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HOSPITAL DE AGUDOS “JOSÉ MARÍA PENNA” SERVICIO DE SALUD MENTAL MIÉRCOLES 30 DE ABRIL DE 2014 “PECADO, MORAL Y EXCESO” LA LUJURIA Dra. Ana María Gómez. “Este libro tiene su secreto, pero debo callarlo: está más allá de todas las palabras” George Bataille - “Madame Edwarda ”.
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HOSPITAL DE AGUDOS “JOSÉ MARÍA PENNA”SERVICIO DE SALUD MENTALMIÉRCOLES 30 DE ABRIL DE 2014“PECADO, MORAL Y EXCESO”LA LUJURIADra. Ana María Gómez
“Este libro tiene su secreto, pero debo callarlo: está más allá de todas las palabras” George Bataille- “Madame Edwarda”
“Existen, pues, pueblos suficientemente sagaces como para estimar sus placeres más que las insulsas leyes de la población.” Marqués de Sade: “Julieta o El vicio ampliamente recompensado”
ALEGORÍA DE VENUS, CUPIDO Y EL TIEMPO o EL DESCUBRIMIENTO DE LA LUJURIAAgnolo di Cosimo, Broncino (Ponticelli, Florencia1503 - Florencia 1572)Hacia 1546
La lujuria es definida por el DRAE como el vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales. O sea, para la lujuria hay transgresión, comisión de un ilícito y, nuevamente, exceso.
Según María Moliner es el deseo sexual exagerado o vicioso. Lascivia. Sinómimos, antónimos y derivados: Bestialidad, concupiscencia, erotomanía, furor uterino, incontinencia, lascivia, libídine, ninfomanía, salacidad, sensualidad.
Se entiende por vicio a una falta o inconveniente que quita valor a una cosa y es, también, el hábito de hacer mal cierta cosa o de hacer cierta cosa mala. Implica una torcedura u otra forma o postura defectuosa que toma una cosa por haber estado sometida prolongadamente a una posición indebida. Y quizá lo màs: interesante es un placer censurable o del que se hace uso con exceso.
Como vemos, nuevamente, se apela a lo correcto o incorrecto, a lo moral en tanto quien censura y al exceso: la desmesura.Para la lujuria todo es cuestión de medida.
Veremos, particularmente para la lujuria, que todo es cuestión de medida y esa medida depende según la época y sus patrones morales.
“El infernal torbellino, que no se aplaca jamás, arrebata en su furor los espíritus, los atormenta revolviéndolos y golpeándolos; y cuando llegan al borde del precipicio, se oyen el rechinar de los dientes, los ayes, los lamentos, y las blasfemias que lanzan contra el poder divino. Comprendí que los condenados a aquel tormento eran los pecadores carnales, que someten la razón al apetito.”
“A una corriente de esta índole producida dentro del aparato, que arranca del displacer y apunta al placer la llamamos deseo…”
Debemos tener en cuenta, al menos, dos parámetros. a)Que no hay medida que defina los excesos o no, de la así llamada lujuria b)Que esta cuestión se corresponde biunívocamente con los paradigmas culturales de cada época.
Moral: si es natural, ¿es moral? ¿Cuál sería la moral natural en tanto que esta se define como una construcción que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia y se la considera como un conjunto de facultades del espíritu, por contraposición a físico? Como vemos la moral es una construcción que nada tiene que ver con lo natural y sí con los usos y costumbres que son de cada época.
Freud expresa que la moral sexual cultural impone sacrificios y esos sacrificios, que dañan la salud y la energía vital, también pueden ocasionar daños para el fin social. Todo esto se basa en von Ehrenfels quien llega a la conclusión que esa moral hay que reformarla.
Estaríamos según nuestros autores viviendo una doble moral con harto riesgo por el amor por la verdad y a la honradez. Se basa en el ocultamiento y el engaño. Y Freud hace responsable a esto de que cunda lo que en este artículo se llama “nerviosidad”.Los humanos se imponen metas contra natura que los enferman. Eso es lo que surge claramente de la lectura de “El malestar en la cultura”.
“Los nervios agotados, buscan fuerzas en excitantes cada vez más fuertes” y entre esos excitantes, sin ninguna duda, se halla un nuevo modo de vivir la sexualidad.
Hay para Freud dos grandes grupos: las neurosis y las psiconeurosis. Para las neurosis, el problema es la toxicidad y así se comporta la llamada neurastenia. Ella se debe a anormalidades de la vida sexual. Y afirma contundentemente: “Habremos pues, de considerar el factor sexual como el más esencial en la causación de las neurosis propiamente dichas”
“Nuestra cultura descansa totalmente – subrayamos, “totalmente” – en la coerción de las pulsiones” Y todo se basa en la renuncia; renuncia a la pulsión en honor del progreso cultural y en la consecución de bienes materiales e ideales.”
Y hace entrada aquí el eterno enemigo de la pulsión: las religiones.Limitaciones progresivas que conllevan el sacrificio y la renuncia como ofrenda a la divinidad. Todo lo que se renuncia tiene el carácter de sagrado.Hay que reprimir la pulsión y si no se delinque o se cae en pecado. O se está fuera de la ley o se está fuera de las leyes de los dioses de turno.
Si bien hacemos lugar a la posibilidad de sublimación “…la pulsión sexual es también susceptible de tenaces fijaciones, que lo inutilizan para todo fin cultural y degenerar conduciéndolo a las llamadas anormalidades sexuales.”
