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Eugène Delacroix. Biografía:. Eugène Delacroix (1789-1863) fue un hombre de compleja personalidad que rechazó desde el primer momento las normas de la Academia.
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Biografía: • Eugène Delacroix (1789-1863) fue un hombre de compleja personalidad que rechazó desde el primer momento las normas de la Academia. • Nacido en Charenton-Saint Maurice es oficialmente hijo del un ex ministro del Exterior del Directorio y luego prefecto del Imperio, y de la hija del ebanista de Luis XVI de quien se dice, quedó embarazada del príncipe Talleyrand, posiblemente verdadero padre de Eugène, a quien protegerá en los primeros años de su carrera. • En 1806 muere su padre Charles y toda la familia debe trasladarse a París donde son acogidos por una de las hermanas de Eugéne, Henriette. Ese mismo año ingresa en el Liceo Imperial donde comienza sus estudios artísticos, desarrollados durante años.
Biografía: • En 1817 conoce a Théodore Géricault y posa como uno de los náufragos de su espléndida obra La Balsa de la Medusa. Aquí comienza la relación de admiración y respecto que tendrá el joven pintor por el ya famoso Géricault. • En estos años de estudiante Delacroix visita constantemente el museo del Louvre donde estudia y reproduce los cuadros de los grandes maestros de la pintura a los que, de una forma u otra, copiará y servirán de inspiración para sus propias obras. Fuera del mundo del arte Eugène conocerá a los grandes escritores y músicos del momento como Victor Hugo, Stendhal, Chopin o Paganini, algunos de ellos serán, posteriormente, representados en sus cuadros, demostrando el profundo aprecio que les profesaba. • Dentro de su afán de conocimiento por los grandes artistas, viaja a Inglaterra donde entra en contacto con la pintura colorista y paisajista que luego verá consolidada con su viaje al norte de África, territorio que por su luminosidad llamó su atención y determinó las futuras obras del pintor.
Biografía: • Muere en París en el año 1863 dejando tras de sí una de las más prolíficas carreras pictóricas, llenas de centenas de cuadros que sirvieron de inspiración a otros tantos pintores.
E. Delacroix, Autorretrato, 1839. E. Delacroix, Autorretrato, 1839. E. Delacroix, Autorretrato, 1839.
Obra: • La pintura Romántica francesa posee particularidades que la alejan de la realizada en Inglaterra y Alemania. Así lo demuestran las obras de Delacroix quien, considerado como el continuador de Gericault y el máximo representante del Romanticismo, coloca en primer plano el gusto por el color y las imágenes exóticas, fruto de sus ya citados viajes por África y del profundo conocimiento de la obra de Constable y Turner cuyas obras obtienen nuevos tonos más vibrantes que aportan una magnífica luminosidad a las composiciones. Será, sin lugar a dudas, el conocimiento de otras tierras y culturas, lo que contribuya a la configuración definitiva del uso de la pincelada y el color del pintor, teorías que verá reflejadas en los estudios que sobre el color haga John Burnet, quien aseguraba que cuanto más construido esté un cuadro mediante el color, más ligero aparece el efecto y más realista las figuras. Así el color será el centro de toda la obra de Delacroix.
Obra: • Las figuras humanas que aparecen en sus composiciones poseen una clara influencia de los modelos pictóricos y escultóricos de Miguel Ángel, atribuyendo al cuerpo humano unas proporciones casi perfectas en las que resalta cada músculo del cuerpo masculino y los atributos femeninos. Lo que, por el contrario, introduce Delacroix son las expresiones de sus personajes quienes conservan ojos llenos de sentimiento, expresiones de dolor y rabia, así como miedo y valentía. Une por tanto en sus personajes realismo y clasicismo, obteniendo armoniosas representaciones de temas históricos y literarios que destacan sobre todo por los detalles y las texturas que podemos casi tocar y oler. • Así la temática elegida por el autor ayuda a la grandeza de sus estructuras: los argumentos elegidos por este gran autor son principalmente dos: los históricos y los ambientados en el mundo oriental representando la realidad, evitada hasta entonces.
La Matanza de Quíos • La magnífica obra “La Matanza de Quíos “ (1824) es una de las composiciones históricas que le aportaron más fama y llevaron a su consagración como pintor. Se denuncia la desmesurada violencia ejercida por los turcos contra los griegos. Podemos sentir el dolor que transmiten las figuras sedentes y la altivez del soldado a caballo, satisfecho por la victoria.
La Libertad guiando al pueblo La más conocida de sus obras es La Libertad guiando al pueblo (1830), donde se reproduce un momento de la Revolución de París del 1830.
Hecho por: Estefanía Serralvo Pascual 2ºBach B