330 likes | 554 Views
Domingo 2º ordinario. Ciclo A. Día 16 de Enero de 2011. Los domingos del tiempo ordinario nos deben ayudar a conocer mejor. la persona de Jesús y sus mensa-jes. Después de la Epifanía o manifesta-ción de Jesús a los magos de Oriente,.
E N D
Domingo 2º ordinario Ciclo A Día 16 de Enero de 2011
Los domingos del tiempo ordinario nos deben ayudar a conocer mejor la persona de Jesús y sus mensa-jes.
Después de la Epifanía o manifesta-ción de Jesús a los magos de Oriente,
en este domingo se nos presenta otra epifanía o manifestación de Jesús: lo que Juan Bautista nos dice sobre el Cordero de Dios Jn 1, 29-34 Dice el evangelio:
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: “Éste es el Corde-ro de Dios que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo.” Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.”
Y Juan dio testimonio diciendo: He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.” Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” Palabra del Señor
Al día siguiente de bautizar a Jesús, Juan ve venir a Jesús y proclama: “Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Y se lo dice especialmente a dos de sus discípulos como invitando a que sigan a Jesús. Serán sus dos primeros discípulos.
¿Porqué san Juan llama a Jesús "el Cordero de Dios? Él ha visto algo que otros no ven, porque se ha dejado llevar por el Espíritu. Mucho más y mejor veríamos si dejamos que el Espíritu actúe en nuestro corazón.
Los judíos estaban acostumbrados a oír hablar de corderos con relación a la religión, pues continuamente ofrecían corderos a Dios, como sacrificios para quedar bien. Pero estos corderos nunca podían perdonar pecados. Era sólo una representación.
Para la religión judía el sacrificio del cordero tenía y tiene una impor-tancia especial en la Pascua. Este sacrificio les recuerda el acto más importante de liberación: la salida de Egipto en tiempos de Moisés.
Como signo de liberación, Moisés mandó a los israelitas ungir las jambas de sus puertas con la sangre del cordero. El ángel exterminador pasaría de largo. Como símbolo para ellos, la sangre del cordero “inocente” limpiaba al pueblo de sus maldades.
Desde Moisés, en la religión judía, el sacrificio del cordero no sólo era símbolo de reparación de las ofensas, sino que después, al comer de la carne de ese cordero, se ganaba el valor del sacrificio.
Pero ninguna sangre de animales podrá limpiar los pecados Ya el profeta Isaías, (Is 53) presenta, en el "siervo de Yaveh", al cordero inocente que carga con nuestras culpas.
San Pablo (I Cor 5, 6-7) dirá de Cristo que es nuestro Cordero Pascual inmolado.
En el Apocalipsis aparece el Cordero inmolado, que es aclamado por la multitud.
Jesús es el Cordero inmolado en la cruz para salvar con su sangre a la humanidad.
Un verdadero pecado es una ofensa infinita contra Dios. Por eso ni todos los corderos del mundo podrán aplacarle. Pero Dios se hace hombre y se deja matar, satisfaciendo así por los pecados. Por eso le llamamos “el Cordero celestial”.
Ser “Cordero que quita los pe-cados” significa que es Salva-dor. Y nos ha salvado uniéndo-se a nuestros sacrificios. Nuestros propios sacrificios, los de cada día, unidos a los sacrificios de Cristo, tienen un valor redentor.
No es fácil comprender los misterios de la fe. Hoy san Juan nos dice, sobre Jesús, que “no lo cono-cía”. Es posible que le conociera como familiar; pero ahora lo conoce con un conocimien-to superior.
“Este es el Cordero de Dios”, exclama el sacerdote antes de la comunión.Donde otros ven una apariencia de pan, la Iglesia adora a Dios Hijo, porque está iluminada por el Espíritu.
Que nosotros le invoquemos con fe a Él, que es Cordero de Dios y quita los pecados del mundo, para que tenga piedad de nosotros.
C o r d e r o de D i o s
Cordero de Dios que quitas