe de esforzar en enseñar el camino a todos los fieles.