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Musulmanes y Cristianos durante la Edad Media. DESARROLLO. Abd al- Rahman (Abderramán) VIII Carlos Martel. Fuente 1:
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Musulmanes y Cristianos durante la Edad Media.
Abd al-Rahman (Abderramán) VIII Carlos Martel
Fuente 1: El tercer año de Rodrigo, entró Muza IbnNusair al reino de los godos, y entonces todo el honor de la estirpe gótica pereció por el pavor y por el hierro. Acerca del tal rey Rodrigo, nadie sabe cosa alguna de su muerte hasta el presente día. Pero, dominada por los árabes la tierra, toda juventud goda pereció por el pavor y por el hierro. Puesto que desoyeron los mandatos del Señor por lo que él los abandonó, de manera que no poseyeran la tierra deseable.
Fuente 2 Los musulmanes golpearon con violencia a sus enemigos y cruzaron el río Garonna, diezmando país tomaron innumerables cautivos. Y ese ejército pasó por todos los lugares como una tormenta desoladora. La prosperidad hizo a esos guerreros insaciables. AI cruzar el río, Abd al Rahman derrocó al conde, y el conde se retiró a su fortaleza, pero los musulmanes lucharon contra ella, y entraron a la fuerza, matando al conde. Todos los pueblos de los francos temblaban ante este terrible ejército, y entonces recurrieron donde su rey Caldus (Carlos Martel)
Fuente 3 Entonces el rey les dijo que se alegraran, y ofreció ayudarlos... ÉI montó su caballo y tomó con él a un ejército que no podría numerarse, y fue contra los musulmanes. Y él los descubrió en la gran ciudad de Tours. Y AbdaI-Rahman y otros prudentes caballeros vieron el desorden de las tropas musulmanas, las cuales comenzaron a saquear con furia y crueldad la ciudad. Era manifiesto que el castigo de Dios estaba seguro al seguir excesos tales; y la fortuna (suerte) luego dio la espalda a los musulmanes.
«Pelayo, Pelayo, dónde estás?» EI interpelado se asomó a la ventana y respondió: «Aquí estoy». EI obispo dijo entonces: “Tú sabes que hace poco se hallaba toda España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, pero no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas. ¿Podrás tu defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo: vuelve de tu acuerdo; gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos». Pelayo respondió entonces: “¿Noleíste las Sagradas Escrituras, que la Iglesia del Señor llegará a ser como el grano de mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?” EI obispo contesto: «En verdad, así está escrito».
Pelayo dijo: «Cristo es nuestra esperanza: que por este pequeño montículo que ves sea España salvada y reparado el ejército de los godos. Confío en que se cumplirá en nosotros la promesa del Señor, porque David ha dicho: Castigaré con mi vara sus iniquidades y con azotes sus pecados, pero no les faltará mi misericordia. Así, pues, confiando en la misericordia de Jesucristo, desprecio esa multitud y no temo el combate con que nos amenazas. Tenemos por abogado cerca del Padre a Nuestro Señor Jesucristo, que puede librarnos de estos paganos». EI obispo, vuelto entonces al ejército, dijo: «Acercaos y pelead. Ya habéis oído cómo me ha respondido... No tendréis paz con él, sino por la venganza de la espada». CRONICA DE ALFONSO III
Dice lsaibn Ahmad aI-Razi que en tiempos de AnbasaibnSuhaim al-Qalbi se levantó en tierra de Galicia un asno salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los cristianos en AI-Andalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder, lo que no habían esperado lograr. Los islamitas, luchando contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de su país hasta llegar a Ariyula, de la tierra de los francos, y habían conquistado Pamplona en Galicia, y no había quedado sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con trescientos hombres. Al-MAQQARI
"Di: Él es Dios, único Dios, el eterno; no ha engendrado ni ha sido engendrado, y no tiene a nadie semejante a Él." (Sura 112, 1-4)
LA GUERRA SANTA CRISTIANA No es contrario a la fe católica exterminar y perseguir sarracenos, pues, a ejemplo de lo que se lee en el libro de los Macabeos, los cristianos no pretenden adueñarse de tierras ajenas, sino de la herencia de sus padres, que fue injustamente poseída por los enemigos de la Cruz de Cristo durante algún tiempo. Además, es legítimo y admitido por el derecho de gentes que, en los lugares ocupados por los enemigos que los retienen con injuria de la Divina Majestad, el pío expulse al impío y el justo al injusto. El PAPA CELESTINO III AL ARZOBISPO DE TOLEDO (1192)
Los sultanes y las tropas suelen adoptar los trajes de los cristianos, sus vecinos: sus armas son iguales, y lo mismo sus capas, tanto las de escarlata como las otras. Asimismo son idénticas sus banderas, sus sillas de montar y su manera de hacer la guerra con escudos y lanzas largas para alancear. No conocen las mazas ni los arcos de los árabes; antes emplean los arcos cristianos para los asedios de ciudades, y los infantes los utilizan en los lances de guerra. IBN AL·JATIB