E N D
LA REALIDAD DE LA VIDA LA MUERTE
¿Qué seré yo en la vida? Generalmente, el ser humano se fija una meta, y con el fin de alcanzar lo que se propone, gasta la salud a expensas de conseguir el dinero necesario para lograrlo, y cuando lo alcanza, ya está avanzado de edad, entonces, gasta el dinero conseguido para recuperar la salud con el fin de no morirse.
El ser humano se resiste a morirse, hace cualquier cosa para no morirse, o al menos para prolongar la vida. Pero al final siempre llega la muerte porque: “Está determinado para los hombres que mueran y después de esto el juicio” (Heb. 9:27).
¿Con que naturaleza fue creado el hombre, mortal o inmortal? Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. 1Tim.6:15,16. Dios es…..el único que tiene inmortalidad….”. Dios es inmortal, de tal manera que, el hombre fue creado con inmortalidad, porque fue creado a “imagen de Dios”
Es decir, sólo Dios posee vida eterna en forma inherente - Que por su naturaleza está inseparablemente unido a algo, no depender de algo externo -. Todos los seres creados son mortales, y por lo tanto deben cumplir con ciertas condiciones para que su vida continúe.
Ecl 3:11 RV1995. “Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre” Pero esa inmortalidad, le fue concedida de una manera condicional, para conservarla debía permanecer haciendo la voluntad de Dios.
¿Y como sabemos eso? Génesis 2: 15-17. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente MORIRÁS.
El texto nos dice que: Para prolongar la vida Adán debía no comer del “árbol de la ciencia del bien y del mal”, es decir: Debía obedecer el mandamiento de Dios, “no comerás” El secreto para conservar la inmortalidad estaba en la obediencia.
El registro Bíblico nos dice que Adán y Eva desobedecieron (Gén.3: 6). Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
Como consecuencia de desobedecer el Mandamiento de Dios: Automáticamente se hicieron acreedores a la muerte. La muerte es un intruso, la cual Dios nunca quiso que existiera. Adán experimentó por primer ves lo que era la muerte, al encontrar a su hijo Abel muerto por su mismo hermano (Gen.4:8).
Después Adán mismo experimentó la muerte cuando tenía 930 años, y “murió” (Gén. 5:5). Set murió de 912 años (verso8). Enós murió de 905 años (verso 11). Y así, usted puede seguir leyendo la lista de personas que murieron a través del (Cap.5), y de una forma consecutiva asta el día de hoy en todo este planeta.
La muerte es un enemigo que nos acompaña permanentemente, desde el momento en que nacemos, permanece a nuestro lado, a un paso de nosotros.
Para reflexionar ¿Qué pensaría usted si Dios en este momento le dijese: “Arregla tus cosas porque mañana morirás”? ¿Qué arreglos tendrías que hacer? Quizá ¿Pagar deudas, arreglar tus cosas con tu esposa, o esposo, tus hijos, tus padres o tu pródigo, y aun lo más grave, con Dios?
¿Sabía usted que Dios le dijo a un hombre que iba a morir? Leámoslo en Deuteronomio 32:48-52. Y habló Jehová á Moisés aquel mismo día, diciendo: Sube á este monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está en derecho de Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad á los hijos de Israel; Y muere en el monte al cual subes, y sé reunido á tus pueblos; al modo que murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fué reunido á sus pueblos:
Por cuanto prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de la rencilla de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel. Verás por tanto delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, á la tierra que doy á los hijos de Israel.
Moisés, había vivido 120 años. 40 en el palacio de Faraón en Egipto, 40 apacentando las ovejas de Jetro, y 40 guiando al pueblo de Israel por el desierto, total de que ya era tiempo de que descansara.
Durante cuarenta años Moisés había abrigado la esperanza de entrar en la Tierra Prometida y ahora que la tiene delante de sus ojos, sus puertas se le cierran. Durante cuarenta años Moisés tuvo que soportar la murmuración de aquel pueblo rebelde. Había aguantado el peso del día y del calor. Al leer esto, cualquiera pensaría que Dios era injusto, ¿verdad? Pero como veremos más adelante, Dios tenía un propósito
Moisés había sido obediente a las ordenes de Dios, pero esta era quizá la orden más triste para él. El apóstol Pablo dijo que Moisés "fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo" (Heb.3:5).
Conforme a la orden de Dios: Deut.34:1-3. dice: Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, 2 todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3 el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar.
Mientras que Moisés ascendía solo, paso a paso los 817 metros asta llegar a la cumbre del monte, repasaba las bondades que Dios había tenido para con él y su pueblo, y repetía el canto que entonó 40 años atrás: “Cantaré al Eterno, porque se ha magnificado grandemente,….. El Eterno es mi fortaleza y mi canción, Y hame sido por salud: Este es mi Dios, y á éste engrandeceré; Dios de mi padre, y á éste ensalzaré. Jehová, varón de guerra; Jehová es su nombre(Éxodo 15:1-2).
Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá. 5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová (Deut.34:4,5).
6 Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. 7 Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. En algún sitio de este hermoso valle Dios enterró a su siervo Moisés.
Si algún día usted tiene la oportunidad de visitar el monte Moab, allí encontrará estas dos lápidas en memoria de Moisés. Moisés no fue enterrado en este sitio: El valle donde fue enterrado Moisés, más tarde formaba parte de la heredad de Rubén (Jos.13:20).
¿Sería que Moisés, a pesar de haber pasado tantos sinsabores durante esos 120 años se quería morir? Lease Deut.3:23-27. Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: 24 Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? 25Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26 Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto. 27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán.
El texto nos dice que Moisés no se quería morir, estaba amañado en este mundo a pesar de todos los trabajos por los que había pasado. “Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán”. ¿Dios cambió de parecer por la oración de Moisés? Pero Dios le responde: “Basta, no me hables más de este asunto. 27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán”.
¿Porqué razón Dios no le concedió a su siervo lo que le pedía? Porque Dios sabe lo que es mejor para nosotros, por eso, a veces no contesta nuestras oraciones conforme a nuestro deseo. Dios le tenía un regalo muchísimo mejor a su siervo Moisés de lo que él pedía, pero primero tenía que pasar por el trance de la muerte.
Judas 9. Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Moisés, igual que nosotros, tenemos dos dueños, Dios por creación, y Satanás por obedecerle. Dios le reclama a Moisés que no podía entrar a la tierra de Canaán “Por cuanto prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de la rencilla de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel” (Lea Núm.20:7-13).Note que Dios le ordena que le “hable a la roca”, y Moisés “hirió la roca dos veces”. Además dijo. ¿Haremos). Y con duda.
Lo que no sabía Satanás era que Moisés se había arrepentido sinceramente y le había pedido perdón a Dios en la cumbre del monte Nebo antes de morir, y que Dios le había perdonado. Por eso reclamaba el cuerpo de Moisés, a lo cual “Miguel” le responde: “El Señor te reprenda”. Lo cual es un ejemplo de lo que debemos hacer nosotros, arrepentirnos para que ese día no nos sorprenda sin la debida preparación. Si no lo hacemos, en el día de la resurrección “Miguel” no podrá reclamarnos como suyos.
La Biblia registra que Moisés fue el primer resucitado desde la creación del hombre, lo cual es una garantía de que nosotros también resucitaremos. Moisés es un tipo de Cristo y de todos nosotros.
Como una evidencia de que realmente Moisés resucitó, es que apareció en el monte con Cristo y Elías como lo registra (Mateo 17:3). “Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él”.
Recuerda: Dios sabe lo que es mejor para nosotros. Jesús es la garantía de nuestra resurrección Hablando con Marta sobre la muerte de Lázaro Jesús le dice: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26)
¿Cuál es la única forma para recuperar la “inmortalidad”? Para tener la “inmortalidad”, todo lo que tienes que hacer según lo dijo Él mismo es, “creer en Cristo”, y si llegas a morir, Cristo te resucitará, como lo hizo con Moisés. La fe en Cristo es nuestra garantía de que Él nos dará la inmortalidad.
¿Cuál es la garantía de tu resurrección y de la mía? Mateo 28:2-6. Y he aquí, fué hecho un gran terremoto: porque el ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, había revuelto la piedra, y estaba sentado sobre ella. Y su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.
Y de miedo de él los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos. Y respondiendo el ángel, dijo á las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis á Jesús, que fué crucificado. No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fué puesto el Señor. Quizá los mismos soldados que tres días antes se burlaban de Él, ahora se sienten impotentes ante su Majestad.
De la misma forma como lo vieron los discípulos, algún día nosotros también lo veremos. Gen 1:27. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Dios nos creo inmortales, a imagen de Dios. De la misma forma lo seremos en la resurrección, inmortales, como Dios creó a Adán y a Eva.
1 Cor.15:51-57 dice: 51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de INMORTALIDAD.
54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestidoDEINMORTALIDAD, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
El día en que usted y yo seamos revestidos de “inmortalidad” pronto llegará, en ese día volveremos a tener la “imagen de Dios” plenamente en nosotros. Nosotros no lo vimos ascender, pero lo veremos descender.
Esteban, ante la perspectiva de morir: “Lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios” (Hechos 7:55,56).
¿Qué debemos hacer? Vivir diariamente al lado de Cristo, teniendo en mente sus Palabras: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. Mi invitación es: Que si todavía no cree en cristo, lo acepte ahora mismo como su Salvador personal, y de esa forma en el día de la resurrección Cristo salga en su defensa diciéndole al diablo: “El Señor te reprenda”. Si tiene el Himnario Adventista lo invito que cante el himno # 180.