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En casa del Alfarero. "Levántate y baja a casa del alfarero: allí te comunicaré mis palabras. Bajé y lo encontré haciendo un trabajo a la rueda. Cuando el vaso que estaba haciendo le salía mal volvía a hacer otro a su gusto. ¿No puedo yo hacer con vosotros, lo mismo
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En casa del Alfarero
"Levántate y baja a casa del alfarero: allí te comunicaré mis palabras
Bajé y lo encontré haciendo un trabajo a la rueda
Cuando el vaso que estaba haciendo le salía mal volvía a hacer otro a su gusto
¿No puedo yo hacer con vosotros, lo mismo que este alfarero?
Como arcilla en mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano"
Dame, Señor, la docilidad de la arcilla que se deja modelar a gusto del alfarero
hazme sentir tus manos aunque me aprieten y me dé vértigo la rueda
Imprime en mí, indeleblemente, las huellas de tus dedos
Hazme de nuevo, a tu hechura, modela mi vida en la vida de Cristo
“Dios descendió al barro con tal bondad y el barro subió hasta Dios con tal nobleza,
que la obra de Dios en el barro brilla como obra del mismo barro.
Y cuanto el barro soporta, parece soportarlo el mismo Dios en él.
¡Misterio inefable e incomprensible!” (S. Bernardo)
"Llevamos este tesoro en vasija de barro para que aparezca claro que esta fuerza viene de Dios y no de nosotros"
Mi debilidad es la tierra, el barro, donde florece tu misericordia