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Espai de records Joan va eixir enjorn i decidí caminar fins al casc urbà, eixe recorregut que havia fet tantes vegades en els anys de joventut, quan encara vivia a l'Eliana. A penes quedaven amics d'aquells anys.... Vicent, Josep, Paco, Què hauria sigut de tots ells? Havien passat tants anys. Arribà a la plaça , l’olor a café del vell Torrent. Continuà passejant fins al parc, on jugaven i cridaven els xiquets. Va ser allí, quan recolzat del tronc d'un dels arbres es va sentir trist, allunyat de la seua infància, del seu passat i de tants records. En eixe moment va esbossar un somriure, allí estava l'arbre on tantes i tantes vegades jugaven de xiquets a 'xurro va', on comptaven d'esquena al jugar a l'amagatall, on es recolzà aquella primera vegada que va conéixer Maria. El saludà, donant-li un xicotet colp de gratitud, tornant sobre els seus passos a casa. AUTOR: RAÚL MARTORELL LURBE Secreta vida Si fue experiencia real o imagen hipnopómpica de una conciencia al borde del sueño, no sabría decirlo. El caso es que, moderna Alicia, mis sentidos traspasaron la barrera que separa la realidad visible de lo invisible y me encontré entre las raíces del árbol que cobijaba mi sueño. Observé cómo los extremos de aquella raigambre se movían como hábiles dedos humanos que cavan la oscura tierra en busca de alimento. Como intestinos velludos sorbían las sustancias para trasformarlas en savia que, ascendiendo por las arterias del tronco hacia las ramas extendidas del árbol, alcanzaba fresca vida hasta la más alta de las nacientes yemas. En ese instante yo fui árbol y el árbol era yo: espacio sagrado donde la vida bulle en silencio, generándose a sí misma en espiral movimiento que desde la honda oscuridad cruza la tierra madre hasta el azul infinito. AUTORA: LUZ ÁLVAREZ GARCÍA La història viscuda o imaginada al recer dels arbres. Un camí que voreja la terra esclatada de camamirla i romaní. La primavera arribant al jardí abans que a cap altre lloc.
Mi mejor amigo Suelo sentarme a su lado y se lo cuento todo. Él me escucha atentamente.Es muy alto,tiene un frondoso cabello verde y una dura y rugosa piel marrón y sus brazos son muy largos. Todos los días me siento a su lado. le cuento que es mi mejor amigo, mi único amigo. Sé que me guarda mis secretos, Sus ramas para mí son unos brazos que me cuidan y protegen del peligro. AUTORA: NATALIA GIMENO CERDÁN La fiesta del árbol(GUANYADOR) Llevaba unas botas embarradas a conciencia, un pantalón de pana marrón y, por encima de la ropa, una camisola confeccionada con viejos retales pardos y grises sobre la que había cosido decenas de hojas de satén verde brillante. En la cabeza, un gorro de lana gris, con el mismo decorado, abrigaba mis canas. Fui andando, entre divertido y azorado, hasta el parque de L'Eliana y conforme me acercaba, se me fueron uniendo otros ambulantes disfraces y numerosos vecinos de paisano. Cruzamos la plaza de Europa, el estanque seco; y ocupé mi lugar. Entre nosotros, los disfrazados, corrían gritando como por instinto,niños y niñas. Un anciano lloraba en silencio y en mi espalda, una joven dibujó un corazón y dos nombres. Creí sentir el viento agitando mis ramas-brazos y el murmullo de la gente en mis hojas de trapo. Fingíamos que aún quedaban árboles en el pueblo. AUTOR: FRANCISCO JAVIER IRIARTE ZAPATA Mi olivo No sé si mi olivo ha crecido pero yo sí. Cuando llegué a vivir a L'Eliana mi jardín me parecía enorme, el sauce tenía una altura inalcanzable para mí. Elevaba la vista, las ramas se balanceaban sobre mi cabeza y mis manos se estiraban intentando coger las hojas lanceoladas de sus ramas muy largas. Pero el olivo era mi preferido, su forma irregular, sus ramas y tronco retorcidos facilitaban el poder subirme y apoyarme sobre sus ramas para poder instalar la residencia de mis juegos infantiles.Sin embargo era imposible abrazarlo, para eso necesitaba la ayuda de mi hermana pequeña, las dos, con las manos enlazadas, podíamos rodear el olivo con nuestros brazos quedando la cara pegada a su rugoso tronco. Este recuerdo del olivo de mis juegos me hace pensar en cuanto he crecido yo, por dentro y por fuera... ¿Y mi olivo? Ahora lo puedo abrazar yo sola.. AUTORA: Mª JOSÉ GONZÁLEZ GIMENO
