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Cuando empecé a quererme (2ª parte). Allison & Kim McMillen. Presentación: MARCIA Abril de 2003. Cuando empecé a quererme
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Cuando empecé a quererme (2ª parte) Allison & Kim McMillen Presentación: MARCIA Abril de 2003
Cuando empecé a quererme comprendí que el ego forma parte del alma. Con esta nueva perspectiva, perdió la estridencia y la paranoia intrínsecas a él y se dedicó a hacer su trabajo. Cuando aprendí a quererme la parte impulsiva que hay en mí aprendió a esperar el mejor momento. Entonces lo vi todo claro y sin ningún miedo.
Cuando empecé a quererme aprendí a preguntarme “¿qué parte de mí se está sintiendo así?” Cuando estaba preocupada, enfadada, nerviosa o triste. Si escucho atentamente, descubro quién necesita de mi amor. Cuando empecé a quererme dejé de desear que mi vida fuera distinta y descubrí que, tal como es, me ayuda a evolucionar.
Cuando empecé a quererme me di cuenta de que aquello de lo que huía persistía a mi lado. Como un niño pequeño tirándome de la falda. Ahora, cuando algo persiste, tirándome de la falda, me lo tomo con curiosidad y buen humor. Cuando empecé a quererme pude ver lo divertida que es la vida, lo divertida que soy yo y lo divertida que eres tú.
Cuando empecé a quererme descubrí lo que la rabia me enseña sobre la responsabilidad y lo que la arrogancia me enseña sobre la humildad, de modo que las escucho atentamente. Cuando empecé a quererme aprendí a sufrir por los golpes de la vida cuando vienen, en vez de hacer de tripas corazón y cargar con ellos toda la vida.
Cuando empecé a quererme escuché lo que me pedía el cuerpo. Se comunica muy claramente a través de la fatiga, las sensaciones, las aversiones y los deseos. Cuando empecé a quererme me pude permitir pagar sesenta euros por un corte de pelo y disfrutarlo sin ningún remordimiento.