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Carta a una novia. Clic. Un muchacho se fue de viaje y sabiendo que su novia necesitaba gafas de sol, encontró la ocasión de comprarle un par, bonitas y baratas. Entró en la óptica y después de mirar varios modelos le compró unas preciosas.
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Carta a una novia Clic
Un muchacho se fue de viaje y sabiendo que su novia necesitaba gafas de sol, encontró la ocasión de comprarle un par, bonitas y baratas. Entró en la óptica y después de mirar varios modelos le compró unas preciosas. La dependienta se las envolvió y él pagó la cuenta, pero al marcharse, en lugar de coger el paquete de las gafas, cogió otro muy parecido que había al lado y que contenía unas bragas que seguramente alguna cliente de la óptica acababa de comprar y había dejado sobre el mostrador.
El muchacho no se dió cuenta de la equivocación, asi es que desde allí fue directamente a correos y envió el paquete a su novia, junto con una carta. La novia recibió el paquete y quedó perpleja por su contenido, cuando leyó la carta que decía :
Querida mia, Espero que te guste el regalo que te envío. Sobretodo por la falta que te hacen, ya que no tienes ningunas, pues las otras que tenías llevabas mucho tiempo con ellas, y éstas son de las cosas que se tienen que cambiar de vez en cuando. También espero haber acertado con el modelo. La dependienta me dijo que eran la última moda y me enseñó las suyas que eran iguales. Entonces, yo, por ver si eran ligeras, me las puse allí mismo ; no sabes lo que se rió la dependienta, porque estos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos, más a mí, que ya sabes que tengo unos rasgos muy prominentes. Una muchacha que había allí, me las pidió, quitandose las suyas para que viera el efecto que hacían y, ¡ chica !, las ví estupendas, por lo que me decidí y las compré.
Póntelas y enséñalas a tus padres, a tus hermanos… en fín, a todo el mundo, a ver lo que dicen. Al princípio, te sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas, y más ahora que llevas tiempo sin ponerte ningunas. Si te estan pequeñas, me lo dices, que, si no, te van a dejar señal cuando te las quites y todos van a notar que las acabas de estrenar. Ten también cuidado que no te estén grandes, no sea que vayas andando y se te caigan. Llévalas con cuidado, no vayas a romperlas. Y sobretodo no vayas a dejarlas por ahí y las pierdas, que tienes costumbre de llevarlas más en las manos que puestas, para que todos vean tus encantos. En fín, para que te voy a encargar nada más, sólo te digo que estoy deseando verte con ellas puestas. Este es el mejor regalo que podía hacerte, cariño. Un beso y un abrazo.
Música : Sweetest memories André Hernández – Octubre 2006 andre.hernandez@sfr.fr