Los almendros tienen flor El almendro del jardín era nuestro árbol preferido. Sí, bajo sus ramas pasábamos todos la mayor parte de las tardes, cuando el sol calentaba nuestros brazos desnudos por la llegada de la primavera y las clases ya habían finalizado. A mi padre le encantaba sentarse cerca del árbol y nos recordaba lo preciosas que se habían puesto las efímeras flores del árbol. Explicaba con sus palabras de hombre sabio y experimentado que esas serían las que unos meses más tarde se convertirían en dulces frutos secos para la navidad. Sí, ese era su árbol preferido y hoy con el paso de los años, también es el nuestro, el mío, el de mis hermanos, el de mis hijos. Ahora con la llegada de la primavera salgo al jardín, mientras el sol empieza a calentar los brazos de mis hijos para contarles lo bonitas que están las efímeras flores del almendro. AUTORA: Mª NIEVES MONTALVÁ I ALCAÑIZ Mi árbol amigo ¿Como te atreves a llamarme amigo, “Pensarás” Si ni siquiera conoces mi nombre? Es cierto. Sin embargo te siento tan cercano… Y no lo digo por que vives hay al otro lado de la ventana, sino porque cuando te observo cada mañana al levantarme no necesito ya mirarme en el espejo. Tu frondosa copa, que fuera en otro tiempo cobijo de golondrinas y escolares ruidosos, es hoy un esqueleto gris de aspecto lamentable. Pero no desfallezcas. De nuevo volverá la primavera, al menos para ti querido Chopo o Álamo quizá. Perdona mi ignorancia. AUTOR: HERMINIO ANTONIO YUGUERO El niño y el árbol Dicen que esto era un niño de unos tres años, que no paraba de llorar. Vivía en la ciudad y nunca había ido al campo.Un día sus padres le llevaron a una gran pinada, en la cual justo en el centro había un pino gigante.El niño que no había parado de llorar en todo el camino, al ver aquel inmenso árbol se quedó mudo y, de inmediato, y sin pensarlo dos veces se abrazó a el y no lo soltó en todo el día.No quería marcharse, ni separarse de el, y al volver a casa armó tal escándalo, día tras día sin parar de llorar que los padres tomaron la decisión de irse a vivir al lado de ese árbol, ya que no aguantaban más sus llantos.Cuando se trasladaron y el niño volvió a ver al árbol, volvió a enmudecer y a abrazarlo.A partir de entonces fue el niño más tranquilo que se conoce. AUTORA: Mª VICTORIA GÁLVEZ ARREDONDO
Mi amigo Dime tú amigo. ¿Qué sientes estando ahí? Solo, marchitándote poco a poco frente a mi puerta¿Quizás impotencia? ¿Quizás amargura? Sabiendo que pronto llegará la primavera y que podrás volver a florecer, pero que tan solo una primavera más podrás observar. Por que con tus oídos inexistentes para los que solo ven con los ojos y no con el corazón has escuchado tu cruel destino: Ser talado para en tu lugar, en el lugar de un viejo árbol que ha vivido miles de historias y que si te sientas a su lado y oyes con los oídos del alma podrás escuchar, pongan una farola. Pero yo no quiero luz, si no a mi amigo, el que siempre está ahí, el que me escucha sin poner objeción, el que cuando me siento sola me reconforta con un simple abrazo. No quiero luz si no te tengo, amigo naranjo.. AUTORA: NIKÉ OLIETE GÁLVEZ El árbol de la escuela (FINALISTA) Cuando lo trasplantaron al patio del colegio, el algarrobo se sintió muy triste, echaba de menos a sus compañeros del bosque.Los niños lo utilizaban como poste de una imaginaria portería de fútbol y acostumbraban a grabar mensajes sobre su tronco, llenándolo de nombres y de corazones enormes atravesados por flechas. Había un niño que decía llamarse Tarzán, que se balanceaba colgándose de sus ramas y profería largos gritos lastimeros.El árbol empezó a languidecer y a secarse de pena.Hasta que un día dirigió su atención hacia la ventana de un aula donde la maestra enseñaba a leer, y siguiendo sus instrucciones, comenzó a escribir en el aire con la punta de sus ramas. Primero palabras sueltas, después frases completas. Con el tiempo largas redacciones y hasta versos que él mismo componía. Reverdeció de nuevo, llenándose sus ramas de brotes tiernos.. AUTORA: AURORA RUA AGUILAR Recuerdos “Llego tarde, llego tarde”. Como siempre la prisa me agobiaba. Casi corría.Pero... sin saber por qué me paré en seco y la gran ciudad se detuvo: tráfico, ruido, transeúntes. ¿Qué pasaba? No entendía nada. Todo me daba vueltas y cerré los ojos.Al abrirlos me encontraba en otro lugar. Mis manos acariciaban un fino césped. Volvía a tener 15 años. Estaba con mis amigos en el parque de La Pinada, como tantas tardes. Un suave pero envolvente olor a azahar, pino, ciprés y hierba recién cortada lo inundaba todo. La inconfundible fragancia de L’Eliana en primavera. De pronto, el parque desapareció. La calle se materializó de nuevo. Allí estaba yo, parada en medio de la calle mientras la gente me empujaba. Frente a mí tres tristes naranjos en flor que con su olor me habían transportado a mi añorada adolescencia. Seguí caminando. Una lágrima corría por mi mejilla. AUTORA: PATRICIA GARCÍA MARTÍNEZ