”…la pulsión sexual del hombre no tiene originariamente como fin la reproducción sino determinadas formas de la consecución del placer”
“Los neuróticos son aquellos hombres que, poseyendo una organización desfavorable, llevan a cabo, bajo el influjo de las exigencias culturales una inhibición aparente y, en el fondo, fracasada de sus pulsiones…” Ello redunda en la pobreza de sus procesos sublimatorios y en un gran gasto de energía que se pierde para tales fines.
“Cuanto mayor es la disposición de una persona a la neurosis, peor soporta la abstinencia…”“…la prohibición eleva considerablemente el valor psíquico de la satisfacción sexual”. Y allì se plantea el problema de la libido estancada.
Lo que se contradice es el objeto de la proposición. “No lo amo a él, la amo a ella” que por proyección, se transforma en “Ella es quien me ama”, con lo cual se instala la posición erotomaníaca.
Batailledirà que la especie humana es la única que puede hacer que su actividad sexual sea erótica. Y será erótico todo aquello que no conduzca necesariamente a la procreación.Pero no todo acto sexual es erótico ni todo lo que conlleva procreación deja de serlo.
El erotismo está del lado de la pasión y su materia es el cuerpo” tratándose para el erotismo del placer y displacer, de una aventura, de un desafío que excede los cuerpos.
Si hay algo a lo que apuesta y propone el erotismo, según Bataille, es a la continuidad en tanto constitucionalmente somos discontinuos por el abismo profundo que nos separa de los otros. Y la pretensión es zanjar ese abismo y fusionarse con el otro. Teniendo en cuenta que en el horizonte inconsciente se trata de un Gran Otro.
Pero además de los cuerpos, Bataille hace lugar a otros erotismos: el de los cuerpos, el de los corazones y el erotismo religioso.¿Cuál sería en estos entramados el lugar de la lujuria? ¿No será que cierta lujuria se torna indispensable y por tanto fue nominada como pecado?
Según el autor los amores, aún los más castos, comparten desfallecimiento, angustia de muerte y conllevan un coqueteo – la palabra es nuestra – con los límites del ser.Pero hay prohibición: el mundo del trabajo hace – y esto es fundamental – que se establezca la prohibición sobre la erótica y sobre los muertos.
Muerte – sexualidad – violencia son una tríada siempre presente. Esta violencia va en contra de “orden y progreso”, lema de Comte.Lujuria, como lo sabemos, es desmesura y por tanto atenta contra la paz y el orden. Se convierte en pecado.
Hay una contracara del erotismo muy claro y presente en nuestra clínica: la vergüenza y el pudor. Ambos son incitaciones eróticas veladas. Freud fue muy claro: nos avergozamos ante nuestra propia desnudez. Pero esta no es solo la desnudez de los cuerpos – por algo los genitales eran llamados “las vergüenzas” y esto tiene su fundamento bíblico y la hoja de parra oculta esas zonas vergonzantes.
Ambos son incitaciones eróticas veladas. Freud fue muy claro: nos avergonzamos ante nuestra propia desnudez. Pero esta no es solo la desnudez de los cuerpos – por algo los genitales eran llamados “las vergüenzas” y esto tiene su fundamento bíblico y la hoja de parra oculta esas zonas vergonzantes: es la desnudez de nuestros deseos.
La vergüenza y el pudor ocultan; la erótica y la obscenidad desnudan. En estos últimos lo privado, lo íntimo, se hacen público, se muestran, se exhiben. Lo obsceno, en su brutal verdad, connotan la angustia – basta para ello ver “Saló” de Pasolini. Y Freud lo tuvo en cuenta en tanto lo siniestro: lo tan familiar como extraño. Sin ninguna duda, lo que no debe estar y aparece.
El matrimonio – y recordemos lo que propone Freud con relación a la moral cultural de doble discurso imperante – debe ser apolíneo. Todo exceso dionisíaco es disruptivo y agrede a la moral y las buenas costumbres.
Bataille hace una contraposición fundamental:Mundo del trabajo organizado, racional y previsibleMundo orgiástico (lujuria pura) caótico, desordenado, erótico, violento, desmedido y también sagrado
¿Cuál es el objeto del erotismo? Nos respondemos inmediatamente: en tanto objeto de la pulsión puede ser cualquiera y de ello dan cuenta los recubrimientos libidinales de los objetos fetiches. Pero no es así para el deseo que “elige” en función de las huellas de memoria. Entonces: el deseo decide, la pulsión, a partir de su Drang, motoriza
El objeto del deseo, aunque esto sea absolutamente aleatorio y relativo, tiene que ver con la belleza y esta, según Bataille, con aquello que más se aleja de la animalidad. Y aquí se inscribe algo de la profanación: la castidad, la pureza, la abstinencia, la inocencia son valores que, en algunos casos, convocan a la lujuria
La lujuria es una cuestión de límites: el fuera de límites, el exceso, la desmesura, la hybris, connotan la violencia. Por algo la visión de la escena primaria siempre connota violencia.
En la lujuria el juego es rozar los límites de la muerte en el orgasmo, “la pequeña muerte” “la muerte dulce”, “la bella agonía”
Bataille dirá: “¡Qué bueno es permanecer en el deseo de excederse sin ir hasta el extremo, sin dar el paso!”
El erotismo puede ser una ventana abierta al goce que se abre cada vez más llevados por la lujuria. El placer, pantalla contra el goce, es aquello capaz de controlarlo.
“La crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza.”