La nevada Apenas podía aguantarlo. Notó cómo las más finas, en los extremos, cedían y se quebraban, cayendo rotas a la tierra, unos cuantos metros más abajo, donde desaparecían bajo aquella blancura. Había sido toda una noche, era la primera de aquel año, pero había conseguido pintarlo todo de invierno. Hacía tiempo lo sabía. Muchos de los que vivían en sus ramas partieron semanas atrás. Otros muchos de los que revoloteaban entre sus flores en primavera, habían desaparecido para siempre, agotada la misión de sus vidas. A algunos, los había visto encerrarse días antes en abrigados refugios…, de esos, varios incluso entre sus múltiples huecos. La nieve se amontonaba ahora sobre sus ramas desnudas, y sentía cómo algunas de ellas se resquebrajaban bajo su empuje. Sus hermanos y él mismo vivían ahora en un paisaje dominado por dos tonos: el negro de sus troncos, y el blanco de aquella nieve. AUTOR: EMILIO SANZ MONDEJA Fuego Recordó como en un sueño, cada una de las sensaciones que le traía el amanecer: los cristales de la escarcha pegados a su cuerpo. Los estimulantes escalofríos con cada centésima de grado que subía la temperatura del aire. Los trinos de las aves que saludaban al Astro triunfando sobre su horizonte. El cosquilleo de sus patas, de sus picos, y cómo no, las miles de caricias de cada criatura que cobijaba en su leñoso corazón. Se estremeció en su último crujido. Sintió que volvía de nuevo a Gaia, de una u otra forma, se fundió deshecho y destruido con Ella, en la que fue la más triste de sus decenas de miles de noches. Aquella vez, fue su alma la que definitivamente escapó con esa partícula encendida, y ya jamás volvió a ver los rayos del Sol sobre sus hojas. La última pavesa saltó del último de sus gemidos… AUTOR: EMILIO SANZ MONDEJA Lluvia Empezó apenas sin querer. Susurrante, como la brisa en verano. Comenzó sin ruido apenas. Creció dulcemente, dejándose resbalar por entre sus ramas, surcando las nervaduras de sus hojas, goteando suavemente desde su cima hacia sus raíces. Regando con delicadeza todo su cuerpo, fue aumentando su cadencia, incrementó su frecuencia y las gotas se hicieron más y más grandes, más y más abundantes. A los pocos minutos, el cielo se abría sobre él, y una cascada furiosa de agua se adueñó de aquel paisaje, se adueñó de montañas y colinas, sació la sed de aquellos campos, regó copiosamente a todos los seres que acompañaban su existencia, a todos los amigos, espectadores de su estampa majestuosa… Todo esto sentían sus miembros extendidos, toda esa música cristalina y estruendosa, todo ese líquido de vida y frescura que tan bien conocía, y que llegaba oportuno como siempre, en los inicios de cada primavera. AUTOR: EMILIO SANZ MONDEJA
Imatges o paraules per desxifrar el significat dels parcs, dels espais naturals. Un cop d’ull que convide a redescobrir el patrimoni verd de l’Eliana. Vent de tardor (MENCIÓ ESPECIAL) Va bramar per damut del que estava acostumat a sentir. La seua fúria es deslligava contra la muntanya, i ell era un més dels afectats. Els seus companys lluitaven amb igual tenacitat que ell mateix, agarrats amb la força colossal de les seues arrels ancorades en Terra. Mentre, esquirles dels seus cossos cruixien i eren arrancades amb violència, arrossegades en aquella furiosa espiral que xiulava sobre les seues copes. El vent aquell dia va arrancar les últimes de les seues envellides fulles, i el seu sòl va quedar cobert d'un espès mantell daurat, en fulgurant simfonia de grocs, taronges, marrons, daurats…. Tot el bosc va sucumbir aquella vesprada a la inexorable dansa que des que nasquera d'una llavor, havia vist passar, en tots els seus centenars d'anys, en la llar que era el seu bosc, aquell que li va veure nàixer, i aquell que li veuria morir. AUTOR: EMILIO SANZ MONDEJA Reflexiones de un ser plumado Anido en una de las ramas altas de un árbol centenario. Me alimento de insectos que pueblan el interior del tronco, bebo en una pequeña hendidura de la corteza que acumula agua de lluvia, examino el horizonte desde mi privilegiado pedestal, el balanceo de las hojas abanica mis polluelos, los montes son mi espectáculo. Supongo que no se puede tener la perspectiva adecuada desde abajo. Será por eso, que menospreciáis lo que no conocéis. ¿Quién de vosotros ha experimentado la vida en un cosmos tan perfecto? Jamás he necesitado pisar el suelo. ¿No os parece que puedo llamarlo hogar? Pensadlo la próxima vez que se pongan en marcha vuestras sierras. AUTORA: EVA FERNÁNDEZ MARTÍNEZ